Doble riesgo, un lugar en el Consejo de Seguridad

A pesar de que el traer inversión a México se ha convertido en el eje de la política exterior del gobierno del presidente Felipe Calderón, éste busca una mayor presencia internacional a través de conseguir un asiento no permanente en el Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), asumiendo con esto los riesgos que implican, como fue el distanciamiento con Estados Unidos cuando nuestro país se abstuvo en la resolución de la guerra de Irak.

En aquella ocasión, el mandatario estadounidense, George W. Bush, dijo estar "decepcionado" de la posición mexicana, pues éste daba por hecho que se votaría en favor de los intereses de su país. Sin embargo, obtuvo un revés y la ONU rechazó la intervención.

México ha logrado asegurar un lugar para el próximo periodo 2009-2010 en el Consejo, al ser el único de América Latina en presentar su candidatura y lograr así el apoyo unánime de toda la región, además ha logrado amarrar más de 80 votos hasta el momento, de 131 que necesita.

El participar en este Consejo tiene sus riesgos, y la participación en las decisiones de política exterior siempre los tienen, pero se deben asumir, ya que también es riesgoso quedarse callado y dejar que otros países tomen las decisiones que afectan al mundo y a nuestro propia nación, comenta Enrique Berruga, exrepresentante de México ante las Naciones Unidas del 2003 al 2007, en charla con El Economista.

"Todo tiene un riesgo en la política exterior sin duda, pero también es riesgoso quedarse callado y dejar que tomen las decisiones otros países por uno, y cuando está uno en el Consejo de Seguridad las toma uno directamente, esa es la gran ventaja que tiene, pero no esta exento de ningún riesgo, y desde luego que las decisiones que toma un país a unos les caen bien a otros les caen mal, no puede uno dejar contentos a todos, se trata de cuestiones de paz y seguridad que son las más delicadas, cuando hay miles de vidas de por medio o en juego de manera tal que no son decisiones fáciles nunca. Todas son decisiones muy complicadas y con un costo incluso económico muy fuertes".

¿Que significa para México estar nuevamente en el consejo de Seguridad de la ONU? "Ser miembro del organismo que tiene una mayor capacidad de decisión dentro del sistema de Naciones Unidas y el único que tiene la facultad de hacer uso de la fuerza".


¿Que se busca con esto?.

"Tener un mayor peso en la toma de decisiones internacionales".

¿Y estaría México preparado para participar en el Consejo? "Yo espero que sí, no tengo ningún detalle de qué tipo de trabajo esté (el gobierno) haciendo previo, pero espero y supongo que se está haciendo un equipo reforzado para las misiones en Naciones Unidas, se debe estar trabajando en una agenda nacional de que plantean el Consejo de Seguridad, algo que es muy importante es llevar una agenda propia".

En ese sentido, ¿qué es lo que podría enfrentar México o en qué resoluciones podría participar en este periodo, que usted pudiera prever? "Es difícil porque pueden cambiar las cosas en el mundo, pero creo que hay varias ángulos que a mi me parece que son más o menos predecibles, uno, que la administración, la que sea que llegue a la Casa Blanca en Estados Unidos va a recargarse más en la ONU que la que ha sido la etapa de Bush, porque desde las decisiones que se tomaron con respecto a Irak, donde el Consejo de Seguridad no apoyó a Estados Unidos, ellos se replegaron mucho del Sistema de Naciones Unidas, es casi seguro que quien llegue a la Casa Blanca va a tener una actitud más positiva hacia la ONU y probablemente utilice más la diplomacia multilateral. Otra cosa que es bastante probable es que la recesión económica genere una serie de inquietudes en el mundo.

"También se moverá el tablero internacional, por ejemplo: Rusia que tiene una actitud más proactiva, están saliendo de todo aquel bache que se dio desde que desapareció la Unión Soviética, hasta ahora tiene una actitud política mucho más activa, es probable que sea un factor más importante. Todo esto se va moviendo muy rápidamente; el tema de Irán, que probablemente no desaparezca.

Creo que también hay una cuestión muy importante a revisar, seguramente el mundo islámico va estar muy atento a ver que tipo de actitud trae el nuevo presidente de Estados Unidos con respecto al mundo islámico, son el tipo de cosas que yo preveo.

