La propuesta de reforma energética propuesta por el Partido Revolucionario Institucional (PRI) tiene problemas de fondo más que de forma, dijo el director de Pemex, Jesús Reyes Heroles.
“Hay tres temas que plantea la propuesta del PRI que se quedan cortas con respecto a la del presidente Felipe Calderón que son refinación, transporte y almacenamiento de petrolíferos y no resuelve el problema”, expresó durante su participación en el Foro El Economista, organizado por Deloitte.
Para Reyes Heroles no es necesario quitarle nada a la iniciativa del Ejecutivo porque desde un principio ha sido una reforma que ya estaba acotada por el hecho de que la negociación política concluyó que no habría modificación a la Constitución.
Ante ello, precisó, sólo contiene lo fundamental para no provocar resistencias.
La iniciativa propone una desregulación y nuevos esquemas de contratos que se ajustan a las tecnologías en nuevos campos petroleros. Esto ayudaría a detener la caída en la producción de crudo, ya que se proyecta que para el 2021, los yacimientos actuales solo generarán 1 millón 500,000 barriles diarios.
“Es una reforma integral que toca muchos aspectos de Pemex, pero en mucho es una reforma mínima, o sea va a lo fundamental para no provocar resistencias”, dijo.
Aseguró que los retrasos en la reforma es por culpa de Andrés Manuel López Obrador con sus manifestaciones e insistencias de que se trata de una privatización y no es el caso.
Que sean los privados, agregó Reyes Heroles, los que hagan el servicio de maquila, y que la paraestatal comercialice el producto.
El funcionario reconoció ante empresarios que Pemex no tiene una estrategia debido a las restricciones que tiene por estar atada al marco del sector público.
Más paraestatales no ayudan
Contrario a ello, la iniciativa del Revolucionario Institucional plantea la figura de filiales de Pemex que se encargarían de operar y construir las plantas de refinación.
Pero, al ser una empresa pública es muy probable que la ejecución de las obras estaría a cargo de la paraestatal. Además de que el dinero saldría de la petrolera y entonces, ¿qué problemas nos resuelve? Se cuestionó el funcionario.
Otro de los temas en términos de calidad en los que se queda corta la propuesta del PRI es en transporte y almacenamiento de combustibles. Ésta es una actividad que no es considerada prioritaria y sí deberían participar las empresas privadas, como ya sucede en gas natural, dijo.
Durante su exposición planteó los riesgos de que la caída en la producción de hidrocarburos continúe y, sobre todo, de la necesidad de que en los próximos meses se defina qué se tiene que hacer en cuanto al esquema de pensiones de Pemex, porque el pasivo laboral ya alcanza los 530,000 millones de pesos.
“Hay tres temas que plantea la propuesta del PRI que se quedan cortas con respecto a la del presidente Felipe Calderón que son refinación, transporte y almacenamiento de petrolíferos y no resuelve el problema”, expresó durante su participación en el Foro El Economista, organizado por Deloitte.
Para Reyes Heroles no es necesario quitarle nada a la iniciativa del Ejecutivo porque desde un principio ha sido una reforma que ya estaba acotada por el hecho de que la negociación política concluyó que no habría modificación a la Constitución.
Ante ello, precisó, sólo contiene lo fundamental para no provocar resistencias.
La iniciativa propone una desregulación y nuevos esquemas de contratos que se ajustan a las tecnologías en nuevos campos petroleros. Esto ayudaría a detener la caída en la producción de crudo, ya que se proyecta que para el 2021, los yacimientos actuales solo generarán 1 millón 500,000 barriles diarios.
“Es una reforma integral que toca muchos aspectos de Pemex, pero en mucho es una reforma mínima, o sea va a lo fundamental para no provocar resistencias”, dijo.
Aseguró que los retrasos en la reforma es por culpa de Andrés Manuel López Obrador con sus manifestaciones e insistencias de que se trata de una privatización y no es el caso.
Que sean los privados, agregó Reyes Heroles, los que hagan el servicio de maquila, y que la paraestatal comercialice el producto.
El funcionario reconoció ante empresarios que Pemex no tiene una estrategia debido a las restricciones que tiene por estar atada al marco del sector público.
Más paraestatales no ayudan
Contrario a ello, la iniciativa del Revolucionario Institucional plantea la figura de filiales de Pemex que se encargarían de operar y construir las plantas de refinación.
Pero, al ser una empresa pública es muy probable que la ejecución de las obras estaría a cargo de la paraestatal. Además de que el dinero saldría de la petrolera y entonces, ¿qué problemas nos resuelve? Se cuestionó el funcionario.
Otro de los temas en términos de calidad en los que se queda corta la propuesta del PRI es en transporte y almacenamiento de combustibles. Ésta es una actividad que no es considerada prioritaria y sí deberían participar las empresas privadas, como ya sucede en gas natural, dijo.
Durante su exposición planteó los riesgos de que la caída en la producción de hidrocarburos continúe y, sobre todo, de la necesidad de que en los próximos meses se defina qué se tiene que hacer en cuanto al esquema de pensiones de Pemex, porque el pasivo laboral ya alcanza los 530,000 millones de pesos.
Margarita Palma, El Economista, 22 de agosto.
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