La venta obligada de notas estructuradas podría ocasionar el cierre y posible estatización de bancos en Venezuela, advirtió hoy el ex director de Investigaciones Económicas del Banco Central de Venezuela (BCV), José Guerra.
Señaló que la resolución del Ministerio de Finanzas, que ordena a los bancos a desprenderse de notas por una cifra de entre cinco y seis mil millones de dólares, “podría traer como consecuencia el cierre de algunas entidades bancarias que no podrán absorber el impacto”.
Guerra indicó que el primer problema tiene que ver con el tiempo que el gobierno dio a la banca privada para desprenderse de las notas, el 17 de agosto próximo como máximo, lo que obligaría a vender los títulos a un precio muy inferior al de compra.
“También hay un problema cambiario porque gran parte de esas notas fueron compradas a un tipo de cambio superior a los tres mil bolívares y llegó a cinco mil cuando el tipo de cambio estaba subiendo”, recordó el experto.
Añadió que “ahora, que el tipo de cambio bajó, deshacerse de esas notas a un precio de alrededor de los tres mil bolívares (tres bolívares fuertes) puede también significar para los bancos una pérdida adicional”.
Las notas estructuradas son instrumentos derivados de un activo, que generalmente suele ser un bono de deuda pública, y cuya asignación despertó grandes críticas hace un tiempo por una falta de transparencia en las operaciones.
El 1 de enero pasado el gobierno lanzó el llamado “bolívar fuerte”, que cotizó oficialmente a 2.15 por dólar, y a través de diversos mecanismos, logró que en el mercado paralelo bajara de cinco a alrededor de tres bolívares fuertes por unidad de la divisa.
Señaló que la resolución del Ministerio de Finanzas, que ordena a los bancos a desprenderse de notas por una cifra de entre cinco y seis mil millones de dólares, “podría traer como consecuencia el cierre de algunas entidades bancarias que no podrán absorber el impacto”.
Guerra indicó que el primer problema tiene que ver con el tiempo que el gobierno dio a la banca privada para desprenderse de las notas, el 17 de agosto próximo como máximo, lo que obligaría a vender los títulos a un precio muy inferior al de compra.
“También hay un problema cambiario porque gran parte de esas notas fueron compradas a un tipo de cambio superior a los tres mil bolívares y llegó a cinco mil cuando el tipo de cambio estaba subiendo”, recordó el experto.
Añadió que “ahora, que el tipo de cambio bajó, deshacerse de esas notas a un precio de alrededor de los tres mil bolívares (tres bolívares fuertes) puede también significar para los bancos una pérdida adicional”.
Las notas estructuradas son instrumentos derivados de un activo, que generalmente suele ser un bono de deuda pública, y cuya asignación despertó grandes críticas hace un tiempo por una falta de transparencia en las operaciones.
El 1 de enero pasado el gobierno lanzó el llamado “bolívar fuerte”, que cotizó oficialmente a 2.15 por dólar, y a través de diversos mecanismos, logró que en el mercado paralelo bajara de cinco a alrededor de tres bolívares fuertes por unidad de la divisa.
Notimex en Caracas, Crónica, 7 de julio.
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