La radio pública en el país representa un oasis en el cuadrante, debido a que sus contenidos son más críticos y libres ante un sistema ampliamente autoritario, aseguró el historiador Lorenzo Meyer.
En la continuación de las jornadas de la séptima Bienal de Radio en México, organizada por Radio Educación, los participantes en la mesa en la que se abordó el tema del 40 aniversario de la emisora coincidieron en que existe la urgente necesidad de que se abra un espacio en la frecuencia de FM a esa estación, por lo que solicitaron a las autoridades correspondientes poner atención en ese punto.
Durante su participación, Meyer destacó sobre todo la labor crítica de las frecuencias de Radio Universidad y Radio Educación, emisoras que pese a recibir financiamiento gubernamental, representan espacios de crítica y libertad: “ojalá y siga así”.
El historiador hizo un reconocimiento al periodista Miguel Ángel Granados Chapa –quien no pudo asistir a la mesa de discusión–, a quien consideró “uno de los personajes de la segunda mitad del siglo XX que se debe conocer para entender el periodismo de la radio y la prensa escrita”. Ante la trayectoria del periodista, Meyer confió en que los senadores consideren su candidatura a la medalla Belisario Domínguez.
Aseveró que las frecuencias públicas, en especial Radio Educación y Radio Universidad, tienen el reto de no perder su esencia: ser contestatarias.
Sostuvo que han sabido flotar y sobrevivir al autoritarismo, el cual –consideró– “no cambió mucho en 2000”, con la llegada del Partido Acción Nacional (PAN) al poder.
Ambas frecuencias –mencionó– saben presentar de una manera amena la educación y el conocimiento a su público. “Han abierto el conocimiento de una manera amable que nos hace adictos a él”.
Al referirse en particular a Radio Educación, aseguró que “tiene el reto de seguir siendo tan libre como lo fue (en su origen, en 1968) y ofrecer al público eso que no se le pide, la oferta educativa no es algo que se imponga sino algo que se recibe con gusto”. Agregó que la emisora nació en medio de un sistema que carecía de democracia política, pero que en 1968 esa circunstancia comenzaba a declinar.
“Supo vivir dentro del monstruo pero sin convertirse en él”. Por ello, refirió que la FM, “sí que la necesita. Es una exigencia de los usuarios y pagadores de impuestos, y Radio Educación debe seguirlo buscando (llegar a esa banda radial)”.
En la mesa de discusión participaron también Enrique Atonal, Lidia Camacho y Luis Ernesto Pi Orozco, ex directores de la emisora, así como la actual, Virginia Bello.
En la continuación de las jornadas de la séptima Bienal de Radio en México, organizada por Radio Educación, los participantes en la mesa en la que se abordó el tema del 40 aniversario de la emisora coincidieron en que existe la urgente necesidad de que se abra un espacio en la frecuencia de FM a esa estación, por lo que solicitaron a las autoridades correspondientes poner atención en ese punto.
Durante su participación, Meyer destacó sobre todo la labor crítica de las frecuencias de Radio Universidad y Radio Educación, emisoras que pese a recibir financiamiento gubernamental, representan espacios de crítica y libertad: “ojalá y siga así”.
El historiador hizo un reconocimiento al periodista Miguel Ángel Granados Chapa –quien no pudo asistir a la mesa de discusión–, a quien consideró “uno de los personajes de la segunda mitad del siglo XX que se debe conocer para entender el periodismo de la radio y la prensa escrita”. Ante la trayectoria del periodista, Meyer confió en que los senadores consideren su candidatura a la medalla Belisario Domínguez.
Aseveró que las frecuencias públicas, en especial Radio Educación y Radio Universidad, tienen el reto de no perder su esencia: ser contestatarias.
Sostuvo que han sabido flotar y sobrevivir al autoritarismo, el cual –consideró– “no cambió mucho en 2000”, con la llegada del Partido Acción Nacional (PAN) al poder.
Ambas frecuencias –mencionó– saben presentar de una manera amena la educación y el conocimiento a su público. “Han abierto el conocimiento de una manera amable que nos hace adictos a él”.
Al referirse en particular a Radio Educación, aseguró que “tiene el reto de seguir siendo tan libre como lo fue (en su origen, en 1968) y ofrecer al público eso que no se le pide, la oferta educativa no es algo que se imponga sino algo que se recibe con gusto”. Agregó que la emisora nació en medio de un sistema que carecía de democracia política, pero que en 1968 esa circunstancia comenzaba a declinar.
“Supo vivir dentro del monstruo pero sin convertirse en él”. Por ello, refirió que la FM, “sí que la necesita. Es una exigencia de los usuarios y pagadores de impuestos, y Radio Educación debe seguirlo buscando (llegar a esa banda radial)”.
En la mesa de discusión participaron también Enrique Atonal, Lidia Camacho y Luis Ernesto Pi Orozco, ex directores de la emisora, así como la actual, Virginia Bello.
Emir Olivares Alonso, La Jornada, 11 de septiembre.
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