El PRI presentará hoy a la Comisión Permanente del Congreso de la Unión su propuesta para reformar Petróleos Mexicanos (Pemex), que incluye la apertura a la iniciativa privada en exploración de crudo y gas, mediante contratos de servicios que, se asegura en el proyecto, “no son de riesgo”. Se trata de nueve propuestas que retoman “gran parte del contenido de la iniciativa del Ejecutivo federal” presentada el pasado 8 de abril.
En la exposición de motivos de la propuesta priísta para modificar la ley reglamentaria del artículo 27 en el ramo del petróleo se sostiene que el propósito es “modernizar y fortalecer Pemex sin permitir su privatización”; sin embargo, se propone la creación de “organismos descentralizados” de carácter estratégico, filiales de la paraestatal.
Estos organismos “serán propiedad exclusiva de Pemex y se crearán con el propósito de complementar su capacidad de ejecución de obra y de operación en las áreas estratégicas que corresponden a la nación, como son las actividades de refinación, transporte, almacenamiento y distribución de derivados, así como en la construcción de ductos”. Operarían, se explica, con contratos de largo plazo que apoyarían el financiamiento de la inversión”.
El proyecto del PRI posibilita los contratos para obras y prestación de servicios entre Pemex, organismos subsidiarios y particulares, aunque se insiste en que no son de riesgo, ya que “no concederán derecho alguno sobre las reservas petroleras ni esquemas de producción compartida ni asociaciones estratégicas”, pero permitirán la exploración en aguas profundas.
Temprano, el coordinador de los senadores del PRI, Manlio Fabio Beltrones, adelantó que la reforma a Pemex se aprobará en septiembre. Posteriormente, durante la clausura de los foros de discusión, dijo: “Nos corresponde a los grupos parlamentarios presentar o suscribir las iniciativas que en materia energética sean necesarias, alejándonos de los dogmas o los tabúes, sin posiciones catastrofistas o negativistas, buscando la modernización sin privatización”.
En entrevista con el Canal del Congreso señaló que “lo que es la verdadera reforma es la velocidad que debemos imprimir a la exploración para reponer nuestras reservas perdidas”.
En tanto, el coordinador de los senadores del PRD, Carlos Navarrete, llamó al Ejecutivo a no ser “omiso y a que se haga cargo de que sus iniciativas carecen de consenso en el Congreso y concitan a un creciente rechazo”.
Señaló que esas iniciativas “deben ser rechazadas con toda claridad”, ya que en ellas no se encuentra la reforma que Pemex necesita, y delineó los puntos de la reforma que el PRD propondrá después de la consulta ciudadana: que no conlleve privatización; respeto irrestricto a la Constitución, nada en contra de ella y nadie por encima de la ley.
Es vital para el país el diseño de una política que garantice la seguridad energética y la soberanía nacional, para lo cual resulta indispensable crear una comisión nacional y un plan de energía de largo aliento, agregó.
El perredista subrayó que Pemex no puede seguir como está, postrado por los gobiernos de los 25 años recientes, sino que debe ser fortalecido con más recursos de la venta que genera. Refinación, construcción y operación de ductos y almacenamiento de petrolíferos deben seguir siendo función y responsabilidad de Pemex.
Navarrete subrayó que es necesaria la transición energética en la construcción de una matriz tecnológica, basada en los recursos renovables, para lo cual es indispensable garantizar fondos para la investigación científica y tecnológica.
Por su parte, el senador por el PAN Rubén Camarillo dijo que si bien los resultados del debate apuntan hacia “una clara aprobación de la iniciativa del Presidente”, no debemos reducirlos a vencedores y vencidos. “En este ejercicio democrático ganamos todos, ganó México”, aseveró.
Destacó que “vivimos en democracia, y las iniciativas se discuten, se enriquecen; ésa es nuestra responsabilidad en el Congreso y juntos lo podemos hacer”.
En la exposición de motivos de la propuesta priísta para modificar la ley reglamentaria del artículo 27 en el ramo del petróleo se sostiene que el propósito es “modernizar y fortalecer Pemex sin permitir su privatización”; sin embargo, se propone la creación de “organismos descentralizados” de carácter estratégico, filiales de la paraestatal.
Estos organismos “serán propiedad exclusiva de Pemex y se crearán con el propósito de complementar su capacidad de ejecución de obra y de operación en las áreas estratégicas que corresponden a la nación, como son las actividades de refinación, transporte, almacenamiento y distribución de derivados, así como en la construcción de ductos”. Operarían, se explica, con contratos de largo plazo que apoyarían el financiamiento de la inversión”.
El proyecto del PRI posibilita los contratos para obras y prestación de servicios entre Pemex, organismos subsidiarios y particulares, aunque se insiste en que no son de riesgo, ya que “no concederán derecho alguno sobre las reservas petroleras ni esquemas de producción compartida ni asociaciones estratégicas”, pero permitirán la exploración en aguas profundas.
Temprano, el coordinador de los senadores del PRI, Manlio Fabio Beltrones, adelantó que la reforma a Pemex se aprobará en septiembre. Posteriormente, durante la clausura de los foros de discusión, dijo: “Nos corresponde a los grupos parlamentarios presentar o suscribir las iniciativas que en materia energética sean necesarias, alejándonos de los dogmas o los tabúes, sin posiciones catastrofistas o negativistas, buscando la modernización sin privatización”.
En entrevista con el Canal del Congreso señaló que “lo que es la verdadera reforma es la velocidad que debemos imprimir a la exploración para reponer nuestras reservas perdidas”.
En tanto, el coordinador de los senadores del PRD, Carlos Navarrete, llamó al Ejecutivo a no ser “omiso y a que se haga cargo de que sus iniciativas carecen de consenso en el Congreso y concitan a un creciente rechazo”.
Señaló que esas iniciativas “deben ser rechazadas con toda claridad”, ya que en ellas no se encuentra la reforma que Pemex necesita, y delineó los puntos de la reforma que el PRD propondrá después de la consulta ciudadana: que no conlleve privatización; respeto irrestricto a la Constitución, nada en contra de ella y nadie por encima de la ley.
Es vital para el país el diseño de una política que garantice la seguridad energética y la soberanía nacional, para lo cual resulta indispensable crear una comisión nacional y un plan de energía de largo aliento, agregó.
El perredista subrayó que Pemex no puede seguir como está, postrado por los gobiernos de los 25 años recientes, sino que debe ser fortalecido con más recursos de la venta que genera. Refinación, construcción y operación de ductos y almacenamiento de petrolíferos deben seguir siendo función y responsabilidad de Pemex.
Navarrete subrayó que es necesaria la transición energética en la construcción de una matriz tecnológica, basada en los recursos renovables, para lo cual es indispensable garantizar fondos para la investigación científica y tecnológica.
Por su parte, el senador por el PAN Rubén Camarillo dijo que si bien los resultados del debate apuntan hacia “una clara aprobación de la iniciativa del Presidente”, no debemos reducirlos a vencedores y vencidos. “En este ejercicio democrático ganamos todos, ganó México”, aseveró.
Destacó que “vivimos en democracia, y las iniciativas se discuten, se enriquecen; ésa es nuestra responsabilidad en el Congreso y juntos lo podemos hacer”.
Víctor Ballinas y Andrea Becerril, La Jornada, 23 de julio.
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