"Es un escenario muy complejo, tiene la ventaja de que va a coincidir de la presencia de México en el Consejo con una nueva administración de Estados Unidos que es una especie de renacimiento, siempre cambio de guardia, cambio de burocracia, cambio de prioridades y además que allá la palabra clave ahorita es 'cambio', seguramente se verá un cambio en la política exterior de Estados Unidos y eso se va a ver reflejado y va a tener un efecto importante en el Consejo de Seguridad".


Dos liderazgos.

El diplomático mexicano refiere que durante el segundo año en que México se encuentre en el Consejo habrá un oportunidad para reforzar la región, pues se encontrarán por primera vez los dos líderes latinoamericanos, al integrarse Brasil, con quien se han tenido también viejas rencillas y desacuerdos dentro de este órgano de las Naciones Unidas.

Ante esto, el embajador Berruga propuso a la Cámara de Diputados, a donde asistió por invitación de los legisladores como especialista en el tema, la creación de un mecanismo de consultas de política internacional con Brasil, "porque a fin de cuentas es cierto que es más lo que nos une que lo que nos separa".

"Tenemos mas intereses comunes, mas identidades, de los temas que nos dividen, entonces establecer un grupo de trabajo, quizá desde el mismo ingreso de México al consejo, sería muy interesante, para conocer los puntos de vista de la otra potencia latinoamericana.

"(2010) va a ser un año muy bueno para América Latina porque por primera vez va a coincidir en el Consejo los dos países más sobresalientes de la región, los de mas peso, entonces digamos que en ese año si se trata de construir una política latinoamericana dentro del Consejo de Seguridad es el año ideal para hacerlo, tener un gran respeto, un gran peso en la región y yo espero que se capitalice bien para el beneficio de la región en general y para México en particular".

Por su parte, la Secretaría de Relaciones Exteriores ha dado a conocer en diversas ocasiones que la pretensión del gobierno mexicano al integrar este consejo de la ONU es combatir las violaciones a los derechos humanos, convocar iniciativas para el control de armas (sobre todo en lo que se refiere a las armas pequeñas y ligeras) y desarme nuclear.

Roberto Dondisch, asesor de la cancillería, comentó durante la conferencia "Candidatura de México al Consejo de Seguridad de la ONU", que impartió en la Universidad Iberoamericana, que de lograrse este espacio no permanente, nuestro país podría proponer la discusión de la corrupción y el tráfico ilegal de armas, cuando sea su oportunidad de ocupar la presidencia del Consejo, la cual se rota cada mes, y de no hacerlo en ese momento será difícil encontrar otra oportunidad de ese nivel.

Afirmó que esta participación debe verse como una oportunidad para promover los valores del país a nivel internacional.

México ha sido miembro no permanente del Consejo de Seguridad de la ONU en 1946 y en los períodos 1980-1981 y 2002-2003.


Miembros.

El Consejo de Seguridad se compone de cinco miembros permanentes -China, Francia, Rusia, Gran Bretaña y Estados Unidos- y 10 miembros no permanentes.

La presidencia del Consejo rota mensualmente según el listado de los estados miembros, en el orden alfabético. Cada estado miembro representará la presidencia por un mes.

Los 10 miembros no permanentes elegidos por la Asamblea General por un período de dos años y no pueden ser reelegidos al término de su mandato.

Cada miembro del Consejo tiene un voto. Las decisiones sobre cuestiones de procedimientos serán tomadas por el voto afirmativo de nueve de los 15 miembros. Las decisiones sobre todas las demás cuestiones por el voto afirmativo de nueve miembros, incluso los votos afirmativos de los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad. Esta es la regla de "el gran poder de la unanimidad", a menudo referida como el poder del "veto".

Conforme a la Carta, todos los miembros de las Naciones Unidas han acordado aceptar y cumplir con las decisiones del Consejo de Seguridad. Mientras otros órganos de las Naciones Unidas hacen recomendaciones a los gobiernos, el Consejo tiene la facultad para tomar decisiones que los estados miembros, conforme a la Carta, están obligados a cumplir.
Nota de Omar Brito, El Economista, 7 de mayo.

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