Los ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) que avalan la despenalización del aborto hasta las 12 semanas de gestación en el Distrito Federal tienen como premisa “defender el derecho de la mujer a decidir sobre su propio cuerpo”, porque esa es la base de la reforma legal capitalina que impugnaron, vía acción de inconstitucionalidad, la Procuraduría General de la República (PGR) y la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH).
En el marco de la estrategia jurídica de estos ministros en contra del proyecto elaborado por Sergio Salvador Aguirre Anguiano –que propone que la mujer que aborte voluntariamente en el lapso referido sea castigada con tres a seis meses de prisión–, está el señalar las contradicciones del dictamen, los juicios de valor que no tienen fundamento legal ni científico alguno, como también determinadas aseveraciones “que no se puede concebir que formen parte del debate de un tribunal constitucional”.
Para los ministros que avalan la reforma al Código Penal y la Ley de Salud del Distrito Federal que permiten el aborto voluntario –se afirma que al menos seis de los 11 integrantes comparten esta postura: José Ramón Cossío, Juan N. Silva Meza, Olga Sánchez Cordero, Sergio Valls, José de Jesús Gudiño Pelayo y Genaro Góngora Pimentel–, el citado proyecto tiene afirmaciones del ministro Aguirre Anguiano que simplemente son inaceptables.
Fuentes judiciales comentaron que en el dictamen de 610 cuartillas que comenzará a discutirse en sesión pública el próximo 25 de agosto, se admite que “no existe unanimidad en los criterios éticos, morales, filosóficos, científicos y legales sobre el momento a partir del cual empieza la vida humana y el momento a partir del cual debe protegerla el Estado”.
Y sin embargo, Aguirre Anguiano sostiene que “la vida del ser humano debe protegerse desde la concepción”, y que “el hecho de que de la unión de un hombre y una mujer –un óvulo y un espermatozoide humanos– no puede más que crearse un ser humano, es decir, no puede generarse otro tipo de ser (un perro, un gato, etcétera), revela que desde la concepción hasta el momento previo del nacimiento se tiene la certeza de que dentro del vientre de la madre lo que se está formando es un ser humano”.
En los dictámenes que elabora cada uno de los ministros que está en contra de la postura de Aguirre, se cuestiona particularmente el criterio que señala que “el derecho a la autodeterminación del cuerpo de la mujer no se afecta de manera definitiva con el embarazo no deseado, ya que sólo implica un retardo en el ejercicio de este derecho mientras se produce el parto”.
En el marco de la estrategia jurídica de estos ministros en contra del proyecto elaborado por Sergio Salvador Aguirre Anguiano –que propone que la mujer que aborte voluntariamente en el lapso referido sea castigada con tres a seis meses de prisión–, está el señalar las contradicciones del dictamen, los juicios de valor que no tienen fundamento legal ni científico alguno, como también determinadas aseveraciones “que no se puede concebir que formen parte del debate de un tribunal constitucional”.
Para los ministros que avalan la reforma al Código Penal y la Ley de Salud del Distrito Federal que permiten el aborto voluntario –se afirma que al menos seis de los 11 integrantes comparten esta postura: José Ramón Cossío, Juan N. Silva Meza, Olga Sánchez Cordero, Sergio Valls, José de Jesús Gudiño Pelayo y Genaro Góngora Pimentel–, el citado proyecto tiene afirmaciones del ministro Aguirre Anguiano que simplemente son inaceptables.
Fuentes judiciales comentaron que en el dictamen de 610 cuartillas que comenzará a discutirse en sesión pública el próximo 25 de agosto, se admite que “no existe unanimidad en los criterios éticos, morales, filosóficos, científicos y legales sobre el momento a partir del cual empieza la vida humana y el momento a partir del cual debe protegerla el Estado”.
Y sin embargo, Aguirre Anguiano sostiene que “la vida del ser humano debe protegerse desde la concepción”, y que “el hecho de que de la unión de un hombre y una mujer –un óvulo y un espermatozoide humanos– no puede más que crearse un ser humano, es decir, no puede generarse otro tipo de ser (un perro, un gato, etcétera), revela que desde la concepción hasta el momento previo del nacimiento se tiene la certeza de que dentro del vientre de la madre lo que se está formando es un ser humano”.
En los dictámenes que elabora cada uno de los ministros que está en contra de la postura de Aguirre, se cuestiona particularmente el criterio que señala que “el derecho a la autodeterminación del cuerpo de la mujer no se afecta de manera definitiva con el embarazo no deseado, ya que sólo implica un retardo en el ejercicio de este derecho mientras se produce el parto”.
Jesús Aranda, La Jornada, 22 de agosto.
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