Advierten daños a salud en familias de paisanos

El objetivo de los migrantes de mejorar la calidad de vida de sus familiares no siempre se cumple y menos cuando se trata de salud.

De acuerdo con un estudio del Instituto Nacional de Salud Pública, las familias que reciben remesas -aproximadamente una de cada 20 en el País- tienen impactos positivos y negativos.

Aunque se ha detectado que estos hogares tienen menores tasas de mortalidad infantil y mejor peso al nacer que los que no tienen parientes en Estados Unidos, también se ha documentado que son más propensas a sufrir problemas emocionales y adicciones, a causa de los desequilibrios que trae consigo la partida de uno de sus miembros.

"Se han atribuido a la migración problemas de salud tanto crónicos como agudos... Se han reportado altas tasas de depresión, ansiedad y somatización asociadas a sentimientos de soledad y a la percepción de no tener recursos adecuados como padre y madre durante la ausencia del cónyuge.

"Los hijos de los inmigrantes tienen altos niveles de estrés asociados a la ausencia paterna y presentan un alto consumo de alcohol y drogas", indica el estudio "Salud Migrante", en donde se hace la propuesta de un seguro binacional de salud.

Ante este panorama, el reporte encabezado por el investigador Miguel Ángel González Block considera que las enfermedades crónicas que la migración trae consigo llegan a ser mayores que los efectos que pudo haber traído en la mortalidad infantil.

"Es más, con la migración de retorno definitiva, es probable que las comunidades receptoras tengan que cargar con el peso de las enfermedades de los ancianos y con los que regresan con debilidades, cuyas enfermedades han sido exacerbadas por la falta de acceso a los servicios de salud en Estados Unidos", indica.

Al respecto, el propio Secretario de Salud, José Ángel Córdova, ha señalado que las tasas de algunas enfermedades crónicas entre los mexicanos en Estados Unidos son mayores que las que se presentan en México; como en el caso del VIH/SIDA, que en el País tiene una prevalencia de .3 por ciento y entre los migrantes es de .6 por ciento.

Según el documento, los principales problemas de salud que reportan los mexicanos del otro lado de la frontera son lesiones de trabajo producto de las condiciones en las que laboran: diabetes, enfermedades de transmisión sexual y abuso de sustancias.

"Los temas de salud mental son de preocupación, asociados con la aculturación, pérdida cultural y el estrés asociado con un estatus de clase baja", indica el estudio que se concentró principalmente en poblaciones de mexicanos en Iowa, Washington y Carolina del Norte.

Margarita Vega, Reforma, 8 de junio.


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