El presidente Felipe Calderón consideró “inconcebible” la falta de datos sobre la actuación en Estados Unidos contra las redes de narcotraficantes y pidió al país vecino mayor cooperación en la lucha contra el crimen.
Es la segunda ocasión en menos de dos semanas en que el presidente Calderón se refiere a la situación del narcotráfico y consumo de drogas en el vecino país y le pide mayor cooperación.
De hecho, en los últimos 11 días el gobierno mexicano se enfrascó con el estadounidense en un diferendo hecho público en declaraciones de funcionarios de ambos países.
El 29 de mayo, en un discurso en Los Pinos ante el embajador estadounidense en México y los gobernadores de California, Nuevo México y Texas, Calderón dijo que es fundamental entender que el problema del narco debe ser abordado por ambos países con la misma responsabilidad, puesto que Estados Unidos es la nación que más droga consume en el mundo y eso ocasiona la violencia en la franja fronteriza.
Un día después, el embajador Antonio Garza sostuvo que el consumo de drogas se da no sólo en su país, sino también en México, y que se trata de una plaga que mina la seguridad en ambos lados de la frontera.
El 2 de junio, el secretario de Gobernación Juan Camilo Mouriño, rechazó las condiciones impuestas por congresistas de EU a la Iniciativa Mérida de ayuda estadounidense a la lucha contra el tráfico de drogas en México.
Ayer, Calderón afirmó, en un encuentro con corresponsales españoles previo al viaje que hoy inicia a España, que es “inconcebible que las redes mexicanas existan sólo en el lado mexicano y que al pasar la frontera desaparezcan por arte de magia, como si no existieran”.
El mandatario mexicano pidió mucha más “cooperación de Estados Unidos en políticas para reducir el consumo en ese país, pero también en la persecución de las redes criminales”.
Expresó asombro porque México ponga a disposición de la justicia del país a más de 20 mil personas en un año y que en Estados Unidos “no haya una cifra específica que revele este compromiso”.
Calderón señaló que la ola de violencia de las bandas de narcotraficantes, que en lo que va del año ha cobrado más de mil 500 víctimas, es atribuible a la acción del gobierno mexicano de “cerrar espacios a la estructura criminal, financiera y operativa” de estos grupos.
Esta actuación ha provocado una reubicación, en algunos casos extremadamente violenta, con duras pugnas por las redes de distribución entre las diferentes bandas, que antes eran aliadas y ahora se disputan territorios, explicó el presidente.
Afirmó que la lucha contra el narco ha permitido recuperar territorios donde durante años los criminales actuaban con “absoluta impunidad” y donde además diversificaron sus acciones.
Reiteró que la lucha contra el crimen no será a “corto plazo sino a medio o largo”. Dijo que su gobierno ha dejado atrás “posturas pasivas” con este problema.
Es la segunda ocasión en menos de dos semanas en que el presidente Calderón se refiere a la situación del narcotráfico y consumo de drogas en el vecino país y le pide mayor cooperación.
De hecho, en los últimos 11 días el gobierno mexicano se enfrascó con el estadounidense en un diferendo hecho público en declaraciones de funcionarios de ambos países.
El 29 de mayo, en un discurso en Los Pinos ante el embajador estadounidense en México y los gobernadores de California, Nuevo México y Texas, Calderón dijo que es fundamental entender que el problema del narco debe ser abordado por ambos países con la misma responsabilidad, puesto que Estados Unidos es la nación que más droga consume en el mundo y eso ocasiona la violencia en la franja fronteriza.
Un día después, el embajador Antonio Garza sostuvo que el consumo de drogas se da no sólo en su país, sino también en México, y que se trata de una plaga que mina la seguridad en ambos lados de la frontera.
El 2 de junio, el secretario de Gobernación Juan Camilo Mouriño, rechazó las condiciones impuestas por congresistas de EU a la Iniciativa Mérida de ayuda estadounidense a la lucha contra el tráfico de drogas en México.
Ayer, Calderón afirmó, en un encuentro con corresponsales españoles previo al viaje que hoy inicia a España, que es “inconcebible que las redes mexicanas existan sólo en el lado mexicano y que al pasar la frontera desaparezcan por arte de magia, como si no existieran”.
El mandatario mexicano pidió mucha más “cooperación de Estados Unidos en políticas para reducir el consumo en ese país, pero también en la persecución de las redes criminales”.
Expresó asombro porque México ponga a disposición de la justicia del país a más de 20 mil personas en un año y que en Estados Unidos “no haya una cifra específica que revele este compromiso”.
Calderón señaló que la ola de violencia de las bandas de narcotraficantes, que en lo que va del año ha cobrado más de mil 500 víctimas, es atribuible a la acción del gobierno mexicano de “cerrar espacios a la estructura criminal, financiera y operativa” de estos grupos.
Esta actuación ha provocado una reubicación, en algunos casos extremadamente violenta, con duras pugnas por las redes de distribución entre las diferentes bandas, que antes eran aliadas y ahora se disputan territorios, explicó el presidente.
Afirmó que la lucha contra el narco ha permitido recuperar territorios donde durante años los criminales actuaban con “absoluta impunidad” y donde además diversificaron sus acciones.
Reiteró que la lucha contra el crimen no será a “corto plazo sino a medio o largo”. Dijo que su gobierno ha dejado atrás “posturas pasivas” con este problema.
El Universal, 10 de junio.
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