CNDH halla abusos graves de militares

La Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) emitirá este viernes ocho recomendaciones a la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) por graves violaciones a las garantías fundamentales cometidas por miembros del Ejército en Sinaloa, Sonora, Michoacán y Tamaulipas durante los operativos contra el crimen organizado.

Después de sus investigaciones, la CNDH documentó en estas entidades violaciones al derecho a la vida (homicidios), tortura, tratos crueles y degradantes, detención arbitraria, uso excesivo de la fuerza y de las armas de fuego, atentados a la propiedad, incomunicación, ejercicio indebido de la función pública y violaciones a la legalidad y a la seguridad jurídica.

Al hacer un balance de las quejas presentadas desde el 1 de diciembre del 2006 al 17 de mayo del 2008, la CNDH señaló que 14 personas han perdido la vida en manos de militares al accionar sus armas de manera indebida.

El organismo nacional señaló que “si el personal militar ha de seguir participando en operaciones de seguridad pública, deben estar capacitados y se deben fortalecer los procedimientos de contratación y selección de sus miembros”.

Golpizas mortales

La primera de esas recomendaciones está relacionada con el caso de José Fausto Munguía quien fue encañonado, torturado y detenido de manera arbitraria el 7 de junio del 2007 en Sonoyta, Sonora, por elementos de la 40 zona militar.

El segundo ocurrió el 13 de junio del 2007 en Morelia, Michoacán, cuando uniformados de la 21 zona militar ingresaron por la fuerza a un domicilio particular donde torturaron a Óscar Cornejo Tello para que dijera ser un tal Chino Guenses. Sólo entonces, al ver que no cumplieron con su objetivo, lo llevaron ante el Ministerio Público de la Federación (MPF).

El tercer caso sucedió el 3 de agosto del 2007 en el Naco, Sonora, cuando militares detuvieron a tres personas, dos de las cuales fueron puestas a disposición del MPF, pero Fausto Murillo permaneció desaparecido y su cadáver fue encontrado un día después en el paraje La Morita con huellas de una “golpiza brutal”.

Cateos y toques eléctricos

La cuarta recomendación corresponde al caso de Antonio Paniagua, en Tanhuato, Michoacán, porque elementos del 37 batallón ingresaron a su domicilio sin orden judicial, causaron daños al inmueble, sustrajeron objetos de valor, lo detuvieron de manera arbitraria y lo torturaron mediante ahogamiento y toques eléctricos, con el argumento de que poseía armas.

Otro caso más. El 21 de agosto del 2007, en Uruapan, Michoacán, dos hombres fueron detenidos y torturados por militares de la región para que se confesaran culpables por la portación de armas, cartuchos y tres kilos de mariguana.

En Huetamo, Michoacán, el 11 de enero del 2008, elementos del 12 batallón de Infantería, que habían colocado un retén, dispararon sin motivo aparente contra los tripulantes de una camioneta que circulaba por el barrio El Toreo, causando la muerte a dos jóvenes de 17 y 19 años de edad.

Un caso similar sucedió el 16 de febrero de 2008 cuando militares apostados en Reynosa, Tamaulipas, intentaron detener la marcha de un vehículo particular accionando sus armas de fuego. Uno de los tripulantes murió y peritos de la Procuraduría estatal señalaron que en el vehículo civil no había arma alguna.

La última recomendación se refiere a lo ocurrido el 26 de marzo de 2008 en Badiraguato, Sinaloa, cuando militares dispararon contra los tripulantes de un vehículo Hummer. Cuatro de ellos murieron y otro más resultó herido, sin que hubiera agresión alguna por parte de los civiles como había asegurado en un principio la Sedena.
Liliana Alcántara, El Universal, 11 de julio.

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