Las comisiones unidas que dictaminan la reforma de Petróleos Mexicanos (Pemex ) decidieron anoche declararse en sesión permanente, luego de un debate de más cuatro horas en el que legisladores del Frente Amplio Progresista (FAP) advirtieron que, en su afán de entregar la paraestatal al capital trasnacional, Felipe Calderón ha mentido a la opinión pública y al Congreso de la Unión.
Dante Delgado, senador de Convergencia, propuso que se realice una auditoría integral e independiente a Pemex, ya que ha habido una estrategia deliberada “para empobrecer a la empresa más allá de lo razonable”. Reveló que es preocupante que el pasivo por endeudamiento en Pidiregas sea “un billón de pesos superior a lo que se informa oficialmente”.
Alertó sobre el riesgo de un nuevo Fobaproa, ahora en Pemex, mientras el perredista Graco Ramírez resaltó que con dinero de Pemex se han financiado proyectos de Pidiregas, es decir, de inversiones privadas, como es el caso del fondo Master Trust.
Los Pidiregas, aclaró Pablo Gómez, no son otra cosa que deuda con contratistas, y la intención del gobierno federal es continuar con ese esquema en lugar de acabar con “la corrupción, el contratismo de sus propios directivos y de su propia burocracia sindical parasitaria que lo exprime y chantajea”.
En tanto, el senador priísta Carlos Lozano de la Torre consideró preocupantes esas cifras, por lo que deben analizarse en las comisiones dictaminadoras.
Ante las críticas hacia las iniciativas de Calderón, los senadores del PAN no refutaron las cifras, sino que respondieron con descalificaciones. César Leal pidió no asumir posiciones “retrógradas” ni “marxistas” en materia energética, mientras el secretario de la Comisión de Energía, Rubén Camarillo, reiteró que la propuesta presidencial no es privatizadora y sacó a relucir nuevamente que después de expropiar el petróleo, el general Lázaro Cárdenas del Río propuso reformas que permitían la inversión privada en exploración refinación y ductos.
“¡No tergiversen la historia!, exclamó el perredista Arturo Nuñez. Agregó que es inadmisible que “en apoyo a sus tesis privatizadoras” sostengan que Cárdenas del Río expropió el petróleo y luego pugnó por privatizarlo.
El perredista Graco Ramírez le respondió al panista Leal que hay muchas clases de marxistas: los que siguen esa filosofía política, los que nacieron en marzo y los que se ven reflejados en el cómico Groucho Marx. Aprovechó para citar a Federico Engels y dijo que “la historia se repite alguna veces como farsa y otras como tragedia”.
Los contratos de desempeño o incentivados que se proponen en las iniciativas de Calderón, resaltó, son los mismos contratos de riesgo que planteó Miguel Alemán. “En su caso fue una farsa y la tragedia es que ustedes repitan lo mismo.”
El perredista refutó el señalamiento de Camarillo de que los contratos incentivados no implican compartir la renta petrolera con las empresas extranjeras. Para ello le leyó párrafos de la propuesta de contratos de riesgo que en su tiempo formuló el ex presidente Alemán y que son muy similares a los de Calderón.
Como ya es costumbre, el pevemista Arturo Escobar hizo una defensa apasionada de la reforma de Calderón y pidió a quienes se oponen a ella “no ser temerosos o prepotentes al ir contra el mundo y la globalización” sólo por “sacar raja electoral”. El panista Fernando Elizondo calificó de “muy inteligente” tal razonamiento.
Pero Pablo Gómez resaltó que “eso de que la privatización es un cuento, probablemente lo sea, pero es un cuento de Calderón”, y advirtió que el punto central del problema es el financiamiento de la industria petrolera, ya que el gobierno retiene las ganancias de Pemex y se queda con todo”.
“Es una empresa rica, pero endeudada y empobrecida”, insistió Dante Delgado.
El PRI no le entró al debate entre miembros del FAP y panistas, y cuando Delgado aludió a la iniciativa de un grupo de diputados del tricolor, que cierra las puertas a los contratos de riesgo, el senador Lozano de la Torre rechazó que la llamada reforma Beltrones sea privatizadora, pero, agregó, la bancada priísta está dispuesta a hacer las correcciones necesarias.
Intempestivo anuncio
Antes de abandonar el debate –ya que debía asistir a la reunión entre las dirigencias partidarias–, el presidente de la Comisión de Energía, Francisco Labastida, anunció que se había tomado el acuerdo de declararse en sesión permanente.
Sólo dijo que el acuerdo lo tomaron los seis integrantes de las mesas directivas de las dictaminadoras, “para poder tener todas las facilidades en el momento en que nos reunamos”.
