Las condiciones que pretende imponer Estados Unidos para otorgar a México financiamiento contra el narcotráfico son inadmisibles, consideraron diputados de los partidos Verde Ecologista de México y de la Revolución Democrática.
En entrevista, el diputado Manuel Salgado Amador, del Partido Verde Ecologista de México (PVEM) advirtió que de aceptar la ayuda condicionada de 350 millones de dólares, México pondría en riesgo su soberanía y permitiría una mayor injerencia del vecino país en asuntos que sólo competen a los mexicanos.
El Senado estadunidense votó el jueves pasado en favor de que se otorgue una primera partida de ayuda contra el narcotráfico sólo si el gobierno del vecino país estima que México inició reformas judiciales, y que las unidades policiales y militares apoyadas con recursos sean ajenas a violaciones humanitarias o la corrupción.
En la opinión de Salgado Amador, de aceptar México esa situación se vería obligado a permitir que Estados Unidos envíe a su personal para vigilar cómo se gastan esos recursos y dar línea en cuanto al combate al narcotráfico.
Consideró que ya de por sí Estados Unidos incurre en una labor injerencista al "certificar" la lucha que mantienen diversos países de América Latina contra el narcotráfico, por lo que de aceptar México sus condicionamientos le permitiría inmiscuirse mucho más.
Por separado, el diputado Juan N. Guerra Ochoa, del Partido de la Revolución Democrática (PRD), dijo que se ha venido insistiendo que Estados Unidos apoye a México en su lucha contra el narcotráfico, pero el problema radica en lo que se tendrá que dar a cambio.
Desde el punto de vista del legislador perredista no se debe insistir en que el vecino país del norte envíe recursos económicos sino equipo y que apoye en la capacitación de las fuerzas policiacas.
Para Guerra Ochoa aceptar el financiamiento que ofrece Estados Unidos con sus condicionantes provocaría que por la vía de la seguridad hemisférica "nos lleven a un baile que es la guerra, convertirnos en sus soldados y ser parte de todos sus conflictos y perder nuestra neutralidad".
Recomendó que México mantenga su neutralidad, porque "no tenemos problemas de terrorismo internacional, pero de ser parte del Ejército de Estados Unidos y de su seguridad integrada, entonces sí vamos a tener esas cuestiones".
En entrevista, el diputado Manuel Salgado Amador, del Partido Verde Ecologista de México (PVEM) advirtió que de aceptar la ayuda condicionada de 350 millones de dólares, México pondría en riesgo su soberanía y permitiría una mayor injerencia del vecino país en asuntos que sólo competen a los mexicanos.
El Senado estadunidense votó el jueves pasado en favor de que se otorgue una primera partida de ayuda contra el narcotráfico sólo si el gobierno del vecino país estima que México inició reformas judiciales, y que las unidades policiales y militares apoyadas con recursos sean ajenas a violaciones humanitarias o la corrupción.
En la opinión de Salgado Amador, de aceptar México esa situación se vería obligado a permitir que Estados Unidos envíe a su personal para vigilar cómo se gastan esos recursos y dar línea en cuanto al combate al narcotráfico.
Consideró que ya de por sí Estados Unidos incurre en una labor injerencista al "certificar" la lucha que mantienen diversos países de América Latina contra el narcotráfico, por lo que de aceptar México sus condicionamientos le permitiría inmiscuirse mucho más.
Por separado, el diputado Juan N. Guerra Ochoa, del Partido de la Revolución Democrática (PRD), dijo que se ha venido insistiendo que Estados Unidos apoye a México en su lucha contra el narcotráfico, pero el problema radica en lo que se tendrá que dar a cambio.
Desde el punto de vista del legislador perredista no se debe insistir en que el vecino país del norte envíe recursos económicos sino equipo y que apoye en la capacitación de las fuerzas policiacas.
Para Guerra Ochoa aceptar el financiamiento que ofrece Estados Unidos con sus condicionantes provocaría que por la vía de la seguridad hemisférica "nos lleven a un baile que es la guerra, convertirnos en sus soldados y ser parte de todos sus conflictos y perder nuestra neutralidad".
Recomendó que México mantenga su neutralidad, porque "no tenemos problemas de terrorismo internacional, pero de ser parte del Ejército de Estados Unidos y de su seguridad integrada, entonces sí vamos a tener esas cuestiones".
Notimex, Crónica, 25 de mayo.
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