Los cambios de fondo en el país son posibles cuando se dialoga sin buscar que una ideología triunfe sobre otra, porque “el diálogo no es expresión de debilidad ni implica asumir compromisos ambiguos”, aseguró el secretario de Gobernación, Juan Camilo Mouriño.
Durante la firma del decreto que expide la reforma penal y de seguridad pública, el funcionario reconoció la disposición del Congreso para realizar cambios de fondo y destacó que esta legislación no estuvo exenta de desafíos, pero prevaleció la disposición para hacerla realidad.
Por eso exaltó el valor del diálogo institucional que “requiere la convicción de que una solución debe proponerse o aceptarse, pero no como condición para el triunfo de una ideología sobre las demás”. Tampoco, dijo, excluye la controversia, la discrepancia, la oposición o la pasión por las ideas.
Sostuvo que la interlocución por sí misma no resuelve los problemas, pero permite la construcción de soluciones mayoritarias de los grandes problemas nacionales. Reiteró que la reforma respondió a los desafíos de la división de poderes y la pluralidad política, así como al combate al crimen.
En su discurso ante representantes de los poderes Judicial y Legislativo, Mouriño indicó que México consolidó su sistema democrático, aunque debe actualizar sus leyes en un entorno en que se fortalece la división de poderes.
El secretario de Gobernación indicó que la promulgación de la reforma es sólo un paso en la lucha contra el crimen, aunque ahora se requiere de trabajo coordinado con las autoridades locales para realizar los cambios.
“La inseguridad no se resolverá sólo con mayores recursos, con más policías o con mejores leyes”; se necesita que el gobierno respete y aplique la ley sin distingos.
Durante la firma del decreto que expide la reforma penal y de seguridad pública, el funcionario reconoció la disposición del Congreso para realizar cambios de fondo y destacó que esta legislación no estuvo exenta de desafíos, pero prevaleció la disposición para hacerla realidad.
Por eso exaltó el valor del diálogo institucional que “requiere la convicción de que una solución debe proponerse o aceptarse, pero no como condición para el triunfo de una ideología sobre las demás”. Tampoco, dijo, excluye la controversia, la discrepancia, la oposición o la pasión por las ideas.
Sostuvo que la interlocución por sí misma no resuelve los problemas, pero permite la construcción de soluciones mayoritarias de los grandes problemas nacionales. Reiteró que la reforma respondió a los desafíos de la división de poderes y la pluralidad política, así como al combate al crimen.
En su discurso ante representantes de los poderes Judicial y Legislativo, Mouriño indicó que México consolidó su sistema democrático, aunque debe actualizar sus leyes en un entorno en que se fortalece la división de poderes.
El secretario de Gobernación indicó que la promulgación de la reforma es sólo un paso en la lucha contra el crimen, aunque ahora se requiere de trabajo coordinado con las autoridades locales para realizar los cambios.
“La inseguridad no se resolverá sólo con mayores recursos, con más policías o con mejores leyes”; se necesita que el gobierno respete y aplique la ley sin distingos.
Lorena López Milenio, 18 de junio.
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