Margarita Vega Ríos cumplió su promesa. Viajó desde Chihuahua a la Ciudad de México para agradecer al Santo Niño Cautivo, "patrono de los secuestrados", la liberación de su hija que había sido plagiada por presuntos narcotraficantes.
"Aquí estoy, sólo para decirle que estoy agradecida, que vendré a verlo, porque él hizo que volviera a confiar en Dios. Creí que no volvería a ver a mi hija", platica en la Catedral Metropolitana.
La mujer de 53 años cuenta que su hija y otro joven fueron raptados por trabajar en un casino cuyos dueños habían sido advertidos por sicarios de no abrir más el negocio.
Cuatro días después, relata Margarita, la empresa dio 2 millones de pesos por la liberación de los empleados y decidió cerrar el establecimiento.
Según la Arquidiócesis de México, al Niño se le atribuyen al menos 12 casos de liberación de secuestrados desde 2001.
La imagen está rodeada de siete fotografías -dos mujeres, cuatro hombres y una niña- que fueron colocadas por fieles para que estas personas sean liberadas por sus plagiarios.
"Algunas personas se encomiendan a él. Se trata de una esperanza para muchas familias mexicanas", asegura el canónigo metropolitano Sergio Román.
El "patrono de los secuestrados" es venerado únicamente en la Catedral. Según el sacerdote, ofrece ayuda a las personas que atraviesan por un secuestro.
"Yo sé que gracias a él fue que mi hija regresó viva, y uno tiene tanto que agradecer", dice Vega Ríos.
"Aquí estoy, sólo para decirle que estoy agradecida, que vendré a verlo, porque él hizo que volviera a confiar en Dios. Creí que no volvería a ver a mi hija", platica en la Catedral Metropolitana.
La mujer de 53 años cuenta que su hija y otro joven fueron raptados por trabajar en un casino cuyos dueños habían sido advertidos por sicarios de no abrir más el negocio.
Cuatro días después, relata Margarita, la empresa dio 2 millones de pesos por la liberación de los empleados y decidió cerrar el establecimiento.
Según la Arquidiócesis de México, al Niño se le atribuyen al menos 12 casos de liberación de secuestrados desde 2001.
La imagen está rodeada de siete fotografías -dos mujeres, cuatro hombres y una niña- que fueron colocadas por fieles para que estas personas sean liberadas por sus plagiarios.
"Algunas personas se encomiendan a él. Se trata de una esperanza para muchas familias mexicanas", asegura el canónigo metropolitano Sergio Román.
El "patrono de los secuestrados" es venerado únicamente en la Catedral. Según el sacerdote, ofrece ayuda a las personas que atraviesan por un secuestro.
"Yo sé que gracias a él fue que mi hija regresó viva, y uno tiene tanto que agradecer", dice Vega Ríos.
Leslie Gómez, Reforma, 7 de septiembre.
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