La movilización social podría ser un factor que determine el sentido de la reforma energética que se discute, afirmó el historiador Lorenzo Meyer.
Expuso que desde que en 1938 el General Lázaro Cárdenas del Río realizó la expropiación petrolera, Pemex sirve de catalizador del nacionalismo mexicano, por lo que ahora está en juego la naturaleza de ese concepto.
Al sustentar su ponencia "Expropiación petrolera y soberanía nacional" -en el foro organizado por el Frente Amplio Progresista, el martes pasado-, Meyer aseguró que fue el pueblo el que impidió que Estados Unidos intentara derrocar a Cárdenas.
"Estados unidos no se puede enfrentar de manera tajante y violenta a Cárdenas, porque tiene el apoyo popular. Sí se podía hacer con otros, no con él.
"No era el Ejercito mexicano el que iba a defender, en caso necesario, la decisión del Gobierno; eran las organizaciones que se estaban creando. A la hora de cristalizar el rescate de la soberanía, puso en juego toda la estructura social. No se puede echar abajo al Gobierno cardenista sin tener un colapso", ilustró el académico.
La mejor defensa, añadió, no estaba centrada en las Fuerzas Armada o en lo políticos, sino en estructuras sociales.
Ahora, dijo, el pueblo ya entró a la discusión antes de que se apruebe la reforma petrolera.
"Ese nuevo actor tiene ahora que jugar un papel fundamental en torno a este problema. Obviamente, sumando PRI más PAN dan la mayoría, pero si entra otro actor político que es el pueblo, el ciudadano, ahí es donde tenemos que actuar", dijo.
Meyer cuestionó que el Gobierno use la renta petrolera para mantener el gasto corriente, absorber a Pemex sus ingresos y atraer capital externo.
"En el largo plazo se está entregando parte importante de la industria, de la renta petrolera, al exterior. Esto es una decisión tomada entre pocos.
"Pero ya no estamos en el siglo pasado. Ahora ya entró a la discusión, por primera vez antes de que ocurra, la opinión publica", añadió.
Expuso que desde que en 1938 el General Lázaro Cárdenas del Río realizó la expropiación petrolera, Pemex sirve de catalizador del nacionalismo mexicano, por lo que ahora está en juego la naturaleza de ese concepto.
Al sustentar su ponencia "Expropiación petrolera y soberanía nacional" -en el foro organizado por el Frente Amplio Progresista, el martes pasado-, Meyer aseguró que fue el pueblo el que impidió que Estados Unidos intentara derrocar a Cárdenas.
"Estados unidos no se puede enfrentar de manera tajante y violenta a Cárdenas, porque tiene el apoyo popular. Sí se podía hacer con otros, no con él.
"No era el Ejercito mexicano el que iba a defender, en caso necesario, la decisión del Gobierno; eran las organizaciones que se estaban creando. A la hora de cristalizar el rescate de la soberanía, puso en juego toda la estructura social. No se puede echar abajo al Gobierno cardenista sin tener un colapso", ilustró el académico.
La mejor defensa, añadió, no estaba centrada en las Fuerzas Armada o en lo políticos, sino en estructuras sociales.
Ahora, dijo, el pueblo ya entró a la discusión antes de que se apruebe la reforma petrolera.
"Ese nuevo actor tiene ahora que jugar un papel fundamental en torno a este problema. Obviamente, sumando PRI más PAN dan la mayoría, pero si entra otro actor político que es el pueblo, el ciudadano, ahí es donde tenemos que actuar", dijo.
Meyer cuestionó que el Gobierno use la renta petrolera para mantener el gasto corriente, absorber a Pemex sus ingresos y atraer capital externo.
"En el largo plazo se está entregando parte importante de la industria, de la renta petrolera, al exterior. Esto es una decisión tomada entre pocos.
"Pero ya no estamos en el siglo pasado. Ahora ya entró a la discusión, por primera vez antes de que ocurra, la opinión publica", añadió.
Nota de Érika Hernández, Reforma, 8 de mayo.
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