Cónsules de El Salvador y Honduras en México celebraron que los legisladores hayan aprobado despenalizar la migración indocumentada.
"Nos congratulamos de que se haya dado este cambio en la Ley General de Población, pues al despenalizar la migración, significa que los migrantes no son unos delincuentes", señaló Nelson Cuéllar, Cónsul de El Salvador en Tapachula.
"Estamos a la espera de que la reforma sea publicada para conocerla con más detalle y hacerla del conocimiento de la población en general".
El Salvador, indicó, considera injusto penalizar a las personas que van en busca de mejores oportunidades laborales y que se castigue con cárcel a quien migra a otro país.
"Es un paso adelante que ha dado el gobierno de México, en sus instancias, al despenalizar la migración como delito", remarcó "Nosotros estamos satisfechos y pensamos que más adelante pueden haber más reformas que beneficien al migrante".
El diplomático centroamericano expresó su confianza en que las autoridades mexicanas actuaran conforme al espíritu de la reforma a la Ley General de Población, de manera que se respeten los derechos humanos de los migrantes.
Carlos Chajtur, Cónsul de Honduras en la Ciudad de México, también celebró que ingresar a México sin papeles ya no esté considerado un delito.
"Recibimos con mucha alegría y satisfacción la gran noticia, celebramos con júbilo esta noble decisión de los legisladores mexicanos", comentó.
"La travesía del migrante es muy dura. Desde su inicio hasta la llegada a su destino final, el migrante atraviesa enormes dificultades y penas en su trayecto -el hambre, el frío, abusos-, y todo esto se veía agravado por la posibilidad de ser detenido por las autoridades y al encontrarse ilegal en el país ser sometido a un proceso judicial que lo enviaba a la cárcel".
Despenalizar la migración, señaló, mitiga parte del sufrimiento que ha sido una constante en el fenómeno migratorio y una preocupación permanente del gobierno hondureño.
"Ojalá esta histórica decisión sirva de ejemplo para otros gobiernos y comprendan que los migrantes no son delincuentes, son simplemente personas que buscan nuevos derroteros de superación y desarrollo para ellos y sus familias", admitió.
El diplomático admitió que imponer restricciones para limitar la movilización de las personas es un derecho soberano de cada país, pero aclaró que el gobierno de Honduras alzará la voz siempre que estas restricciones atenten contra la vida y la condición humana de sus conciudadanos.
"Nos congratulamos de que se haya dado este cambio en la Ley General de Población, pues al despenalizar la migración, significa que los migrantes no son unos delincuentes", señaló Nelson Cuéllar, Cónsul de El Salvador en Tapachula.
"Estamos a la espera de que la reforma sea publicada para conocerla con más detalle y hacerla del conocimiento de la población en general".
El Salvador, indicó, considera injusto penalizar a las personas que van en busca de mejores oportunidades laborales y que se castigue con cárcel a quien migra a otro país.
"Es un paso adelante que ha dado el gobierno de México, en sus instancias, al despenalizar la migración como delito", remarcó "Nosotros estamos satisfechos y pensamos que más adelante pueden haber más reformas que beneficien al migrante".
El diplomático centroamericano expresó su confianza en que las autoridades mexicanas actuaran conforme al espíritu de la reforma a la Ley General de Población, de manera que se respeten los derechos humanos de los migrantes.
Carlos Chajtur, Cónsul de Honduras en la Ciudad de México, también celebró que ingresar a México sin papeles ya no esté considerado un delito.
"Recibimos con mucha alegría y satisfacción la gran noticia, celebramos con júbilo esta noble decisión de los legisladores mexicanos", comentó.
"La travesía del migrante es muy dura. Desde su inicio hasta la llegada a su destino final, el migrante atraviesa enormes dificultades y penas en su trayecto -el hambre, el frío, abusos-, y todo esto se veía agravado por la posibilidad de ser detenido por las autoridades y al encontrarse ilegal en el país ser sometido a un proceso judicial que lo enviaba a la cárcel".
Despenalizar la migración, señaló, mitiga parte del sufrimiento que ha sido una constante en el fenómeno migratorio y una preocupación permanente del gobierno hondureño.
"Ojalá esta histórica decisión sirva de ejemplo para otros gobiernos y comprendan que los migrantes no son delincuentes, son simplemente personas que buscan nuevos derroteros de superación y desarrollo para ellos y sus familias", admitió.
El diplomático admitió que imponer restricciones para limitar la movilización de las personas es un derecho soberano de cada país, pero aclaró que el gobierno de Honduras alzará la voz siempre que estas restricciones atenten contra la vida y la condición humana de sus conciudadanos.
Nota de Silvia Garduño, Reforma, 3 de mayo.
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