Hubo sorpresa y preocupación. El perredista Jesús Garibay y Dante Delgado preguntaron si no habría riesgo de albazo u otra sorpresa, pero Pablo Gómez expuso que es un procedimiento normal y no hay por qué ponerse “nerviosos”, ya que se requerirá citar a reunión, aunque estén en sesión permanente.
Dante Delgado, senador de Convergencia, propuso que se realice una auditoría integral e independiente a Pemex, ya que ha habido una estrategia deliberada “para empobrecer a la empresa más allá de lo razonable”. Reveló que es preocupante que el pasivo por endeudamiento en Pidiregas sea “un billón de pesos superior a lo que se informa oficialmente”.
Alertó sobre el riesgo de un nuevo Fobaproa, ahora en Pemex, mientras el perredista Graco Ramírez resaltó que con dinero de Pemex se han financiado proyectos de Pidiregas, es decir, de inversiones privadas, como es el caso del fondo Master Trust.
Los Pidiregas, aclaró Pablo Gómez, no son otra cosa que deuda con contratistas, y la intención del gobierno federal es continuar con ese esquema en lugar de acabar con “la corrupción, el contratismo de sus propios directivos y de su propia burocracia sindical parasitaria que lo exprime y chantajea”.
En tanto, el senador priísta Carlos Lozano de la Torre consideró preocupantes esas cifras, por lo que deben analizarse en las comisiones dictaminadoras.
Ante las críticas hacia las iniciativas de Calderón, los senadores del PAN no refutaron las cifras, sino que respondieron con descalificaciones. César Leal pidió no asumir posiciones “retrógradas” ni “marxistas” en materia energética, mientras el secretario de la Comisión de Energía, Rubén Camarillo, reiteró que la propuesta presidencial no es privatizadora y sacó a relucir nuevamente que después de expropiar el petróleo, el general Lázaro Cárdenas del Río propuso reformas que permitían la inversión privada en exploración refinación y ductos.
“¡No tergiversen la historia!, exclamó el perredista Arturo Nuñez. Agregó que es inadmisible que “en apoyo a sus tesis privatizadoras” sostengan que Cárdenas del Río expropió el petróleo y luego pugnó por privatizarlo.
El perredista Graco Ramírez le respondió al panista Leal que hay muchas clases de marxistas: los que siguen esa filosofía política, los que nacieron en marzo y los que se ven reflejados en el cómico Groucho Marx. Aprovechó para citar a Federico Engels y dijo que “la historia se repite alguna veces como farsa y otras como tragedia”.
Los contratos de desempeño o incentivados que se proponen en las iniciativas de Calderón, resaltó, son los mismos contratos de riesgo que planteó Miguel Alemán. “En su caso fue una farsa y la tragedia es que ustedes repitan lo mismo.”
El perredista refutó el señalamiento de Camarillo de que los contratos incentivados no implican compartir la renta petrolera con las empresas extranjeras. Para ello le leyó párrafos de la propuesta de contratos de riesgo que en su tiempo formuló el ex presidente Alemán y que son muy similares a los de Calderón.
Como ya es costumbre, el pevemista Arturo Escobar hizo una defensa apasionada de la reforma de Calderón y pidió a quienes se oponen a ella “no ser temerosos o prepotentes al ir contra el mundo y la globalización” sólo por “sacar raja electoral”. El panista Fernando Elizondo calificó de “muy inteligente” tal razonamiento.
Pero Pablo Gómez resaltó que “eso de que la privatización es un cuento, probablemente lo sea, pero es un cuento de Calderón”, y advirtió que el punto central del problema es el financiamiento de la industria petrolera, ya que el gobierno retiene las ganancias de Pemex y se queda con todo”.
“Es una empresa rica, pero endeudada y empobrecida”, insistió Dante Delgado.
El PRI no le entró al debate entre miembros del FAP y panistas, y cuando Delgado aludió a la iniciativa de un grupo de diputados del tricolor, que cierra las puertas a los contratos de riesgo, el senador Lozano de la Torre rechazó que la llamada reforma Beltrones sea privatizadora, pero, agregó, la bancada priísta está dispuesta a hacer las correcciones necesarias.
Intempestivo anuncio
Antes de abandonar el debate –ya que debía asistir a la reunión entre las dirigencias partidarias–, el presidente de la Comisión de Energía, Francisco Labastida, anunció que se había tomado el acuerdo de declararse en sesión permanente.
Sólo dijo que el acuerdo lo tomaron los seis integrantes de las mesas directivas de las dictaminadoras, “para poder tener todas las facilidades en el momento en que nos reunamos”.
Hubo sorpresa y preocupación. El perredista Jesús Garibay y Dante Delgado preguntaron si no habría riesgo de albazo u otra sorpresa, pero Pablo Gómez expuso que es un procedimiento normal y no hay por qué ponerse “nerviosos”, ya que se requerirá citar a reunión, aunque estén en sesión permanente.
Andrea Becerril, La Jornada, 7 de agosto.
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