México requiere una reforma laboral que respete la contratación colectiva, pero sobre todo que garantice la no intervención de patrones y gobierno en asuntos internos de los sindicatos, señaló Luis Monter Valenzuela, director de la Universidad Obrera de México (UOM), durante el 70 aniversario de la fundación de la Confederación de Trabajadores de América Latina (CTAL).
En entrevista, Monter Valenzuela dijo que una reforma en esta materia debe ser consensuada con todos los actores a los que incumbe, a fin de que no sea un acto unilateral que sólo beneficie a algunos de los sectores involucrados; en tal sentido solicitó que todos los gremios contribuyan a su elaboración.
“Será bienvenida una reforma si favorece los intereses de los agremiados, de lo contrario la lucha deberá continuar; los sindicatos tienen la obligación de unirse para dar sus puntos de vista y tomar posiciones frente a esa reforma laboral”.
El titular de la UOM comentó también que la sociedad y los gobiernos deben comprender y aceptar la importancia que tienen los sindicatos para la vida de todas las naciones, especialmente durante esta etapa de globalización. “No puede existir una nación civilizada sin un sindicalismo auténtico, porque esta es la organización que defiende a la clase trabajadora frente a los intereses del capital, de la clase patronal; en el actual sistema, los trabajadores son los que dan su mayor aporte, pero son los que reciben menos. La importancia que tienen los sindicatos para el desarrollo de una nación es fundamental”, comentó.
En tal sentido remarcó que los gobiernos “deben respetar la vida de las organizaciones sindicales, pero también debe respetar los derechos que tienen los trabajadores en el campo de la seguridad social, entre ellos, el derecho a la vivienda, a la jubilación y a la educación”.
En cuanto al sindicalismo corporativo, Monter Valenzuela precisó que “no sólo afecta a los trabajadores sino también a las empresas; mientras éstas no tengan una planta organizada y calificada estarán siempre en crisis, porque afectar los derechos de los trabajadores impide el desarrollo de las empresas, pues se necesitan organizaciones sindicales fuertes y unidas para poder desarrollar su producción”.
El directivo recordó que si en el pasado fue posible la unidad sindical latinoamericana, a través de la CTAL, ahora también lo es para unir fuerzas en defensa del salario, la salud y el empleo.
En entrevista, Monter Valenzuela dijo que una reforma en esta materia debe ser consensuada con todos los actores a los que incumbe, a fin de que no sea un acto unilateral que sólo beneficie a algunos de los sectores involucrados; en tal sentido solicitó que todos los gremios contribuyan a su elaboración.
“Será bienvenida una reforma si favorece los intereses de los agremiados, de lo contrario la lucha deberá continuar; los sindicatos tienen la obligación de unirse para dar sus puntos de vista y tomar posiciones frente a esa reforma laboral”.
El titular de la UOM comentó también que la sociedad y los gobiernos deben comprender y aceptar la importancia que tienen los sindicatos para la vida de todas las naciones, especialmente durante esta etapa de globalización. “No puede existir una nación civilizada sin un sindicalismo auténtico, porque esta es la organización que defiende a la clase trabajadora frente a los intereses del capital, de la clase patronal; en el actual sistema, los trabajadores son los que dan su mayor aporte, pero son los que reciben menos. La importancia que tienen los sindicatos para el desarrollo de una nación es fundamental”, comentó.
En tal sentido remarcó que los gobiernos “deben respetar la vida de las organizaciones sindicales, pero también debe respetar los derechos que tienen los trabajadores en el campo de la seguridad social, entre ellos, el derecho a la vivienda, a la jubilación y a la educación”.
En cuanto al sindicalismo corporativo, Monter Valenzuela precisó que “no sólo afecta a los trabajadores sino también a las empresas; mientras éstas no tengan una planta organizada y calificada estarán siempre en crisis, porque afectar los derechos de los trabajadores impide el desarrollo de las empresas, pues se necesitan organizaciones sindicales fuertes y unidas para poder desarrollar su producción”.
El directivo recordó que si en el pasado fue posible la unidad sindical latinoamericana, a través de la CTAL, ahora también lo es para unir fuerzas en defensa del salario, la salud y el empleo.
Carolina Gómez Mena, La Jornada, 7 de septiembre.
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