BUENOS AIRES.— En el momento en que aparece señalado en la trama de la maleta con los 800 mil dólares para la campaña de Cristina Kirchner de hace un año, el presidente venezolano Hugo Chávez denunció ayer un presunto plan para asesinarlo, en el cual estarían involucrados militares en actividad y en retiro. Además, en solidaridad con Bolivia, ordenó la expulsión del embajador estadounidense, Patrick Duddy.
“Ya tenemos varios detenidos en este caso (del supuesto complot en su contra). Miren, pitiyanquis, no se les ocurra lanzar un golpe o una locura de éstas. Les aviso, yo no soy el Hugo Chávez del año 2002”, expresó el presidente en referencia al frustrado golpe de Estado que lo mantuvo alejado 36 horas del poder y acusó de esa supuesta conspiración al gobierno estadounidense. “¿Quién dirige todo esto? El señor Bush es el responsable y la CIA y sus laboratorios genocidas”, puntualizó el mandatario.
El mayor de la fuerza aérea Helimenas José Labarca Soto fue detenido, según dijo la fiscalía general. Otras cuatro personas se encontraban rindiendo declaración en la Dirección de Inteligencia Militar (DIM) y “otras ocho” podrían ser trasladadas en las próximas horas a ese organismo para interrogarlas.
El escándalo se desató después de que “La hojilla”, el programa televisivo preferido del chavismo que se emite por venezolana de televisión, difundiera una grabación donde el vicealmirante Carlos Alberto Millán Millán, el general retirado de la Guardia Nacional, Wilfredo Barroso Herrera, y el general de brigada retirado de la Aviación, Eduardo Báez Torrealba, hacían presunta referencia a una operación en su contra. “Aquí el objetivo es uno sólo: vamos a tomar el Palacio de Miraflores, vamos a tomar las plantas televisoras. El objetivo tiene que ser uno solo, es decir: todo el esfuerzo hacia donde está el señor”, dice Barroso, de acuerdo al audio difundido.
No es la primera vez que Chávez denuncia un intento de golpe en su contra desde el 2002. De ahí que la oposición sostiene que puede tratarse de una cortina de humo, en el momento en que un arrepentido, en el caso de la maleta con dinero para la campaña de Cristina Kirchner, involucró al presidente, a varios miembros de su gobierno y a otros del gobierno argentino, durante un juicio por espionaje que se lleva a cabo en Miami.
Por si fueran pocos sus problemas, Chávez expulsó al embajador Duddy y convocó al representante venezolano en EU, Bernardo Álvarez, para apoyar así a su amigo, el boliviano Evo Morales, que horas antes expulsó al embajador estadounidense Philip Goldberg.
“Ya tenemos varios detenidos en este caso (del supuesto complot en su contra). Miren, pitiyanquis, no se les ocurra lanzar un golpe o una locura de éstas. Les aviso, yo no soy el Hugo Chávez del año 2002”, expresó el presidente en referencia al frustrado golpe de Estado que lo mantuvo alejado 36 horas del poder y acusó de esa supuesta conspiración al gobierno estadounidense. “¿Quién dirige todo esto? El señor Bush es el responsable y la CIA y sus laboratorios genocidas”, puntualizó el mandatario.
El mayor de la fuerza aérea Helimenas José Labarca Soto fue detenido, según dijo la fiscalía general. Otras cuatro personas se encontraban rindiendo declaración en la Dirección de Inteligencia Militar (DIM) y “otras ocho” podrían ser trasladadas en las próximas horas a ese organismo para interrogarlas.
El escándalo se desató después de que “La hojilla”, el programa televisivo preferido del chavismo que se emite por venezolana de televisión, difundiera una grabación donde el vicealmirante Carlos Alberto Millán Millán, el general retirado de la Guardia Nacional, Wilfredo Barroso Herrera, y el general de brigada retirado de la Aviación, Eduardo Báez Torrealba, hacían presunta referencia a una operación en su contra. “Aquí el objetivo es uno sólo: vamos a tomar el Palacio de Miraflores, vamos a tomar las plantas televisoras. El objetivo tiene que ser uno solo, es decir: todo el esfuerzo hacia donde está el señor”, dice Barroso, de acuerdo al audio difundido.
No es la primera vez que Chávez denuncia un intento de golpe en su contra desde el 2002. De ahí que la oposición sostiene que puede tratarse de una cortina de humo, en el momento en que un arrepentido, en el caso de la maleta con dinero para la campaña de Cristina Kirchner, involucró al presidente, a varios miembros de su gobierno y a otros del gobierno argentino, durante un juicio por espionaje que se lleva a cabo en Miami.
Por si fueran pocos sus problemas, Chávez expulsó al embajador Duddy y convocó al representante venezolano en EU, Bernardo Álvarez, para apoyar así a su amigo, el boliviano Evo Morales, que horas antes expulsó al embajador estadounidense Philip Goldberg.
José Vales, corresponsal, El Universal, 12 de septiembre.
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