Asociación justa, ofrece Merkel a México

“Me gustaría alzar mi copa, aunque no tengo ninguna de momento”, dijo la canciller alemana, Ángela Merkel, al querer ofrecer un brindis por las buenas relaciones de México y Alemania. Aprovechó para desear que el presidente Calderón “pueda seguir por el camino de las reformas en México”.
En el salón Tesorería, de Palacio Nacional, de inmediato estallaron las risas de los convidados a la comida ofrecida por el presidente Felipe Calderón en su honor y se le acercó el recipiente de cristal, tras lo cual ella expresó: “que pueda hacer una buena labor política a favor del bien de su país y por el bienestar de los ciudadanos mexicanos”.
En la primera visita de un canciller de Alemania desde la realizada por Gerard Schroeder, en 2004, Merkel recomendó a Calderón aprovechar las oportunidades que tiene con la participación social, con el éxito económico y también por la amistad entre la República Federal de Alemania y México.
El ministro presidente de la Corte; los titulares de Marina, Sedena, Turismo, la SEP y del Trabajo, además de nuestro premio Nobel Mario Molina y el senador panista Santiago Creel, celebraron la broma.
El buen humor de la germana quedó de manifiesto en varias ocasiones a lo largo de sus diversos encuentros con el mandatario mexicano, celebrados todos en Palacio Nacional.
En el edificio, adornado con inusual esmero, ayer se apreciaron ramos de nube, pétalos de rosas en mesas y floreros de diversos salones y, sobre todo, se abrieron las puertas de la mayoría de los patios para recibir a la funcionaria.
“Ya siento el aliento de nuestros perseguidores”, expresó Merkel en alusión a los países enlistados por Calderón como las economías líderes en los próximos 20 años: China, India, Brasil y México.
Expresiva, risueña, Merkel hacía aspavientos desde su lugar en el presidium, pero siguió atenta a la traducción que se hacía del mensaje del presidente Calderón. “¿Y nosotros dónde quedamos?”, diría después durante su participación en el foro económico organizado por el Comce.
Ahí declaró que existe un gran intercambio comercial entre México y Alemania en muchos sectores, incluido el automotriz, y bromeó a Calderón: “Creo que el primer carro del presidente fue un vocho”… El mandatario de inmediato le reviró: “Y el último (en referencia al carro Golf que aún conserva)”.
Antes, en su mensaje de bienvenida, el Ejecutivo mexicano indicó: los mexicanos “queremos una relación privilegiada con Alemania; queremos más Alemania en México, más México en Alemania”. Felipe Calderón relató que la relación comercial entre ambos países es “cada vez más sólida”, con un intercambio de productos que pasó de siete mil 300 millones de dólares en 2000 a casi 15 mil millones de dólares en 2007.
En su turno Ángela Merkel aseveró que su visita a México busca “ampliar la red de relaciones políticas, económicas, científicas y culturales”.
“Traigo en el equipaje la oferta de una asociación justa para defender nuestros intereses comunes; las ricas relaciones entre Alemania y México se basan en el fundamento común del respeto a los derechos humanos, la libertad, la democracia y el Estado de derecho”, sostuvo.
“También nos une el afán de tener estructuras estatales que funcionen, así como una acción gubernamental buena y transparente”, añadió.
Nota de Cecilia Téllez Cortés, Crónica, 20 de mayo.

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