MEDELLÍN. La 38 Asamblea General de la OEA en Medellín, Colombia, fue inaugurada con varios temas en la agenda como son la crisis entre Ecuador y Colombia, cuyos vicecancilleres informarán a la región del estado de sus intenciones de acercamiento.
Ecuador rompió relaciones con Colombia tras un operativo militar colombiano en suelo ecuatoriano el pasado 1 de marzo contra un campamento de la guerrilla de las FARC, que terminó con más de 20 muertos, entre ellos el número dos del grupo rebelde, Raúl Reyes, cuatro mexicanos y un ecuatoriano.
También se debatirá la crisis política en Bolivia, en donde dos regiones celebraron sus referendos autonómicos a los que se opone el gobierno de Evo Morales, aunque según fuentes de la OEA no está prevista ninguna declaración conjunta al respecto.
A pesar de esta coyuntura regional, el tema central de la reunión será la "Juventud y Valores democráticos", en relación al respeto los derechos y a la protección frente a la delincuencia, drogadicción, embarazos precoces, deserción escolar, desempleo, migración irregular y VIH-sida que afectan no sólo su capacidad de desarrollo sino la de sus naciones.
Mismos que serán plasmados mañana con la firma de la llamada "Declaración de Medellín".
Las políticas represivas "juegan un papel muy negativo entre los jóvenes", dijo Nils Kastberg, director regional para América Latina de UNICEF, el Fondo de las Naciones Unidas para la educación e infancia.
Hizo notar que cuando se trata de indocumentados, especialmente centroamericanos involucrados en pandillas violentas, en Estados Unidos "los arrestan, los ponen en un avión, los mandan de vuelta a su país, sin darles la oportunidad de un proceso de recuperación".
En países de la mitad norte de América, según cálculos de los gobiernos, el pandillismo - que es un fenómeno juvenil nuevo en cuanto a su actual connotación internacional- afecta a entre 80.000 y 120,000 jóvenes, algunos de ellos de hasta 13 años de edad. Los gobiernos de Centroamérica, México y Estados Unidos están especialmente preocupados no sólo por la violencia de los pandilleros sino por su involucramiento en narcotráfico y potencialmente terrorismo.
La Asamblea arrancó bajo fuertes medidas de seguridad con un fuerte dispositivo de seguridad compuesto por alrededor de 8.500 policías, según la organización.
Además la Dirección General de la Policía Nacional de Colombia envió 2,000 efectivos adicionales a los 6,500 uniformados que normalmente operan en la ciudad y el área metropolitana.
Ecuador rompió relaciones con Colombia tras un operativo militar colombiano en suelo ecuatoriano el pasado 1 de marzo contra un campamento de la guerrilla de las FARC, que terminó con más de 20 muertos, entre ellos el número dos del grupo rebelde, Raúl Reyes, cuatro mexicanos y un ecuatoriano.
También se debatirá la crisis política en Bolivia, en donde dos regiones celebraron sus referendos autonómicos a los que se opone el gobierno de Evo Morales, aunque según fuentes de la OEA no está prevista ninguna declaración conjunta al respecto.
A pesar de esta coyuntura regional, el tema central de la reunión será la "Juventud y Valores democráticos", en relación al respeto los derechos y a la protección frente a la delincuencia, drogadicción, embarazos precoces, deserción escolar, desempleo, migración irregular y VIH-sida que afectan no sólo su capacidad de desarrollo sino la de sus naciones.
Mismos que serán plasmados mañana con la firma de la llamada "Declaración de Medellín".
Las políticas represivas "juegan un papel muy negativo entre los jóvenes", dijo Nils Kastberg, director regional para América Latina de UNICEF, el Fondo de las Naciones Unidas para la educación e infancia.
Hizo notar que cuando se trata de indocumentados, especialmente centroamericanos involucrados en pandillas violentas, en Estados Unidos "los arrestan, los ponen en un avión, los mandan de vuelta a su país, sin darles la oportunidad de un proceso de recuperación".
En países de la mitad norte de América, según cálculos de los gobiernos, el pandillismo - que es un fenómeno juvenil nuevo en cuanto a su actual connotación internacional- afecta a entre 80.000 y 120,000 jóvenes, algunos de ellos de hasta 13 años de edad. Los gobiernos de Centroamérica, México y Estados Unidos están especialmente preocupados no sólo por la violencia de los pandilleros sino por su involucramiento en narcotráfico y potencialmente terrorismo.
La Asamblea arrancó bajo fuertes medidas de seguridad con un fuerte dispositivo de seguridad compuesto por alrededor de 8.500 policías, según la organización.
Además la Dirección General de la Policía Nacional de Colombia envió 2,000 efectivos adicionales a los 6,500 uniformados que normalmente operan en la ciudad y el área metropolitana.
AFP y EFE, El Economista, 2 de junio.
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