CHINANTLA, Pue.- Los ancianos que habitan la Mixteca poblana desmienten que sean los "beneficiarios" de las remesas.
Un grupo de personas de la tercera edad, reunidos en la plaza pública para recibir recursos de programas federales, explican que es una mentira más del "sueño americano", considerar a las zonas expulsoras de mano de obras como receptoras de riquezas.
Al menos, creen, las cifras millonarias y en dólares no llegan en la misma proporción, ni a todos.
Matilde Soriano, de 76 años de edad, cuenta que tiene cuatro hijas en Estados Unidos, pero son casadas y ocasionalmente le envían dinero para alimentos y medicinas.
Pero en realidad, agrega, sobrevive gracias a la crianza de un par de puercos y 10 gallinas.
"La gente y el gobierno creen que de allá (Estados Unidos) nos mandan siempre dólares y más dólares, pero no es así, nosotros no estamos gozando de ningún dinero.
"En mi caso tengo cuatro hijas pero como son casadas apenas me mandan cuando pueden, y aquí hay que comer y pagar cosas, porque es mentira que tengamos harto dinero", expresa la mujer.
Rosa Pérez, de 51 años, también vecina del municipio de Chinantla, comenta que aún con dos hijos en la unión americana lo poco que recibe de ambos no es suficiente para sobrevivir en un año.
Un grupo de personas de la tercera edad, reunidos en la plaza pública para recibir recursos de programas federales, explican que es una mentira más del "sueño americano", considerar a las zonas expulsoras de mano de obras como receptoras de riquezas.
Al menos, creen, las cifras millonarias y en dólares no llegan en la misma proporción, ni a todos.
Matilde Soriano, de 76 años de edad, cuenta que tiene cuatro hijas en Estados Unidos, pero son casadas y ocasionalmente le envían dinero para alimentos y medicinas.
Pero en realidad, agrega, sobrevive gracias a la crianza de un par de puercos y 10 gallinas.
"La gente y el gobierno creen que de allá (Estados Unidos) nos mandan siempre dólares y más dólares, pero no es así, nosotros no estamos gozando de ningún dinero.
"En mi caso tengo cuatro hijas pero como son casadas apenas me mandan cuando pueden, y aquí hay que comer y pagar cosas, porque es mentira que tengamos harto dinero", expresa la mujer.
Rosa Pérez, de 51 años, también vecina del municipio de Chinantla, comenta que aún con dos hijos en la unión americana lo poco que recibe de ambos no es suficiente para sobrevivir en un año.
Nota de Francisco Rivas, corresponsal, Reforma, 11 de mayo.
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