WASHINGTON.— Rodeados por sus familiares más cercanos, los tres contratistas del Pentágono que permanecieron durante más de cinco años como rehenes de las FARC en la selva colombiana, protagonizaban ayer en una base militar de Texas un reencuentro emotivo pero sin tratamiento de héroes.
Su regreso a Estados Unidos, con nocturnidad, ha contrastado con la atención que los medios internacionales han concedido a Íngrid Betancourt. Los familiares de Marc Gonsalves, Thomas Howes y Keith Stansell, que durante casi seis años acusaron al gobierno de Estados Unidos de abandono e inacción, han permanecido a su lado, mientras éstos superaban un intenso proceso de revisión médica y sicológica en un Hospital de San Antonio.
“Tendrán que superar un proceso de reinserción para poder ser reintegrados a su ambiente familiar”, confirmó el general, Keith Huber, en una rueda de prensa en la que los medios sólo fueron informados del proceso de revisión médica y sicológica que los tres rescatados tendrán que superar antes de poder retornar a sus hogares.
“Es un proceso estándar que aplicamos en el ejército a todos aquellos que hayan estado durante algún tiempo en calidad de rehenes o cautivos para facilitar su reinserción en su familia y en la sociedad”, aseguró.
Nada más tener noticia del rescate, los familiares de los tres contratistas fueron trasladados desde distintos puntos de Estados Unidos hasta la base militar en Texas donde se produjo el reencuentro. Al igual que los rescatados, los familiares que se habían quejado amargamente del gobierno, fueron mantenidos lejos de la prensa.
“Todos ellos están en buenas condiciones. Aún siguen bajo observación, pero todo parece indicar que gozan de buena salud”, aseguró Jackie Hayes, el jefe médico que ha sometido a Gonsalves, Howes y Stansell, a un intenso proceso de revisión.
El rescate de los contratistas ha sido celebrado por la Casa Blanca y los candidatos republicano y demócrata, John McCain y Barack Obama.
Su regreso a Estados Unidos, con nocturnidad, ha contrastado con la atención que los medios internacionales han concedido a Íngrid Betancourt. Los familiares de Marc Gonsalves, Thomas Howes y Keith Stansell, que durante casi seis años acusaron al gobierno de Estados Unidos de abandono e inacción, han permanecido a su lado, mientras éstos superaban un intenso proceso de revisión médica y sicológica en un Hospital de San Antonio.
“Tendrán que superar un proceso de reinserción para poder ser reintegrados a su ambiente familiar”, confirmó el general, Keith Huber, en una rueda de prensa en la que los medios sólo fueron informados del proceso de revisión médica y sicológica que los tres rescatados tendrán que superar antes de poder retornar a sus hogares.
“Es un proceso estándar que aplicamos en el ejército a todos aquellos que hayan estado durante algún tiempo en calidad de rehenes o cautivos para facilitar su reinserción en su familia y en la sociedad”, aseguró.
Nada más tener noticia del rescate, los familiares de los tres contratistas fueron trasladados desde distintos puntos de Estados Unidos hasta la base militar en Texas donde se produjo el reencuentro. Al igual que los rescatados, los familiares que se habían quejado amargamente del gobierno, fueron mantenidos lejos de la prensa.
“Todos ellos están en buenas condiciones. Aún siguen bajo observación, pero todo parece indicar que gozan de buena salud”, aseguró Jackie Hayes, el jefe médico que ha sometido a Gonsalves, Howes y Stansell, a un intenso proceso de revisión.
El rescate de los contratistas ha sido celebrado por la Casa Blanca y los candidatos republicano y demócrata, John McCain y Barack Obama.
J. Jaime Hernández, corresponsal, El Universal, 4 de julio.
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