Las FARC, diezmadas, asegura ex guerrillera

BOGOTÁ.— Las FARC están “resquebrajadas”, pero algunos optarán por suicidarse, antes que desmovilizarse. Así lo aseguró ayer Karina, la desmovilizada jefa del frente 47 de la guerrilla colombiana, en conferencia de prensa, en la que también desmintió tajantemente haber tenido algo qué ver con el asesinato, en 1983, de Alberto Uribe Sierra, padre del actual mandatario, Álvaro Uribe.

Tras entregarse el domingo a las autoridades, Karina, considerada como una de las guerrilleras más sanguinarias de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), aseguró ayer, en una base militar en la ciudad de Medellín, donde fue presentada, que “no tengo las manos manchadas por ese hecho”, en alusión al asesinato de Alberto Uribe, y que “no conozco ni nunca supe quién fue el que asesinó al papá del presidente”.

La Fiscalía colombiana la acusa de homicidio agravado, rebelión y secuestro múltiple agravado. Karina, cuyo nombre real es Nelly Ávila Moreno, se unió en la década de los 90 al frente 5 de las FARC en el Urabá antioqueño. En 1998 llegó a ser uno de las jefes del frente 47 e impuso su violento estilo en siete municipios del suroriente del departamento.

Sin embargo, ayer aseguró que dejó el frente 47 hace dos años y que desde entonces no tiene “información sobre el paradero de la comandancia del grupo guerrillero”. Sobre su decisión de desmovilizarse, junto con su compañero sentimental, alias Michín, Karina aseguró que “fue por la presión del Ejército en el área”.

Invitó a los guerrilleros “a que se incorporen al plan de reinserción” a la vida civil del gobierno, pero reconoció que muchos prefieren “hacerse matar” que entregarse, y dijo temer por su vida y la de su familia, pues su rendición “es considerada en las FARC como una traición”.

“Esta lucha no se gana por medio de la guerra, hay que dialogar”, concluyó la ex guerrillera

En tanto, autoridades responsabilizaron ayer a Eduardo Morales, director de prisiones de Colombia, por la desaparición de la computadora y tres tarjetas SIM para teléfono celular, pertenecientes a Salvatore Mancuso, uno de los 14 jefes paramilitares que fueron extraditados el martes a Estados Unidos.

Nota de El Tiempo/GDA, El Universal, 20 de mayo.