BUENOS AIRES.— El gobierno colombiano anunció ayer que Pedro Antonio Marín, alias Manuel Marulanda, o Tirofijo, fundador y líder de las FARC, falleció el pasado 26 de marzo. La noticia que conmocionó al país la dio el ministro de Defensa, Juan Manuel Santos en una entrevista y, horas más tarde, un comunicado ratificó la información, sobre la que la guerrilla aún no se ha pronunciado.
“A través de diferentes medios de inteligencia militar nos enteramos de que Marulanda, principal cabecilla de las FARC, está muerto. Tirofijo, según esta información, murió el 26 de marzo pasado a las 6:30 de la tarde”, señaló un comunicado leído por el almirante René Moreno, jefe del Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas, quien acotó que la muerte se había producido por un infarto y que el mando habría recaído en manos de Guillermo León Sáenz Vargas, alias Alfonso Cano.
Por la mañana había trascendido el contenido de una entrevista que Santos concedió a la revista Semana, en la que aseguró que el líder guerrillero “está muerto”.
“Lo que nos dice una fuente que nunca nos ha fallado (es que está muerto). Esa es la última información que tenemos y que estamos corroborando”, subrayó. Sobre las causas de la muerte, dijo que “en esas fechas hubo tres bombardeos fuertes en donde se pensaba que estaba Tirofijo. La guerrilla dice que de paro cardiaco. No tenemos pruebas ni de lo uno ni de lo otro”.
Horas más tarde, la agencia Anncol, vinculada a las FARC (Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia), se limitó a decir que “sólo el secretariado de las FARC” puede confirmar la muerte del líder guerrillero. No obstante, señaló que la vida de Marulanda “es rica en luchas y éxitos y, si ha muerto, su paso no ha sido estéril por la patria grande de (el Libertador Simón) Bolívar”.
Mientras el presidente Álvaro Uribe evitó referirse a la posible muerte de Marulanda, el vicepresidente Francisco Santos sostuvo que “o la enfermedad o la fuerza pública” acabaron con Tirofijo, aunque “parece que fue de enfermedad”.
En este marco, Uribe adelantó que militantes de las FARC se contactaron con el gobierno ofreciendo su desmovilización y la liberación de la ex candidata a la Presidencia Íngrid Betancourt y otros rehenes. A ellos, el mandatario envió este mensaje: “Ese grupo debe saber que hemos creado un fondo de recompensas de hasta 100 millones de dólares para los que se desmovilicen y liberen a los plagiados”. No sólo eso, también les ofreció buscar para ellos “un mecanismo de libertad condicional”.
Mientras el gobierno buscaba confirmar la muerte de Marulanda, se dio a conocer otra noticia, ésta sí confirmada, de que el Partido alemán de la Izquierda, Die Linke, fundado por poscomunistas, había comprometido su ayuda con las FARC en 2005 para que esa fuerza insurgente quedara fuera de la lista europea de fuerzas de terroristas, según lo publicó ayer Dier Spigel.
Esa promesa a las FARC la había formulado el actual portavoz para Política Exterior del partido, Wolfgang Gehrcke, quien ayer aclaró que había una condición para llevar a cabo las negociaciones de paz: las FARC pusieran en libertad a todos los rehenes.
La posible muerte de Tirofijo sería la mejor noticia que la administración Uribe podría recibir en lo que va de un año cargado de éxitos en su guerra contra las FARC.
“A través de diferentes medios de inteligencia militar nos enteramos de que Marulanda, principal cabecilla de las FARC, está muerto. Tirofijo, según esta información, murió el 26 de marzo pasado a las 6:30 de la tarde”, señaló un comunicado leído por el almirante René Moreno, jefe del Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas, quien acotó que la muerte se había producido por un infarto y que el mando habría recaído en manos de Guillermo León Sáenz Vargas, alias Alfonso Cano.
Por la mañana había trascendido el contenido de una entrevista que Santos concedió a la revista Semana, en la que aseguró que el líder guerrillero “está muerto”.
“Lo que nos dice una fuente que nunca nos ha fallado (es que está muerto). Esa es la última información que tenemos y que estamos corroborando”, subrayó. Sobre las causas de la muerte, dijo que “en esas fechas hubo tres bombardeos fuertes en donde se pensaba que estaba Tirofijo. La guerrilla dice que de paro cardiaco. No tenemos pruebas ni de lo uno ni de lo otro”.
Horas más tarde, la agencia Anncol, vinculada a las FARC (Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia), se limitó a decir que “sólo el secretariado de las FARC” puede confirmar la muerte del líder guerrillero. No obstante, señaló que la vida de Marulanda “es rica en luchas y éxitos y, si ha muerto, su paso no ha sido estéril por la patria grande de (el Libertador Simón) Bolívar”.
Mientras el presidente Álvaro Uribe evitó referirse a la posible muerte de Marulanda, el vicepresidente Francisco Santos sostuvo que “o la enfermedad o la fuerza pública” acabaron con Tirofijo, aunque “parece que fue de enfermedad”.
En este marco, Uribe adelantó que militantes de las FARC se contactaron con el gobierno ofreciendo su desmovilización y la liberación de la ex candidata a la Presidencia Íngrid Betancourt y otros rehenes. A ellos, el mandatario envió este mensaje: “Ese grupo debe saber que hemos creado un fondo de recompensas de hasta 100 millones de dólares para los que se desmovilicen y liberen a los plagiados”. No sólo eso, también les ofreció buscar para ellos “un mecanismo de libertad condicional”.
Mientras el gobierno buscaba confirmar la muerte de Marulanda, se dio a conocer otra noticia, ésta sí confirmada, de que el Partido alemán de la Izquierda, Die Linke, fundado por poscomunistas, había comprometido su ayuda con las FARC en 2005 para que esa fuerza insurgente quedara fuera de la lista europea de fuerzas de terroristas, según lo publicó ayer Dier Spigel.
Esa promesa a las FARC la había formulado el actual portavoz para Política Exterior del partido, Wolfgang Gehrcke, quien ayer aclaró que había una condición para llevar a cabo las negociaciones de paz: las FARC pusieran en libertad a todos los rehenes.
La posible muerte de Tirofijo sería la mejor noticia que la administración Uribe podría recibir en lo que va de un año cargado de éxitos en su guerra contra las FARC.
Nota de José Vales, El Universal, 25 de mayo.
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