EU paga a Chávez con la misma moneda

WASHINGTON .— En medio de la escalada diplomática a tres bandas entre Estados Unidos, Venezuela y Bolivia, la administración del presidente, George W. Bush, decidió ayer la fulminante expulsión del embajador de Venezuela, Bernardo Álvarez, en represalia por la declaración de persona non grata del representante estadounidense en Caracas, Patrick Duddy.
En una jornada dominada por un airado intercambio de acusaciones, la administración estadounidense consideró además ridículas las acusaciones de Hugo Chávez, que le ha señalado como el instigador de conspiraciones golpistas, y restó importancia a sus amenazas de suspender el suministro de petróleo a Estados Unidos.

“Hugo Chávez nos necesita más a nosotros que nosotros a él”, aseguró un alto funcionario del Departamento de Estado que pidió permanecer en el anonimato, al asegurar que Estados Unidos no tendría ningún problema en resolver la eventual suspensión del petróleo venezolano echando mano de otras fuentes y otros países para cubrir el posible recorte de 1.1 millones de barriles por día, mientras que Venezuela difícilmente podría reemplazar a Estados Unidos como su cliente más importante.

El portavoz del Departamento de Estado, Sean McCormack, dijo que las medidas contra Duddy y PhilipGoldberg (embajador de EU en Bolivia) “reflejan la debilidad y la desesperación” de Chávez y Morales “frente a los desafíos internos” en sus países.

El desencuentro entre Washington y Caracas se extendió además ayer mismo al ámbito de las sanciones contra tres hombres próximos a Hugo Chávez. Se trata del ex ministro del interior, Ramón Emilio Rodríguez Chacín y dos funcionarios de los aparatos de inteligencia a quienes acusó y puso en la lista negra por su presunta ayuda y colaboración con la guerrilla colombiana de las FARC en el tráfico de drogas y armamento.

Además de Emilio Rodríguez Chacín, quien renunció a su cargo el pasado 8 de septiembre, Estados Unidos ha puesto en la mira a Hugo Armando Carvajal Barrios, director de la Dirección General de Inteligencia Militar y a Henry de Jesús Rangel Silva, director de la policía secreta venezolana DISIP, a quienes, se reportó, se les congelarán todos sus bienes en el extranjero.

El aumento de la tensión entre Estados Unidos, Bolivia y Venezuela obligó ayer a los representantes de La Paz y Caracas, Mario Gustavo Guzmán y Bernardo Alvarez, a adelantar su partida de Washington mientras desde la Organización de Estados Americanos (OEA) el secretario general, Jose Miguel Insulza externaba su preocupación por la evolución de los acontecimientos en Bolivia e instaba al gobierno de Evo Morales y a los líderes de la oposición a instalar una mesa de diálogo.

El gobierno venezolano apuntó, a través de un comunicado en Caracas, que el presidente Bush, es “el único responsable” del deterioro de las relaciones de Washington con “toda la región latinoamericana y caribeña”, en tanto que el canciller Nicolás Maduro advirtió que el gobierno de Chávez va a “someter a evaluación” la relación con Estados Unidos.

J. Jaime Hernández, corresponsal, El Universal, 13 de septiembre.


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