Buscará Plan Mérida "satisfacción mutua"

Estados Unidos tiene un “apetito voraz” por las drogas, reconoció el líder del Senado estadounidense Harry Reid, quien aceptó que este fenómeno de consumo en su país y el contrabando de armas hacia México ha exacerbado el problema del narcotráfico.

En entrevista con EL UNIVERSAL, Reid también dio a conocer que en días recientes los senadores demócratas, al igual que sus equipos de trabajo, han tenido “extensas” conversaciones con la embajada mexicana en Washington y otros funcionarios de la administración de Felipe Calderón para dialogar respecto a las preocupaciones mutuas dentro de la aplicación de esta iniciativa contra el crimen organizado.

El líder de la mayoría demócrata senatorial, quien es uno de los principales impulsores de la Iniciativa Mérida, expresó su confianza de que el plan binacional contra el narcotráfico sea aprobado con una redacción en la que se incluya los intereses tanto de México como de Estados Unidos.

“Sé que todos estamos trabajando hacia una versión final de la legislación que tratará temas puestos por ambas partes”, expresó en declaraciones por escrito para este diario.

Reconoció que Estados Unidos debe hacer más para detener el contrabando de armas de fuego, situación que también está agravando el problema.

“Ahora más que nunca debemos de fortalecer nuestra cooperación mutua para poder abordar este problema de una manera efectiva”, dijo.

El Senado de Estados Unidos aprobó el pasado 22 de mayo, con condiciones, 450 millones de dólares para la Iniciativa Mérida, un plan de ayuda al combate al narcotráfico y al crimen organizado en México y Centroamérica.

La iniciativa, que contempla 350 millones de dólares para México y los 100 millones restantes para Centroamérica, aún tiene que ser armonizada con la que aprobó la Cámara de Representantes estadounidense.

El Senado incluyó en el proyecto de ley condiciones para el desembolso de los fondos, como reformas legales y judiciales, ante la preocupación por la corrupción e impunidad de las fuerzas militares y policiales en México.

Estados Unidos retendría 25% de los recursos para la lucha antinarcóticos hasta que el Departamento de Estado informe al Congreso sobre las medidas que toma México para fortalecer los derechos humanos.

En respuesta, el gobierno mexicano advirtió que no aceptará los condicionamientos de Estados Unidos en la Iniciativa Mérida, porque incorpora medidas o evaluaciones unilaterales que están sujetas al ejercicio en el desarrollo de la Iniciativa, lo que resultaría, dijo México, contraria a su objetivo y espíritu, de cooperación y corresponsabilidad compartida.

La posición mexicana fue respaldada por el presidente George W. Bush, quien llamó a su Congreso a eliminar, dentro de la iniciativa, las “condicionantes poco razonables”.

El martes pasado, la Cámara de Representantes de Estados Unidos aprobó una nueva versión de la Iniciativa Mérida que buscará conciliar con el Senado en cuanto a fondos asignados, la cual considera un lenguaje que insiste en la estricta salvaguarda de los derechos humanos, pero no condiciona los fondos a ningún tipo de reforma judicial.

Esta nueva redacción de la Iniciativa Mérida autoriza por tres años el esquema de cooperación por un total de mil 600 millones de dólares.

Harry Reid, senador por Nevada, aseguró que la relación de trabajo entre los diversos actores de México y Estados Unidos siempre ha sido muy fructífera y productiva; “tanto en esta (Iniciativa Mérida) como en otros temas de nuestra agenda bilateral ha sido muy fructífera y productiva”.

“Trabajando juntos, espero que podamos reducir el tráfico de drogas, la violencia, y mejorar la calidad de vida de todos en ambos lados de la frontera”, añadió Reid.
Natalia Gómez Quintero, El Universal, 15 de junio.

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