Arropado por los Secretarios de la Defensa y de la Marina, el Presidente Felipe Calderón escuchó ayer de la voz del Rector del Heroico Colegio Militar, que los delincuentes han rebasado todos los límites.
"Han ido demasiado lejos, demasiado lejos y confiados en las pústulas de la impunidad", expresó Guillermo Moreno Serrano frente a los mil 700 cadetes recién ingresados y más de 9 mil egresados, reunidos ayer en el patio central con motivo de la entrega de sus certificados.
"Quienes actúan (...) en la ilegalidad, quienes envenenan a niños y jóvenes tendrán que pagar el grave daño que han hecho a la Nación", advirtió el General desde un atril colocado a un lado de la grada principal.
A unos metros de él, en la primera fila de invitados, estaba Calderón todavía con su cabestrillo, sentado entre los encargados de las Fuerzas Armadas y de la Marina, Guillermo Galván y Francisco Saynez.
Lo separaba del titular de la PGR, Eduardo Medina Mora, y del Secretario de la Seguridad Pública, Genaro García Luna, el presidente del Senado, Gustavo Madero. A su derecha, se colocaron el presidente de la Cámara de Diputados, César Duarte, y el representante del Poder Judicial, el Ministro Guillermo Ortiz Mayagoitia.
La ceremonia, a la que Calderón llegó en helicóptero, inició con el pase de lista de honor a los héroes de 1847 y 1914. A cada nombre enunciado por el Presidente, los soldados le respondieron al unísono con el grito "Murió por la Patria".
Moreno Serrano pidió abiertamente a los egresados del Colegio no pasarse a las filas del enemigo.
"Manténganse alertas de los orígenes, causas y derroteros de la delincuencia organizada, jamás bajen la guardia y mucho menos caigan en la tentación, pues cuando por cualquier forma de corrupción ellos doblegan a un servidor público, es México todo, quien sale perdiendo.
Dijo que no hay excusas válidas para quienes traicionen al Ejército.
"No es disculpa, para nadie, que la complejidad, la presión o el desafío económico, de cortantes filos internacionales, hagan que algunos con menor integridad y fortaleza se denigren con su colusión".
Como armas para combatir la delincuencia, mencionó la aplicación contundente y estricta de la ley, el uso de la inteligencia, del conocimiento y de la experiencia sustentados por un espíritu honorable a toda prueba.
Después de estas advertencias directas del General, Calderón entregó los certificados a los cadetes que terminaron su formación militar y otorgó premios especiales para los más destacados.
Su visita concluyó con un tradicional desfile militar acompañado por piezas de música de la banda militar de la Secretaría de la Defensa Nacional, que entonó el Himno Nacional.
"Han ido demasiado lejos, demasiado lejos y confiados en las pústulas de la impunidad", expresó Guillermo Moreno Serrano frente a los mil 700 cadetes recién ingresados y más de 9 mil egresados, reunidos ayer en el patio central con motivo de la entrega de sus certificados.
"Quienes actúan (...) en la ilegalidad, quienes envenenan a niños y jóvenes tendrán que pagar el grave daño que han hecho a la Nación", advirtió el General desde un atril colocado a un lado de la grada principal.
A unos metros de él, en la primera fila de invitados, estaba Calderón todavía con su cabestrillo, sentado entre los encargados de las Fuerzas Armadas y de la Marina, Guillermo Galván y Francisco Saynez.
Lo separaba del titular de la PGR, Eduardo Medina Mora, y del Secretario de la Seguridad Pública, Genaro García Luna, el presidente del Senado, Gustavo Madero. A su derecha, se colocaron el presidente de la Cámara de Diputados, César Duarte, y el representante del Poder Judicial, el Ministro Guillermo Ortiz Mayagoitia.
La ceremonia, a la que Calderón llegó en helicóptero, inició con el pase de lista de honor a los héroes de 1847 y 1914. A cada nombre enunciado por el Presidente, los soldados le respondieron al unísono con el grito "Murió por la Patria".
Moreno Serrano pidió abiertamente a los egresados del Colegio no pasarse a las filas del enemigo.
"Manténganse alertas de los orígenes, causas y derroteros de la delincuencia organizada, jamás bajen la guardia y mucho menos caigan en la tentación, pues cuando por cualquier forma de corrupción ellos doblegan a un servidor público, es México todo, quien sale perdiendo.
Dijo que no hay excusas válidas para quienes traicionen al Ejército.
"No es disculpa, para nadie, que la complejidad, la presión o el desafío económico, de cortantes filos internacionales, hagan que algunos con menor integridad y fortaleza se denigren con su colusión".
Como armas para combatir la delincuencia, mencionó la aplicación contundente y estricta de la ley, el uso de la inteligencia, del conocimiento y de la experiencia sustentados por un espíritu honorable a toda prueba.
Después de estas advertencias directas del General, Calderón entregó los certificados a los cadetes que terminaron su formación militar y otorgó premios especiales para los más destacados.
Su visita concluyó con un tradicional desfile militar acompañado por piezas de música de la banda militar de la Secretaría de la Defensa Nacional, que entonó el Himno Nacional.
Carole Simmonet, Reforma, 13 de septiembre.
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