El Procurador general de la República, Eduardo Medina-Mora, condicionó el éxito de la reforma de justicia penal a la elaboración de una ley secundaria y a la formación profesional de jueces, ministerios públicos, defensores y procuradores.
Al inaugurar en el Instituto Nacional de Ciencias Penales salas en materia de juicios orales y dar la bienvenida a alumnos de la especialidad en Función Ministerial, dijo que la legislación secundaria es indispensable para operar la reforma, "porque si lo hacemos bien, podremos otorgar a los ciudadanos acceso a un sistema de justicia mucho más efectivo y transparente. Pero también podemos equivocarnos si no lo hacemos bien".
El otro componente para garantizar el éxito, dijo, es la formación de todos los actores que tienen que ver con la procuración de justicia.
"La investigación de los delitos requiere de ministerios públicos, de representantes sociales que tengan habilidades para conducir una investigación criminal".
Y añadió: "Tenemos que hacer un planeo más cuidadoso de las averiguaciones y lo tenemos que hacer con la colaboración, también, de las policías y de los peritos, sin renunciar a la responsabilidad indelegable que tenemos los MP de conducir la investigación criminal".
Reprochó que, a veces, las averiguaciones previas se conforman de "ocurrencias".
A los maestros del INACIPE pidió no solo transmitir conocimientos, sino "actitudes, valores, compromiso, pasión y habilidades prácticas".
Con la reforma, dijo, se está transitando de un sistema con tinte inquisitorios a un sistema oral acusatorio que evita la impunidad y permite la reparación del daño a las víctimas.
Ésta, avala la intervención telefónica en casos de delincuencia organizada y el arraigo de personas sujetas a investigación. Contempla, además, la creación de jueces de control que pueden resolver, de manera inmediata, medidas cautelares y la aplicación de juicios orales.
Desde el 6 de marzo, día en que fue aprobada por el Senado, ha recibido el respaldo, según Medina Mora, de 21 Legislaturas locales.
Al inaugurar en el Instituto Nacional de Ciencias Penales salas en materia de juicios orales y dar la bienvenida a alumnos de la especialidad en Función Ministerial, dijo que la legislación secundaria es indispensable para operar la reforma, "porque si lo hacemos bien, podremos otorgar a los ciudadanos acceso a un sistema de justicia mucho más efectivo y transparente. Pero también podemos equivocarnos si no lo hacemos bien".
El otro componente para garantizar el éxito, dijo, es la formación de todos los actores que tienen que ver con la procuración de justicia.
"La investigación de los delitos requiere de ministerios públicos, de representantes sociales que tengan habilidades para conducir una investigación criminal".
Y añadió: "Tenemos que hacer un planeo más cuidadoso de las averiguaciones y lo tenemos que hacer con la colaboración, también, de las policías y de los peritos, sin renunciar a la responsabilidad indelegable que tenemos los MP de conducir la investigación criminal".
Reprochó que, a veces, las averiguaciones previas se conforman de "ocurrencias".
A los maestros del INACIPE pidió no solo transmitir conocimientos, sino "actitudes, valores, compromiso, pasión y habilidades prácticas".
Con la reforma, dijo, se está transitando de un sistema con tinte inquisitorios a un sistema oral acusatorio que evita la impunidad y permite la reparación del daño a las víctimas.
Ésta, avala la intervención telefónica en casos de delincuencia organizada y el arraigo de personas sujetas a investigación. Contempla, además, la creación de jueces de control que pueden resolver, de manera inmediata, medidas cautelares y la aplicación de juicios orales.
Desde el 6 de marzo, día en que fue aprobada por el Senado, ha recibido el respaldo, según Medina Mora, de 21 Legislaturas locales.
Daniel Blancas Madrigal, Crónica, 28 de mayo.
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