López Obrador cumple tres años en gira

Son tres años de giras. A tres años de distancia de aquel 11 de agosto en que inició su campaña por todo el país, luego de que perdiera la elección presidencial de 2006, Andrés Manuel López Obrador se apuntala y se perfila una vez más como uno de los hombres más fuertes para buscar abanderar al PRD, junto con el PT y Convergencia, para la contienda de 2012.

En los últimos tres años el aspirante presidencial, quien ante sus seguidores se hace llamar el presidente legítimo, le ha dado diez vueltas al país; ha estado en todas las capitales, en las 100 principales ciudades, en las 300 cabeceras distritales y en mil 500 cabeceras municipales.

Esto implica que ha recorrido por carretera casi 200 mil kilómetros, lo que equivale a haberle dado la vuelta al mundo poco más de cuatro veces, récord que difícilmente algún otro político puede presumir. Tan sólo, del 4 de enero de 2007 a la fecha ha realizado 71 giras por el país.

Tres años en los que ha pasado de todo, en los que continuamente ha denunciado que no logró llegar a la Presidencia de la República porque fue víctima de un fraude electoral. “Nos confiamos, sabíamos de lo que eran capaces, pero no pensamos que llegaran a tanto”, se ha convertido en una frase recurrente de los discursos para expresar su sentir por esa derrota.

Tres años desde que, apoyado por miles de personas, desconoció el triunfo en las urnas de Felipe Calderón como Presidente constitucional y establecer con claridad su estrategia de “colgársele al cuello, sin soltarlo”, lo que para muchos representa su gran mérito político; aunque además está su muy particular pleito con el Poder Judicial, al que desconoció y acusó de ser “el más corrupto”. El legislativo tampoco ha escapado a sus puyas y para muestra un botón, pues sin importarle que fuera integrante de su mismo partido, hizo lo necesario para convertir a la presidenta del Congreso, la perredista Ruth Zavaleta, en una de sus principales enemigas.

Tres años en los que López Obrador pasó de ser el favorito para la contienda presidencial de 2006 a ser el más atacado por su negativa a reconocer una derrota que, afirma, le impusieron desde las instancias electorales y por la cual tuvo que partir, asegura también, casi de cero para atraer de nuevo la simpatía de un nutrido grupo de mexicanos que lo siguen y que hasta lo llaman el presidente de los pobres.

Son tres años de deambular por el país, en los que se ha dejado ver como un político poco común, con una capacidad de resistencia irrefutable, y que se ha marcado como principal objetivo reorganizar su movimiento y fortalecer una estructura que le garantice evitar, como también él mismo lo advierte, “que se repita lo que ocurrió en 2006, en que nos robaron la Presidencia de la República, porque son unos ladrones, pero también porque nos faltó organización”.

De la precampaña que inició el 11 de agosto de 2005 y concluyó el 10 de diciembre de ese mismo año, López Obrador pasó a la campaña que arrancó el 19 de enero de 2006 en el municipio más pobre de México: Metlatónoc, Guerrero, y de ahí, tras el resultado electoral que ya todos conocen, el tabasqueño decidió recorrer los casi 2 mil 500 municipios existentes en México, con el objetivo de reagrupar fuerzas, evitar que la gente se olvidara de él y reorganizar su estructura político-electoral.

En su recorrido por los municipios de México, López Obrador ha logrado montar una importante estructura y ha credencializado para su movimiento a cerca de 2 millones 400 mil mexicanos y asegura que el objetivo es llegar a 3 millones al concluir 2008, lo cual, para muchos, es el principio de la creación de otro partido.

Sin embargo, sus mismos seguidores lo ven muy lejano, a pesar de que afirman que la actual dirigencia del PRD, junto con Nueva Izquierda, la corriente más poderosa, prácticamente le han declarado la guerra. Por esa razón, entre los cercanos al tabasqueño se habla mucho de que no sólo tiene que enfrentar a los enemigos externos, sino también a los internos.

Pero una nueva coyuntura llevó a López Obrador a dejar de lado momentáneamente, por lo menos él mismo así lo ha dicho, las pugnas internas en el PRD por la presidencia del Comité Ejecutivo Nacional.

En lo que ahora tiene enfocadas todas sus baterías es en el tema de la reforma energética. A decir del tabasqueño y sus seguidores la iniciativa del Ejecutivo y el PAN es a todas luces privatizadora y le abrió un nuevo foro y una nueva bandera de lucha que lo llevó incluso a interrumpir sus giras por los municipios y organizar un movimiento paralelo, ahora en defensa del petróleo.

Al entrar la iniciativa petrolera al Congreso, el tabasqueño activó un movimiento de resistencia civil pacífica que incluyó la toma de las tribunas en las cámaras de Diputados y de Senadores en una acción en la que, precisamente, sus compañeros de partido y presuntos enemigos, los integrantes de la corriente Nueva Izquierda, también conocidos como Los chuchos y que controlan ambas cámaras, fueron rebasados.

La estrategia lopezobradorista fue ganar tiempo y lo logró. En los dos meses siguientes se dio a la tarea de darle dos vueltas al país para organizar las llamadas Brigadas Ciudadanas en Defensa del Petróleo, de las que ya tiene listos a 200 mil activistas para entrar en acción en el momento en el que él las convoque y que sería precisamente cuando se lleve la discusión sobre el tema a la máxima tribuna.

Este tema fue bien aprovechado por López Obrador para regresar a los primeros planos de la política, pues gracias, en gran parte a su estrategia de presión, obligó a que se realizaran los debates sobre el tema y está en marcha el proceso de Consulta ciudadana, que inició el 27 de julio en el Distrito Federal y concluye el 24 de agosto en los estados del norte del país.

A tres años de distancia, y a pesar de no haber llegado a la Presidencia de la República, López Obrador se mantiene vigente y además perfila la que podría ser la “madre de todas las batallas” en la lucha por la defensa del petróleo pues se está jugando mantener su posición política o quedarse en el camino para 2012.

Pero a pesar de lo que resulte en materia petrolera, para muchos es indudable que el ex candidato de 2006, al menos intentará con todo, volver a ser candidato presidencial dentro de tres años, con la misma fuerza pero con más experiencia. Aún queda mucho tiempo, pero para cuando los tiempos se cumplan, López Obrador será quien haya hecho más campaña, otro récord difícil de conseguir.
Heliodoro Cárdenas, Milenio, 11 de agosto.

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