Uribe avanza en silencio

BUENOS AIRES.— En silencio y sólo mediante algunos guiños discursivos, el presidente colombiano Álvaro Uribe avanza hacia una nueva reelección. Sus hombres se mueven en ese sentido, en las calles y en el Congreso. Mientras, la oposición trabaja para evitarlo.

La renuncia del senador Germán Vargas Lleras a su escaño no sólo sirvió para revitalizar el debate sobre la reforma política, sino que fue una toma de distancia de la administración Uribe y la advertencia de que su proyecto presidencial ya no puede esperar más reelecciones.

Pero Vargas Lleras no es el único. El deceso de Manuel Marulanda dejó al desnudo las diferencias que separan al presidente del ministro de Defensa, Juan Manuel Santos, quien desde entonces enfrió su relación personal con el mandatario.

Santos nunca lo ocultó: “Si el presidente no se presenta yo sí lo haré...”. Ahora las cartas están echadas: hay sectores en el gobierno que no están dispuestos a militar por una nueva reelección.

El Partido Liberal, con el ex presidente César Gaviria a la cabeza, y el centroizquierdista, Polo Democrático —siempre al borde de la fractura—, llegaron a un acuerdo para manifestarse contra el proyecto de Uribe. “Esa nueva reelección es un camino al autoritarismo”, expresó el ex secretario general de la OEA y sus allegados aseguran que de no poder hacer nada para que Uribe no reincida como candidato él saldrá a enfrentarlo. Algo a lo que siempre se había negado.

Hay varios elementos a considerar. La justicia todavía trabaja sobre casos de cohecho en la anterior reelección de Uribe, en 2006, cuando la congresista Yidis Medina cambió su voto, que había anunciado en contra, para apoyar al presidente.

Pero nada frena a Uribe. Ni aquellas irregularidades, ni el escándalo de la parapolítica, que el gobierno intentó apagar con las extradiciones a Estados Unidos de los jefes paramilitares.

Pero nada parece hacer mella en el presidente, favorecido por los sondeos.

Hasta aquí, su mejor carta política sigue siendo la ofensiva en todos los frentes contra las FARC.

“En Colombia (...) sólo se habla de la política de seguridad”, opina el analista Bernardo Gutiérrez. Y ese es un mérito del presidente y de su forma de entender la política y los esquemas de comunicación.

Uribe se mantiene en silencio. Sólo atinó a decir que la política de seguridad, ese caballo sobre el que viene montado a toda velocidad, “debe continuar después del 2010”.

Fue el campanazo de salida que todos sus aliados y seguidores aguardaban. Pero también es una advertencia para Vargas Lleras, Santos y la oposición, que deberán esforzarse si quieren evitar la perpetuación de Uribe.

José Vales, corresponsal, El Universal, 8 de agosto.


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