Indocumentados mexicanos consideraron que el ofrecimiento del gobierno de Estados Unidos para autodeportarse, con un periodo de gracia para atender asuntos personales, es un plan con dudosos beneficios.
El gobierno de aquel país ofreció un plazo de 90 días a migrantes indocumentados sin antecedentes penales que deseen acogerse al programa piloto de autodeportaciones desde cinco ciudades estadunidenses, incluida San Diego.
La directora nacional de la Oficina de Inmigración y Aduanas, dependiente del Departamento de Seguridad, Julie Myers, dijo esta semana que los migrantes que se entreguen para su deportación tendrán ese periodo de gracia sin ser arrestados.
El programa piloto de autodeportaciones (Operación Partida Programada), iniciará simultáneamente en San Diego y Santa Ana, en California; en Phoenix, Arizona; en Chicago, Illinois, y en Charlotte, Carolina del Norte, confirmó la funcionaria.
Myers dijo que los indocumentados interesados pueden acudir personalmente a las oficinas del ICE a esas ciudades y entregarse. Entonces se les darán semanas para hacer arreglos familiares y personales antes de regresar a sus países de origen.
La portavoz del ICE en la región fronteriza de California con México, Lauren Mack, dijo que en realidad hasta ahora la comunidad indocumentada tiene poca información porque el proyecto se divulgará a partir del martes en medios de comunicación en español.
El plazo para acogerse al programa termina el 22 de agosto, pero es únicamente para indocumentados sin antecedentes penales, explicó Mack.
Unos 90 equipos de redadas del ICE buscan a indocumentados que fueron obligados abandonar el país y desobedecieron, y a quienes optaron por huir en lugar de atender audiencias ante Cortes de migración.
Al respecto, indocumentados mexicanos consideraron que el plan tiene dudosos
beneficios.
La duda surge porque si aceptan la autodeportación, luego podrían cambiar las leyes a su favor con el arribo de Barack Obama a la Casa Blanca, como suponen muchos que podría ocurrir.
Además, consideran que los plazos anunciados para acogerse al programa son muy cortos.
Se considera que en Estados Unidos pudieran haber hasta 12 millones de indocumentados, de los que un porcentaje elevado son niños.
Algunas organizaciones en California consideran que unos seis millones de indocumentados son niños, por lo que la propuesta de criminalizar a los indocumentados enfrentaría ese factor humano.
Un jornalero indocumentado manifestó su desconcierto respecto de la propuesta de Estados Undios. “A ver si entendí: desde el martes yo puedo ir a entregarme a las oficinas de la migra’ y dejan que me quede unas semanas para que arregle lo que tenga que arreglar antes de irme y... ¿después nomás me voy? Entonces, ¿cuál es el chiste?”.
Consideró que si es detenido en una redada quedará “manchado” con antecedentes y si se autodeporta o se entrega no ha-
ría diferencia.
Una mexicana nacionalizada estadunidense y casada con un paisano indocumentado, dijo temer que las autoridades de migración inicien con ese proyecto piloto una nueva etapa estratégica contra los migrantes.
Por su parte, un jardinero mexicano afirmó que “ahorita es bien difícil encontrar trabajo y es cierto que anda uno con miedo de que lo agarren y lo deporten; hasta cuando uno se va a México, lo detienen a unos metros de cruzar la línea”.
El gobierno de aquel país ofreció un plazo de 90 días a migrantes indocumentados sin antecedentes penales que deseen acogerse al programa piloto de autodeportaciones desde cinco ciudades estadunidenses, incluida San Diego.
La directora nacional de la Oficina de Inmigración y Aduanas, dependiente del Departamento de Seguridad, Julie Myers, dijo esta semana que los migrantes que se entreguen para su deportación tendrán ese periodo de gracia sin ser arrestados.
El programa piloto de autodeportaciones (Operación Partida Programada), iniciará simultáneamente en San Diego y Santa Ana, en California; en Phoenix, Arizona; en Chicago, Illinois, y en Charlotte, Carolina del Norte, confirmó la funcionaria.
Myers dijo que los indocumentados interesados pueden acudir personalmente a las oficinas del ICE a esas ciudades y entregarse. Entonces se les darán semanas para hacer arreglos familiares y personales antes de regresar a sus países de origen.
La portavoz del ICE en la región fronteriza de California con México, Lauren Mack, dijo que en realidad hasta ahora la comunidad indocumentada tiene poca información porque el proyecto se divulgará a partir del martes en medios de comunicación en español.
El plazo para acogerse al programa termina el 22 de agosto, pero es únicamente para indocumentados sin antecedentes penales, explicó Mack.
Unos 90 equipos de redadas del ICE buscan a indocumentados que fueron obligados abandonar el país y desobedecieron, y a quienes optaron por huir en lugar de atender audiencias ante Cortes de migración.
Al respecto, indocumentados mexicanos consideraron que el plan tiene dudosos
beneficios.
La duda surge porque si aceptan la autodeportación, luego podrían cambiar las leyes a su favor con el arribo de Barack Obama a la Casa Blanca, como suponen muchos que podría ocurrir.
Además, consideran que los plazos anunciados para acogerse al programa son muy cortos.
Se considera que en Estados Unidos pudieran haber hasta 12 millones de indocumentados, de los que un porcentaje elevado son niños.
Algunas organizaciones en California consideran que unos seis millones de indocumentados son niños, por lo que la propuesta de criminalizar a los indocumentados enfrentaría ese factor humano.
Un jornalero indocumentado manifestó su desconcierto respecto de la propuesta de Estados Undios. “A ver si entendí: desde el martes yo puedo ir a entregarme a las oficinas de la migra’ y dejan que me quede unas semanas para que arregle lo que tenga que arreglar antes de irme y... ¿después nomás me voy? Entonces, ¿cuál es el chiste?”.
Consideró que si es detenido en una redada quedará “manchado” con antecedentes y si se autodeporta o se entrega no ha-
ría diferencia.
Una mexicana nacionalizada estadunidense y casada con un paisano indocumentado, dijo temer que las autoridades de migración inicien con ese proyecto piloto una nueva etapa estratégica contra los migrantes.
Por su parte, un jardinero mexicano afirmó que “ahorita es bien difícil encontrar trabajo y es cierto que anda uno con miedo de que lo agarren y lo deporten; hasta cuando uno se va a México, lo detienen a unos metros de cruzar la línea”.
Notimex en San Diego, Milenio, 3 de agosto.
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