En los primeros cuatro meses de este año, el Instituto Nacional de Migración detuvo a 16 mil 780 indocumentados, de los cuales 994 proceden de Cuba, país que en ese periodo se ubicó en el cuarto lugar de personas detenidas en las 48 estaciones migratorias del país.
Dicha cifra se disparó respecto de los 502 ciudadanos cubanos asegurados en el mismo periodo de 2007 y podría rebasar el total de mil 359 que ingresaron ilegalmente al país durante todo el año pasado.
De acuerdo con un informe preliminar del INM, órgano dependiente de la Secretaría de Gobernación, el número de cubanos detenidos de enero a abril de este año representa 5.9 por ciento del total y sólo es superado por los países fronterizos de Honduras, con 7 mil 952 personas; Guatemala, con 4 mil 686; y El Salvador, con mil 623.
La víspera, un comando interceptó un autobús con 37 indocumentados que habían sido detenidos y quienes eran trasladados de Cancún, Quintana Roo, a la estación migratoria de Tapachula, Chiapas, luego de amagar a personal del INM que custodiaba el convoy en que viajaban.
La titular del INM, Cecilia Romero, afirmó que los migrantes asegurados habían sido trasladados primero a la estación de Chetumal, pero la poca capacidad del inmueble obligó a llevarlos a la de Tapachula.
La estación migratoria de Chetumal alberga sólo a 40 personas, por lo que en marzo de 2006 se construyó otra en Tapachula, para resolver problemas de hacinamiento en la región, ya que es en esta última entidad donde se efectúa 43 por ciento de los aseguramientos.
Con una inversión de 82 millones de pesos y capacidad para 960 personas, la estación de Tapachula formó parte del programa “Dignificación de la Función Migratoria”, instrumentada por el INM para elevar la calidad y eficiencia de los servicios, así como para garantizar el respeto a los derechos humanos.
El inmueble, de acuerdo con el Libro Blanco “Nuevas Estaciones Migratorias”, emitido por la Segob en 2006, cuenta con dormitorios para diez personas como máximo, consultorio, seis camas de recuperación, psicólogo, dentistas, personal administrativo, representante de la Comisión de Derechos Humanos, jurídico, consulados y trabajo social, así como una sala de juntas.
En el documento, el INM reconoció el problema al dar cuenta de que las estadísticas de 1995 a 2004 reportaron que se había duplicado el flujo migratorio en Veracruz y que en Chiapas se incrementó en más de 60 por ciento.
Diversas organizaciones de derechos humanos han denunciado violaciones a las garantías de los asegurados en la estación migratoria de Chetumal, en su mayoría cubanos, e incluso en febrero pasado cerca de 30 ciudadanos isleños encabezaron una protesta en la estación para denunciar el hacinamiento y la situación infrahumana en que se encontraban.
En respuesta, autoridades del INM afirmaron que la capacidad no había sido rebasada en la estación de Chetumal, sin embargo, en mayo pasado se anunció la construcción de dos nuevas instalaciones en la entidad.
Dicha cifra se disparó respecto de los 502 ciudadanos cubanos asegurados en el mismo periodo de 2007 y podría rebasar el total de mil 359 que ingresaron ilegalmente al país durante todo el año pasado.
De acuerdo con un informe preliminar del INM, órgano dependiente de la Secretaría de Gobernación, el número de cubanos detenidos de enero a abril de este año representa 5.9 por ciento del total y sólo es superado por los países fronterizos de Honduras, con 7 mil 952 personas; Guatemala, con 4 mil 686; y El Salvador, con mil 623.
La víspera, un comando interceptó un autobús con 37 indocumentados que habían sido detenidos y quienes eran trasladados de Cancún, Quintana Roo, a la estación migratoria de Tapachula, Chiapas, luego de amagar a personal del INM que custodiaba el convoy en que viajaban.
La titular del INM, Cecilia Romero, afirmó que los migrantes asegurados habían sido trasladados primero a la estación de Chetumal, pero la poca capacidad del inmueble obligó a llevarlos a la de Tapachula.
La estación migratoria de Chetumal alberga sólo a 40 personas, por lo que en marzo de 2006 se construyó otra en Tapachula, para resolver problemas de hacinamiento en la región, ya que es en esta última entidad donde se efectúa 43 por ciento de los aseguramientos.
Con una inversión de 82 millones de pesos y capacidad para 960 personas, la estación de Tapachula formó parte del programa “Dignificación de la Función Migratoria”, instrumentada por el INM para elevar la calidad y eficiencia de los servicios, así como para garantizar el respeto a los derechos humanos.
El inmueble, de acuerdo con el Libro Blanco “Nuevas Estaciones Migratorias”, emitido por la Segob en 2006, cuenta con dormitorios para diez personas como máximo, consultorio, seis camas de recuperación, psicólogo, dentistas, personal administrativo, representante de la Comisión de Derechos Humanos, jurídico, consulados y trabajo social, así como una sala de juntas.
En el documento, el INM reconoció el problema al dar cuenta de que las estadísticas de 1995 a 2004 reportaron que se había duplicado el flujo migratorio en Veracruz y que en Chiapas se incrementó en más de 60 por ciento.
Diversas organizaciones de derechos humanos han denunciado violaciones a las garantías de los asegurados en la estación migratoria de Chetumal, en su mayoría cubanos, e incluso en febrero pasado cerca de 30 ciudadanos isleños encabezaron una protesta en la estación para denunciar el hacinamiento y la situación infrahumana en que se encontraban.
En respuesta, autoridades del INM afirmaron que la capacidad no había sido rebasada en la estación de Chetumal, sin embargo, en mayo pasado se anunció la construcción de dos nuevas instalaciones en la entidad.
Susana Hernández, Milenio, 14 de junio.
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