LA HABANA.- Dos artículos del ex Presidente, Fidel Castro, entregados en exclusiva a la web oficialista Cubadebate, sorprendieron el fin de semana a los cubanos con acceso a internet y aumentaron las sospechas de analistas locales, quienes observan discrepancias significativas en las altas esferas del poder sobre las estrategias políticas y económicas que debe seguir la Isla para salir de la crisis.
Primero, anticipándose a la valoración oficial del Gobierno que preside su hermano, Raúl Castro, Fidel externó el viernes su "desprecio" hacia el "hipócrita" levantamiento de las sanciones europeas a Cuba.
Los duros términos que usó el aún Primer Secretario del gobernante Partido Comunista Cubano (PCC), chocaron con las cautelosas declaraciones del Canciller Felipe Pérez Roque, quien horas antes calificó de paso positivo la decisión de la Unión Europea (UE), a la espera de leer el documento oficial que Bruselas dará a conocer hoy.
En un segundo texto, publicado el sábado en Cubadebate y difundido ayer en otros sitios oficiales, el ex gobernante isleño negó que existan luchas partidistas internas.
"No soy ni seré nunca jefe de fracción o grupo. No puede deducirse, por tanto, que haya pugnas dentro del Partido", afirmó.
El desmentido explícito de Fidel a lo que se supone son sólo conjeturas de círculos cerrados y sin precisar qué hizo necesaria ahora tal aclaración, sumado al hecho de que estas reflexiones se han publicado sólo en medios digitales, reafirman a quienes dudan de la unidad y el consenso reiterados en el discurso oficial.
Disidentes moderados, como el economista Óscar Espinosa Chepe, ven en ambos artículos la prueba de que existen divisiones significativas en la cúpula del PCC, entre los reformistas y un sector duro que trata de valerse de la figura del líder de la Revolución para frenar las reformas anunciadas por Raúl.
"El hecho de que Fidel esté diciendo que no hay divisiones resalta que las hay porque se refiere a algo de lo que oficialmente ningún cubano tiene noticia. Esto es más que una diferencia de estilo entre ambos hermanos. Me parece que hay discrepancias en el seno del Partido aunque no puedo precisarlas por el secretismo tremendo que hay, y algunos quieren aprovecharse de la figura del líder", dijo Espinosa a REFORMA.
"Me choca también este rechazo de Fidel a la mano tendida por Europa en forma unilateral, porque presiona al Gobierno cubano para que mantenga la crispación y el estado de sitio, que no sólo justifica nuestro desastre nacional y disfraza sus causas, sino que justifica también la represión interna y puede paralizar las reformas estructurales anunciadas por Raúl", agregó.
En sus artículos, Fidel Castro ha criticado el consumo después de que el Gobierno, del que por primera vez no forma parte, permitiera a los cubanos alojarse en hoteles de lujo y comprar motos o electrodomésticos antes vetados.
Además, el ex Mandatario ha contestado acciones gubernamentales como la firma de dos pactos internacionales sobre derechos humanos.
"Escribo porque sigo luchando, y lo hago en nombre de las convicciones que defendí toda mi vida", concluyó así el ex Mandatario, de 81 años, su más reciente artículo, y quien hasta hace poco publicaba sus opiniones en los periódicos oficiales, en textos que luego eran leídos en todos los noticieros.
Primero, anticipándose a la valoración oficial del Gobierno que preside su hermano, Raúl Castro, Fidel externó el viernes su "desprecio" hacia el "hipócrita" levantamiento de las sanciones europeas a Cuba.
Los duros términos que usó el aún Primer Secretario del gobernante Partido Comunista Cubano (PCC), chocaron con las cautelosas declaraciones del Canciller Felipe Pérez Roque, quien horas antes calificó de paso positivo la decisión de la Unión Europea (UE), a la espera de leer el documento oficial que Bruselas dará a conocer hoy.
En un segundo texto, publicado el sábado en Cubadebate y difundido ayer en otros sitios oficiales, el ex gobernante isleño negó que existan luchas partidistas internas.
"No soy ni seré nunca jefe de fracción o grupo. No puede deducirse, por tanto, que haya pugnas dentro del Partido", afirmó.
El desmentido explícito de Fidel a lo que se supone son sólo conjeturas de círculos cerrados y sin precisar qué hizo necesaria ahora tal aclaración, sumado al hecho de que estas reflexiones se han publicado sólo en medios digitales, reafirman a quienes dudan de la unidad y el consenso reiterados en el discurso oficial.
Disidentes moderados, como el economista Óscar Espinosa Chepe, ven en ambos artículos la prueba de que existen divisiones significativas en la cúpula del PCC, entre los reformistas y un sector duro que trata de valerse de la figura del líder de la Revolución para frenar las reformas anunciadas por Raúl.
"El hecho de que Fidel esté diciendo que no hay divisiones resalta que las hay porque se refiere a algo de lo que oficialmente ningún cubano tiene noticia. Esto es más que una diferencia de estilo entre ambos hermanos. Me parece que hay discrepancias en el seno del Partido aunque no puedo precisarlas por el secretismo tremendo que hay, y algunos quieren aprovecharse de la figura del líder", dijo Espinosa a REFORMA.
"Me choca también este rechazo de Fidel a la mano tendida por Europa en forma unilateral, porque presiona al Gobierno cubano para que mantenga la crispación y el estado de sitio, que no sólo justifica nuestro desastre nacional y disfraza sus causas, sino que justifica también la represión interna y puede paralizar las reformas estructurales anunciadas por Raúl", agregó.
En sus artículos, Fidel Castro ha criticado el consumo después de que el Gobierno, del que por primera vez no forma parte, permitiera a los cubanos alojarse en hoteles de lujo y comprar motos o electrodomésticos antes vetados.
Además, el ex Mandatario ha contestado acciones gubernamentales como la firma de dos pactos internacionales sobre derechos humanos.
"Escribo porque sigo luchando, y lo hago en nombre de las convicciones que defendí toda mi vida", concluyó así el ex Mandatario, de 81 años, su más reciente artículo, y quien hasta hace poco publicaba sus opiniones en los periódicos oficiales, en textos que luego eran leídos en todos los noticieros.
Yolanda Martínez, corresponsal, Reforma, 23 de junio.
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