El mexicano Ángel García, supuesto contacto de otros cinco mexicanos para ir al campamento en Ecuador de Raúl Reyes, segundo mando de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), es investigado por los servicios de Inteligencia de México y de Quito.
Los grupos señalan que García, nacido en 1957, estuvo vinculado a movimientos de trabajadores, de defensa de los presos y, últimamente, a la Coordinadora Continental Bolivariana (CCB).
Este movimiento organizó el Segundo Congreso de la Coordinadora en Quito. A esa cita acudieron los mexicanos Lucía Morett, Fernando Franco, Juan González, Soren Avilés y Verónica Velásquez; todos, según los reportes, estudiantes de la UNAM.
Ellos llegaron a finales de enero para dos encuentros internacionales. El primero, el seminario del pensamiento de Simón Bolívar, que según la página web de la CCB, era un instrumento de desarrollo de la Escuela de Formación Bolivariana de Cuadros.
Luego estuvieron en el Congreso de la Coordinadora Bolivariana, del 24 al 27 de febrero, al que el movimiento —con estatus legal en el país— convocó a sus principales representantes del continente para establecer líneas políticas que incluyen el apoyo a la calificación de beligerantes a las FARC.
Fuentes de Inteligencia mexicana aseguran que ahí no sólo estuvieron los estudiantes de la UNAM, sino también Dagoberto Díaz y Gabriela Mejía, presunta líder de la CCB, capítulo México.
Según registros fotográficos y de video, ella estuvo en la mesa directiva del encuentro principal.
El 8 de marzo, Díaz y Mejía visitaron a Morett en el segundo piso del Hospital Militar de Quito. En el libro de ingreso se confirma que entraron junto con Pamela Dávila, de la Asociación Latinoamericana para los Derechos Humanos. Dávila negó que haya ayudado a los extranjeros.
Díaz estuvo oficialmente en Ecuador entre el 1 y el 28 de febrero y salió un día después de terminado el encuentro. Pero los investigadores prueban que Díaz retornó a Quito, vía terrestre, por Colombia, tras el bombardeo y la muerte de los mexicanos.
Morett y otros son investigados en México por los aparentes vínculos con las FARC. La demanda la hizó José Ortega, del Consejo Ciudadano para la Seguridad Pública y la Justicia Penal; e incluye a García, Díaz, Mejía y Morett, entre otros.
La Procuraduría mexicana, con base en esa queja, abrió una investigación por supuesta apología del delito y colaboración con el terrorismo. Ese expediente sirvió para que Morett consiguiera asilo en Nicaragua.
Inteligencia de México sabe que el contacto con Reyes fue García y que coordinó que se elimine la información de las computadoras de otros mexicanos.
Los grupos señalan que García, nacido en 1957, estuvo vinculado a movimientos de trabajadores, de defensa de los presos y, últimamente, a la Coordinadora Continental Bolivariana (CCB).
Este movimiento organizó el Segundo Congreso de la Coordinadora en Quito. A esa cita acudieron los mexicanos Lucía Morett, Fernando Franco, Juan González, Soren Avilés y Verónica Velásquez; todos, según los reportes, estudiantes de la UNAM.
Ellos llegaron a finales de enero para dos encuentros internacionales. El primero, el seminario del pensamiento de Simón Bolívar, que según la página web de la CCB, era un instrumento de desarrollo de la Escuela de Formación Bolivariana de Cuadros.
Luego estuvieron en el Congreso de la Coordinadora Bolivariana, del 24 al 27 de febrero, al que el movimiento —con estatus legal en el país— convocó a sus principales representantes del continente para establecer líneas políticas que incluyen el apoyo a la calificación de beligerantes a las FARC.
Fuentes de Inteligencia mexicana aseguran que ahí no sólo estuvieron los estudiantes de la UNAM, sino también Dagoberto Díaz y Gabriela Mejía, presunta líder de la CCB, capítulo México.
Según registros fotográficos y de video, ella estuvo en la mesa directiva del encuentro principal.
El 8 de marzo, Díaz y Mejía visitaron a Morett en el segundo piso del Hospital Militar de Quito. En el libro de ingreso se confirma que entraron junto con Pamela Dávila, de la Asociación Latinoamericana para los Derechos Humanos. Dávila negó que haya ayudado a los extranjeros.
Díaz estuvo oficialmente en Ecuador entre el 1 y el 28 de febrero y salió un día después de terminado el encuentro. Pero los investigadores prueban que Díaz retornó a Quito, vía terrestre, por Colombia, tras el bombardeo y la muerte de los mexicanos.
Morett y otros son investigados en México por los aparentes vínculos con las FARC. La demanda la hizó José Ortega, del Consejo Ciudadano para la Seguridad Pública y la Justicia Penal; e incluye a García, Díaz, Mejía y Morett, entre otros.
La Procuraduría mexicana, con base en esa queja, abrió una investigación por supuesta apología del delito y colaboración con el terrorismo. Ese expediente sirvió para que Morett consiguiera asilo en Nicaragua.
Inteligencia de México sabe que el contacto con Reyes fue García y que coordinó que se elimine la información de las computadoras de otros mexicanos.
Nota de El Universal, 23 de mayo.
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