FARC se adueñan en silencio de AL

Fichas de esa guerrilla —la mayoría mimetizados como refugiados— forman desde 2002 núcleos ideológicos, logísticos y financieros fuertes en al menos siete países.

Perú y Brasil sirven de cantera de milicianos, armas y coca; Ecuador, de bastión financiero y refugio, y Venezuela, Costa Rica y México, de lavandería de narcodólares y apoyo ideológico. Estados Unidos es el nuevo objetivo.

Bernardo es un economista argentino que entre 1990 y 1996 fue asesor externo de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe. Tras hacer una pequeña fortuna, envió a su hijo mayor a EU a hacer un curso de piloto y él se mueve hoy entre Nicaragua y Colombia.

El colombiano Héctor Orlando Martínez Quinto llegó en 2000 a Costa Rica, se casó con una joven y así obtuvo la residencia en tiempo récord e ingresar al mundo de las flotas pesqueras, en sociedad su compatriota Huberth González, también casado con una mujer costarricense.

Estas podrían ser historias ordinarias de migrantes de no ser porque Bernardo y Héctor Orlando son dos de las fichas de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) para librar una nueva y silenciosa batalla: su expansión ideológica, logística y financiera por América Latina.

Bernardo, dicen fuentes del Ejército colombiano y de las FARC que hoy colaboran con la justicia, ha sido el encargado de penetrar países del Cono Sur, mientras Héctor Orlando se metió en el negocio de la pesca en Costa Rica para utilizarlo como plataforma del canje de cocaína por armas. Así lo cree el recién relevado ministro de Seguridad de Costa Rica, Fernando Berrocal Soto.

En Argentina, donde aún permanece la familia de Bernardo, se han recibido en los últimos cinco años a 80 refugiados colombianos. Pero cuando se indaga sobre su pasado y actividades, la respuesta oficial argentina es que si bien entre ellos hay miembros de las FARC, se trata únicamente de perseguidos o desmovilizados.

En el caso de Costa Rica, país de refugio de Héctor Orlando, en los últimos seis años han ingresado 2 mil colombianos que, para las autoridades de ese país, están ligados a la subversión, a la delincuencia común y al narco. Pero hasta ahora comienza su persecución y decantamiento.

El mismo patrón se repite en Ecuador, México y en Brasil. En este último, el enlace de las FARC, Francisco Antonio Cadena Collazos, Camilo —casado con una profesora brasileña y encargado del trueque de coca por armas y del reclutamiento de simpatizantes— no ha podido ser extraditado a Colombia porque goza de dicho estatus desde el 2006.

La metamorfosis

Esta avanzada internacional de la guerrilla empezó en 2002, cuando Álvaro Uruibe llegó al poder, con un duro discurso antifariano y fuerzas armadas fortalecidas.

“Por la presión militar, las FARC se vieron obligadas a renunciar a los secuestros masivos y a las grandes tomas, con las que llegaron incluso a penetrar a Cali, la tercera ciudad más importante de Colombia”, dice un miembro de la inteligencia militar.

Entonces, el Secretariado de las FARC inició la penetración en el resto del continente, que ya tenía dos fases poco productivas. La primera, en los 80, fue liderada por Jaime Guaracas, entonces miembro del Secretariado, fracasó por inexperiencia. La segunda se frenó por el retroceso del socialismo mundial. Una tercera coordinada por los líderes Raúl Reyes e Iván Márquez, rindió frutos.

Las FARC han armado una red de más de 400 organizaciones legales, clandestinas y semiclandestinas de Argentina hasta EU que respaldan su causa.

Su punta de lanza es la Coordinadora Continental Bolivariana (CCB). No es gratuito que tres días antes de la muerte de Reyes, el segundo congreso de la CCB, en Quito, Ecuador, haya expedido una resolución de apoyo a la batalla internacional de las FARC para ser sacadas de la lista de terroristas y reconocidas como grupo beligerante.

Esa solicitud ya tuvo eco condicionado en los gobiernos de Hugo Chávez y Rafael Correa, que piden el cese de secuestros antes de respaldar esta polémica cruzada.

El enredo de la red

La información a disposición de Gobierno colombiano sobre esta red coincide en buena parte con los reportes periodísticos logrados por el GDA.

Por ejemplo, el Movimiento Revolucionario Tupac Amarú (MRTA), en Perú, da un respaldo abierto al discurso de las FARC, por tener como coincidencia ideológica el antiimperialismo. Pero desde 2006, también hay indicios de que miembros de ese grupo han recibido entrenamiento militar de la guerrilla.

En México hay un núcleo de apoyo a las FARC, con claros nexos con estudiantes de la UNAM, que aun cuando es público, terminó en la mira de las autoridades luego de que varios de sus integrantes fueron encontrados en el campamento de Raúl Reyes.

También está el Movimiento Francisco Villa, conectado con el PRD, al que tildan de cercano al grupo colombiano.

Por ejemplo, llama la atención que, en Ciudad de México, y ha sido investigada su relación con dos empresas, una de ellas, una comercializadora de vehículos.

Autoridades colombianas y mexicanas investigan el posible vínculo de una casa de cambio en la colonia Roma utilizada por algunos miembros de las redes bolivarianas con los negocios de droga que las FARC mantienen con los cárteles de Sinaloa y Juárez: “Es claro que intentan lavar el dinero producto del narcotráfico”, dice la inteligencia colombiana que les sigue los pasos con infiltrados.

Y en Ecuador, Nubia Calderón —de cuya muerte no hay certeza— obtuvo residencia y propiedades, pese a tener una orden de captura vigente en su contra en Colombia por rebelión y terrorismo. Figura como administradora de un almacén de ropa y de maquillaje, pero es realmente el enlace de las FARC en ese país.

También en Venezuela y Colombia, grupos de muchachos del Clan Cruzada Latinoamericana y el Grupo Anarkista han sido entrenados en manejo de explosivos y armas. La huella de ese vínculo quedó en las calles y paredes de Bogotá en la marcha del pasado 1 de mayo.

En cuanto a Perú, la policía tiene evidencias de que allí el apoyo es más logístico y las FARC usan la ciudad de Iquitos como cantera de milicianos, armas, tráfico de drogas y lugar de recuperación de heridos. Un solo hombre, Gonzalo Guerra Siquihva, admitió el año pasado haber entregado a esa guerrillas mil pistolas y cartuchos para AKM y otras armas.

Entre tanto, en Chile, el liderazgo del trabajo pro FARC lo lleva un refugiado conocido como ‘Roque’, quien logró que el Partido Comunista enviara cuadros a Colombia para instrucción de milicias.

Ahora todo indica que el principal esfuerzo de las FARC está encaminado a establecer nexos en Estados Unidos.

En ese país ya abrieron dos puntos de trabajo ideológico, dice la inteligencia colombiana: una ONG ambientalista y un centro de estudios de Carolina del Norte.

Tras la muerte de Reyes, la Comisión Internacional de las FARC se apresuró a reorganizarse para reemplazar esa ficha, dicen las investigaciones en Colombia.

Ahora la comisión coordinadora que estaba bajo el mando de Reyes; Orlay Jurado Palomino, Hermes, y Francisco Cadena Collazos, Camilo, se ha ampliado.

Ante este panorama, oficiales de inteligencia colombiana admiten que si bien las FARC están acorraladas militarmente en Colombia, pueden reclamar su fortalecimiento en el exterior como su gran triunfo en los últimos cinco años.

Texto de GDA, El Universal, 11 de mayo.




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