Olvidó Labastida su papel de árbitro y entró a la discusión

El senador del PRI, Francisco Labastida Ochoa, rompe su neutralidad como moderador de la mesa. Corrige a Luis Javier Garrido, uno de los ponentes.
—La Comisión de Energía ya había acordado la realización de los foros, a los cuales hoy asistimos. No hubo necesidad de ninguna presión para que los mismos fueran realizados, —asegura.
Como árbitro que se mete a la cancha, Labastida no se queda con las ganas de intervenir ante la alusión de Luis Javier Garrido a la toma de las tribunas del Congreso.
Más adelante, dos ponentes y dos senadores recriminarán a Luis Javier Garrido, quien convertido en “adelita jurídico” lleva a la mesa las posturas de López Obrador. Y su lenguaje.
Nueve veces menciona la frase “gobierno de facto” y dos la frase “gobierno espurio” en su primera intervención. Luego hablará de “traición a la patria”.
Sergio López Ayllón, otro de los ponentes en este cuarto foro sobre reforma petrolera, le da el primer llegue a Garrido: “a mí me invitaron a fijar una postura jurídica, no ideológica”.
Lo mismo dice Miguel Carbonell, investigador del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM.
Ocho ponentes comparten la mesa esta vez: Raúl Carrancá y Rivas, Luis Javier Garrido, Miguel Carbonell, Sergio García Ramírez, Sergio López Ayllón, José Elías Romero Apis, José Roldán Xopa y Fauzi Hamdan.
Se enfrascan en discusiones sobre las mil formas de interpretar la redacción de los artículos 27 y 28 de la Constitución.
Carbonell le pide a Garrido que diga con argumentos jurídicos por qué las iniciativas del presidente Calderón violan la Constitución.
—Yo nunca dije que fueran inconstitucionales, sino que se trata de una tentativa de fraude a la Constitución, —se defiende Garrido.
Luego vuelve a sus conceptos de “gobierno espurio” y dice que si un Ejecutivo ordena a un Legislativo aprobar normas que transgreden la Constitución es “traición a la patria”.
Más de uno le responde.
—Rechazo contundentemente que por tener diferente interpretación constitucional haya en este recinto traidores a la patria, —alega Miguel Carbonell.
—No puedo admitir que se condene al legislador por el ejercicio de su función a la hoguera de la traición a la patria, —dice en su momento el senador del PRI, Jesús Murillo Karam.
El diputado del PRI, Luis Enrique Benítez, llama a dejar de lado las “posturas radicales” y a que nadie se abrogue la paternidad de los foros.
El senador del PAN, Alejandro González Alcocer, reclama a Garrido que se refiera al Presidente de la República como “gobierno de facto o espurio”.
Así pasan seis horas. Oradores y oradores, réplicas y contrarréplicas y nadie defiende en concreto y con claridad las iniciativas presidenciales, que son desmenuzadas una y otra vez.
José Contreras, Crónica, 23 de mayo.

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