En promedio, unas 40 personas son timadas y abandonadas diariamente por polleros, en las terminales 1 y 2 del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM). La mayoría proviene de Guatemala, Honduras, El Salvador, Nicaragua, Puerto Rico y varios países de Sudamérica.
De acuerdo con fuentes de la Policía Federal que opera en el puerto aéreo, los indocumentados son detectados y detenidos con facilidad por cuerpos de seguridad y personal del Instituto Nacional de Migración (INM) pues su desorientación es notoria.
“Los migrantes son citados en la terminal para enviarlos en paquete a ciudades fronterizas con Estados Unidos, engañados acerca de que todo está arreglado para que puedan pasar al otro lado sin papeles migratorios”, afirman las fuentes consultadas que pidieron el anonimato, pues “no estamos autorizados a hacer ningún tipo de declaración al respecto”.
Agregan: “desde que llegan al aeropuerto son detectados a través de las cámaras de video; luego si se observa que permanecen unas cuatro o cinco horas en un punto determinado o caminan de un lado a otro, entonces son entrevistados para ofrecerles ayuda”.
Según las versiones de las víctimas, revelan los policías, los polleros arriban a las estaciones de autobuses y están a la expectativa de la llegada de centro y sudamericanos que vienen de la frontera entre Chiapas y Guatemala.
“Luego intentan ganarse la confianza de los indocumentados. Posteriormente los reúnen en algún hotel o casas, y ofrecen llevarlos directamente a una población estadunidense determinada por cantidades que van de los mil a los 3 mil dólares”.
Después forman grupos de dos o tres personas y los concentran en las terminales del aeropuerto, donde supuestamente uno de los polleros los estará esperando con “todo arreglado: papeles de migración y boletos de avión”; sin embargo, la persona jamás llega, por lo que los indocumentados son abandonados a su suerte hasta que son detenidos.
De acuerdo con fuentes de la Policía Federal que opera en el puerto aéreo, los indocumentados son detectados y detenidos con facilidad por cuerpos de seguridad y personal del Instituto Nacional de Migración (INM) pues su desorientación es notoria.
“Los migrantes son citados en la terminal para enviarlos en paquete a ciudades fronterizas con Estados Unidos, engañados acerca de que todo está arreglado para que puedan pasar al otro lado sin papeles migratorios”, afirman las fuentes consultadas que pidieron el anonimato, pues “no estamos autorizados a hacer ningún tipo de declaración al respecto”.
Agregan: “desde que llegan al aeropuerto son detectados a través de las cámaras de video; luego si se observa que permanecen unas cuatro o cinco horas en un punto determinado o caminan de un lado a otro, entonces son entrevistados para ofrecerles ayuda”.
Según las versiones de las víctimas, revelan los policías, los polleros arriban a las estaciones de autobuses y están a la expectativa de la llegada de centro y sudamericanos que vienen de la frontera entre Chiapas y Guatemala.
“Luego intentan ganarse la confianza de los indocumentados. Posteriormente los reúnen en algún hotel o casas, y ofrecen llevarlos directamente a una población estadunidense determinada por cantidades que van de los mil a los 3 mil dólares”.
Después forman grupos de dos o tres personas y los concentran en las terminales del aeropuerto, donde supuestamente uno de los polleros los estará esperando con “todo arreglado: papeles de migración y boletos de avión”; sin embargo, la persona jamás llega, por lo que los indocumentados son abandonados a su suerte hasta que son detenidos.
Triunfo Elizalde, La Jornada, 4 de julio.
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