Para Pemex no es alternativa la propuesta de Andrés Manuel López Obrador, planteada por Claudia Sheinbaum en foros sobre la reforma petrolera organizados por el Senado de la República.
En un documento elaborado por analistas y técnicos de la empresa (una copia tiene este diario), se evalúa y reprueba esa propuesta.
De los puntos planteados por el autollamado “gobierno legítimo”, únicamente es aceptada y compartida la idea de fortalecer la investigación y desarrollo tecnológico en la producción y uso de la energía, con la vinculación entre Pemex, el Instituto Mexicano del Petróleo y otras entidades públicas.
Todo lo demás ha sido descalificado, porque en opinión de los especialistas de la paraestatal, está amparado en cifras imprecisas o conceptos que no corresponden a la realidad de la industria petrolera.
El planteamiento de la oposición de que Petróleos Mexicanos (Pemex) construya con sus propios recursos tres nuevas refinerías, lo juzga fuera de la realidad.
Sostiene que “resultaría imposible articular la construcción de tres refinerías de manera simultánea pues su capacidad de ejecución es limitada, además de que tendría un costo de 24 mil millones de dólares”.
También se rechaza la pretensión de reintegrar a Pemex como una sola entidad, no como está ahora, dividida en subsidiaria y filiales.
La empresa justifica esa división porque se atiende el criterio que favorece la descentralización en decisiones operativas.
Según Pemex, “esta estructura permite resultados por líneas de negocios y hace posible rendir cuentas a nivel desagregado, así como fortalecer y proteger a las áreas responsables de las operaciones del centralismo tradicional del sector público”.
En un documento elaborado por analistas y técnicos de la empresa (una copia tiene este diario), se evalúa y reprueba esa propuesta.
De los puntos planteados por el autollamado “gobierno legítimo”, únicamente es aceptada y compartida la idea de fortalecer la investigación y desarrollo tecnológico en la producción y uso de la energía, con la vinculación entre Pemex, el Instituto Mexicano del Petróleo y otras entidades públicas.
Todo lo demás ha sido descalificado, porque en opinión de los especialistas de la paraestatal, está amparado en cifras imprecisas o conceptos que no corresponden a la realidad de la industria petrolera.
El planteamiento de la oposición de que Petróleos Mexicanos (Pemex) construya con sus propios recursos tres nuevas refinerías, lo juzga fuera de la realidad.
Sostiene que “resultaría imposible articular la construcción de tres refinerías de manera simultánea pues su capacidad de ejecución es limitada, además de que tendría un costo de 24 mil millones de dólares”.
También se rechaza la pretensión de reintegrar a Pemex como una sola entidad, no como está ahora, dividida en subsidiaria y filiales.
La empresa justifica esa división porque se atiende el criterio que favorece la descentralización en decisiones operativas.
Según Pemex, “esta estructura permite resultados por líneas de negocios y hace posible rendir cuentas a nivel desagregado, así como fortalecer y proteger a las áreas responsables de las operaciones del centralismo tradicional del sector público”.
Arturo Zárate Vite, El Universal, 10 de junio.
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