BOGOTÁ.- El rescate novelesco de Ingrid Betancourt y tres contratistas estadounidenses, además de otros 11 rehenes, debe su éxito no sólo a un magistral engaño de los militares a los rebeldes, sino también a una larga operación de Estados Unidos y Colombia para cortar las líneas de abastecimiento y comunicaciones de los insurgentes.
En el centro de esa operación estuvo una empresa fantasma creada por el FBI en Florida y que vendió a los guerrilleros teléfonos satelitales cuyas comunicaciones estaban intervenidas.
La "Operación Alianza" comenzó con una llamada a un teléfono satelital en el 2003, poco después de que el avión de vigilancia de los tres contratistas estadounidenses cayó en las selvas del sur colombiano, en febrero de aquel año.
La llamada era de Nancy Conde, la jefa regional de finanzas y de abastecimientos de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), cuyo novio, el guerrillero Gerardo Aguilar, alias "César", se convirtió en carcelero de los tres contratistas y de Betancourt. Conde llamaba a contactos en Miami a ver si le podían conseguir más teléfonos satelitales.
Lo que Conde no sabía era que agentes federales estadounidenses arrestaron a sus contactos en Miami, quienes a cambio de sentencias reducidas acercaron a la mujer a una empresa ficticia del FBI, dijo un funcionario estadounidense vinculado a la operación y que pidió el anonimato.
Durante cuatro años, la empresa entregó a Conde teléfonos satelitales intervenidos o interceptados.
Estas actividades fueron vitales para allanar el camino a la "Operación Jaque" del 2 de julio, cuando un comando militar colombiano rescató a 15 secuestrados en manos de la unidad que Conde abastecía.
En total, los agentes estadounidenses y colombianos interceptaron más de 5 mil conversaciones telefónicas como parte de la "Operación Alianza", dijeron investigadores.
Escucharon a Conde y a otros negociar cargamentos que iban desde rifles de asalto AK-47 hasta condones, añadieron las fuentes.
Las conversaciones eran no "sólo de finanzas, de equipos de comunicación, de víveres, de armamento, sino también de equipo médico, medicamentos", dijo Luis Ernesto Tamayo, el agente del Departamento Administrativo de Seguridad (DAS), encargado de la operación en Colombia.
El 2 de febrero las autoridades detuvieron a Conde cuando ingresaba a Colombia desde Venezuela, donde había ido a dar a luz.
En total, las autoridades capturaron a 39 supuestos miembros de la red de abastecimiento y comunicaciones de Conde, entre ellos un médico cubano.
Con esta operación neutralizamos gran parte del apoyo logístico y financiero para las unidades o frentes rebeldes, incluyendo el Frente Primero, que tenía a los secuestrados, dijo Tamayo.
En una entrevista, el Embajador de Estados Unidos, William Brownfield, afirmó que la intercepción exitosa llevó a comandantes de las FARC a comunicarse menos y comunicarse en otras formas, menos modernas, como los mensajes escritos a mano.
El miércoles, Brownfield anunció que Estados Unidos buscaría la extradición por secuestro y terrorismo de Aguilar, alias "César" y del otro carcelero de las FARC Alexander Farfán, alias "Enrique Gafas", detenidos el 2 de julio en el operativo de rescate.
En el centro de esa operación estuvo una empresa fantasma creada por el FBI en Florida y que vendió a los guerrilleros teléfonos satelitales cuyas comunicaciones estaban intervenidas.
La "Operación Alianza" comenzó con una llamada a un teléfono satelital en el 2003, poco después de que el avión de vigilancia de los tres contratistas estadounidenses cayó en las selvas del sur colombiano, en febrero de aquel año.
La llamada era de Nancy Conde, la jefa regional de finanzas y de abastecimientos de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), cuyo novio, el guerrillero Gerardo Aguilar, alias "César", se convirtió en carcelero de los tres contratistas y de Betancourt. Conde llamaba a contactos en Miami a ver si le podían conseguir más teléfonos satelitales.
Lo que Conde no sabía era que agentes federales estadounidenses arrestaron a sus contactos en Miami, quienes a cambio de sentencias reducidas acercaron a la mujer a una empresa ficticia del FBI, dijo un funcionario estadounidense vinculado a la operación y que pidió el anonimato.
Durante cuatro años, la empresa entregó a Conde teléfonos satelitales intervenidos o interceptados.
Estas actividades fueron vitales para allanar el camino a la "Operación Jaque" del 2 de julio, cuando un comando militar colombiano rescató a 15 secuestrados en manos de la unidad que Conde abastecía.
En total, los agentes estadounidenses y colombianos interceptaron más de 5 mil conversaciones telefónicas como parte de la "Operación Alianza", dijeron investigadores.
Escucharon a Conde y a otros negociar cargamentos que iban desde rifles de asalto AK-47 hasta condones, añadieron las fuentes.
Las conversaciones eran no "sólo de finanzas, de equipos de comunicación, de víveres, de armamento, sino también de equipo médico, medicamentos", dijo Luis Ernesto Tamayo, el agente del Departamento Administrativo de Seguridad (DAS), encargado de la operación en Colombia.
El 2 de febrero las autoridades detuvieron a Conde cuando ingresaba a Colombia desde Venezuela, donde había ido a dar a luz.
En total, las autoridades capturaron a 39 supuestos miembros de la red de abastecimiento y comunicaciones de Conde, entre ellos un médico cubano.
Con esta operación neutralizamos gran parte del apoyo logístico y financiero para las unidades o frentes rebeldes, incluyendo el Frente Primero, que tenía a los secuestrados, dijo Tamayo.
En una entrevista, el Embajador de Estados Unidos, William Brownfield, afirmó que la intercepción exitosa llevó a comandantes de las FARC a comunicarse menos y comunicarse en otras formas, menos modernas, como los mensajes escritos a mano.
El miércoles, Brownfield anunció que Estados Unidos buscaría la extradición por secuestro y terrorismo de Aguilar, alias "César" y del otro carcelero de las FARC Alexander Farfán, alias "Enrique Gafas", detenidos el 2 de julio en el operativo de rescate.
AP, Reforma, 11 de julio.
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