René Arce señala que la izquierda no debe satanizar la privatización de Pemex

La izquierda no puede satanizar la privatización en Pemex ni quedarse atrapada entre la estatización y el veto al libre mercado, sino saber cuándo se requiere de ambas cosas para modernizar el sector energético del país y hacerlo competitivo, sostuvo el senador perredista René Arce, quien es uno de los líderes de Nueva Izquierda.
“No debemos satanizar la privatización, no hagamos que la izquierda siga teniendo esos fantasmas en la cabeza; la Izquierda no debe quedarse en el debate de la privatización o la rectoría del Estado, debe saber en qué momento plantear la privatización o la rectoría del Estado”, aseguró en el Foro de las Izquierdas, donde se debatía “¿Qué hacer de cara a la reforma energética?”, lo que le valió reproches de varios de los asistentes.
Algunos de los que asistieron al hotel capitalino donde se realizó dicho Foro de las Izquierdas acusaron a Arce de vendido con el gobierno calderonista o de privatizador, pero el senador les pidió tolerancia y definir qué tipo de izquierda requiere el país.
“Si los objetivos son correctos pero los métodos incorrectos podemos seguir perdiendo simpatías y adeptos entre la población... algo no estamos haciendo bien y por eso la población no nos apoya”, aseveró al llamar a reflexionar sobre “los viejos planteamientos marxistas que piden que el Estado tenga el control de todo”.
En el foro, donde estuvieron presentes los legisladores perredistas Juan Guerra, Yeidckol Polevnsky y el vicepresidente del Partido Socialdemócrata, Luciano Pascoe, Arce rechazó que apoye la privatización de Pemex, pero explicó que se debe tomar lo mejor de la privatización y la estatización para mejorar la paraestatal a través de una reforma energética de consenso entre el PRI, PAN y PRD.
“Que nadie se case con esos dogmas de la privatización o estatización, que nadie se case con esa idea de que lo mejor es el Estado y lo peor es el mercado, porque el mercado tiene cosas muy buenas que el Estado no tiene, el mercado tiene la capacidad de incentivar la creatividad, tecnología y el crecimiento, tiene esas cosas, que son muy buenas.
“El Estado regularmente tiende a burocratizarse, a generar grandes aparatos y a agarrar el dinero coyunturalmente para lo que salga, pero el Estado también tiene cosas buenas porque sabe dónde distribuir la riqueza, cómo distribuirla, tener la rectoría para evitar los monopolios, y esto permite un equilibrio, por eso requerimos un Estado fuerte en regulación, pero eso no implica que le neguemos las posibilidades al mercado, que también puede seguir adelante”, estableció.

Alejandro Páez, Crónica, 8 de agosto.