El huracán Ike se adentró ayer en los mares profundos del Golfo de México, luego de golpear desde el domingo a Cuba de este a oeste, con saldo preliminar de cuatro muertos, decenas de heridos y destrozos millonarios, sobre todo en el oriente del país.
La Defensa Civil informó que todavía se encuentra evacuada la mayor parte de los más de dos millones 615 personas protegidas, la mayoría del país sigue sin luz y sólo nueve de las trece provincias cubanas afectadas por Ike han podido iniciar los trabajos de reconstrucción, debido a las malas condiciones climatológicas. El ciclón, que comenzó su recorrido destructor por el noreste de Cuba con vientos de 195 kilómetros por hora, salió de la isla en la tarde del martes por la occidental provincia de Pinar del Río, con una fuerza de apenas de 120 kms/h.
Pronósticos meteorológicos indican que Ike incrementará su fuerza y organización en el Golfo, por lo cual la alerta roja fue disparada en la zona petrolera que EU tiene en la zona. Aunque aún se cuantifican las pérdidas y el número de muertos podría aumentar pese a la evacuación masiva, los primeros balances sitúan las mayores pérdidas en la región oriental.
En la tarde-noche de ayer, reportes de la radio nacional calificaron de “dramática” la situación imperante en la oriental y montañosa provincia Granma, donde hay poblados que continúan bajo agua, sigue lloviendo, los ríos están crecidos y las diez preseas del territorio, algunas saturadas, vierten a razón de mil 300 milímetros por segundo. En Baracoa, el mar penetró con olas de seis metros de altura y arrasó con más de mil viviendas en ocho de los quince barrios de la llamada “Ciudad Primada” de Cuba. No obstante, a su paso por el centro del país en dirección al oeste, Ike comenzó a disminuir su fuerza y fue relativamente benigno con zonas de alto riesgo como La Habana, donde se concentra la mayor cantidad de edificios con peligro de derrumbe y a la que golpeó tangencialmente.
En Haití, tres días después del paso sucesivo de los huracanes Hanna y Ike, el balance de ayer era de 101 muertos en la ciudad de Gonaives, centro de la catástrofe humanitaria que azota a millares de haitianos agotados y hambrientos. “Si no encontramos una solución para traer ayuda humanitaria masiva, corremos el riesgo de ver peleas y motines que provocarán más muertes que el ciclón”, advirtió un vocero de la ONU.
La Defensa Civil informó que todavía se encuentra evacuada la mayor parte de los más de dos millones 615 personas protegidas, la mayoría del país sigue sin luz y sólo nueve de las trece provincias cubanas afectadas por Ike han podido iniciar los trabajos de reconstrucción, debido a las malas condiciones climatológicas. El ciclón, que comenzó su recorrido destructor por el noreste de Cuba con vientos de 195 kilómetros por hora, salió de la isla en la tarde del martes por la occidental provincia de Pinar del Río, con una fuerza de apenas de 120 kms/h.
Pronósticos meteorológicos indican que Ike incrementará su fuerza y organización en el Golfo, por lo cual la alerta roja fue disparada en la zona petrolera que EU tiene en la zona. Aunque aún se cuantifican las pérdidas y el número de muertos podría aumentar pese a la evacuación masiva, los primeros balances sitúan las mayores pérdidas en la región oriental.
En la tarde-noche de ayer, reportes de la radio nacional calificaron de “dramática” la situación imperante en la oriental y montañosa provincia Granma, donde hay poblados que continúan bajo agua, sigue lloviendo, los ríos están crecidos y las diez preseas del territorio, algunas saturadas, vierten a razón de mil 300 milímetros por segundo. En Baracoa, el mar penetró con olas de seis metros de altura y arrasó con más de mil viviendas en ocho de los quince barrios de la llamada “Ciudad Primada” de Cuba. No obstante, a su paso por el centro del país en dirección al oeste, Ike comenzó a disminuir su fuerza y fue relativamente benigno con zonas de alto riesgo como La Habana, donde se concentra la mayor cantidad de edificios con peligro de derrumbe y a la que golpeó tangencialmente.
En Haití, tres días después del paso sucesivo de los huracanes Hanna y Ike, el balance de ayer era de 101 muertos en la ciudad de Gonaives, centro de la catástrofe humanitaria que azota a millares de haitianos agotados y hambrientos. “Si no encontramos una solución para traer ayuda humanitaria masiva, corremos el riesgo de ver peleas y motines que provocarán más muertes que el ciclón”, advirtió un vocero de la ONU.
Manuel Juan Somoza en La Habana, Milenio, 10 de septiembre.
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