La Habana, 12 de septiembre. Cuba perdió 700 mil toneladas de alimentos durante el paso de los huracanes Gustav e Ike en las últimas dos semanas, informó el viceministro de Agricultura, Alcides López Labrada, en la primera valoración oficial sobre el alcance de los daños en ese sector.
El funcionario expresó a la televisión que las pérdidas están concentradas en las provincias de Pinar del Río (occidente), Holguín y Las Tunas (oriente), y en la Isla de la Juventud (sureste), mientras los daños en la zona central son de menor cuantía.
Entre las pérdidas más significativas López Labrada citó la de unas 12 mil toneladas de carne de cerdo (cerca de 8 por ciento de la producción del año anterior), y dijo que aún falta hacer “un balance de toda la comida que nos queda para los próximos meses”.
El viceministro reseñó daños de mil 455 instalaciones pecuarias, 738 molinos, 150 casas de cultivo (7 por ciento del total) y 60 máquinas de riego (7 por ciento), así como la muerte de más de un millón de aves y otros 526 animales. El cultivo más afectado fue el plátano.
El impacto de los huracanes sigue a un mal desempeño del sector agrícola en el primer semestre, con retrocesos en la producción de arroz, frijol, hortalizas, cítricos y la mayoría de los tubérculos, según informes oficiales.
López Labrada expresó que una campaña de frío como la que se está iniciando (septiembre-febrero) requiere la siembra de unas 335 mil hectáreas, que tendrá que realizar el campo cubano, además del equivalente a más de 60 mil hectáreas que se perdieron.
Sobre el tabaco, uno de los principales renglones de exportación, el funcionario indicó que hubo 7 mil casas de secado dañadas o destruidas y otras 167 instalaciones derrumbadas, pero no precisó el alcance de las pérdidas de la hoja.
El presidente de la Asociación Nacional de Agricultores Pequeños, Orlando Lugo, dijo que la cosecha que en esta época está recogida para su secado se humedeció al volar los techos de las casas de procesamiento, pero puede salvarse parcialmente.
Sin embargo, Lugo reconoció que el tabaco rescatado de esa forma tendrá una merma en su calidad.
Pinar del Río es la principal región productora de tabaco.
Los daños, en viviendas vulnerables
Los principales daños en las viviendas ocurrieron en construcciones vulnerables, que no tienen techos de cemento y varilla, confirmó un informe oficial.
El 77 por ciento del impacto en el fondo habitacional se produjo en las provincias de Holguín, Las Tunas, Pinar del Río, Camagüey y en la Isla de la Juventud, dijo el presidente del Instituto Nacional de la Vivienda, Víctor Ramírez.
En la mayor parte de las viviendas de esas regiones, con excepción de Camagüey, los techos son de materiales que no incluyen una fundición de cemento y varilla, señaló el funcionario.
Ramírez se refirió así a construcciones de madera y a techos de láminas y de tejidos vegetales, que son comunes en las zonas rurales y aún en ciudades de provincia.
El funcionario aseveró que no hay un saldo definitivo del impacto de los huracanes, pero indicó que sólo Ike produjo daños en 323 mil 809 viviendas, de las cuales 42 mil 938 tuvieron derrumbes totales.
Sumando los daños de Gustav y los de recientes rachas de aguaceros, además de rezagos en construcciones que mantienen a gente en viviendas provisionales, hay más de medio millón de unidades dañadas, de las cuales más de 91 mil son pérdidas totales, aseguró Ramírez.
En 2005 el déficit de vivienda estaba estimado en medio millón de unidades, que sólo se descontó en algunas decenas de miles en los siguientes dos años.
El funcionario expresó a la televisión que las pérdidas están concentradas en las provincias de Pinar del Río (occidente), Holguín y Las Tunas (oriente), y en la Isla de la Juventud (sureste), mientras los daños en la zona central son de menor cuantía.
Entre las pérdidas más significativas López Labrada citó la de unas 12 mil toneladas de carne de cerdo (cerca de 8 por ciento de la producción del año anterior), y dijo que aún falta hacer “un balance de toda la comida que nos queda para los próximos meses”.
El viceministro reseñó daños de mil 455 instalaciones pecuarias, 738 molinos, 150 casas de cultivo (7 por ciento del total) y 60 máquinas de riego (7 por ciento), así como la muerte de más de un millón de aves y otros 526 animales. El cultivo más afectado fue el plátano.
El impacto de los huracanes sigue a un mal desempeño del sector agrícola en el primer semestre, con retrocesos en la producción de arroz, frijol, hortalizas, cítricos y la mayoría de los tubérculos, según informes oficiales.
López Labrada expresó que una campaña de frío como la que se está iniciando (septiembre-febrero) requiere la siembra de unas 335 mil hectáreas, que tendrá que realizar el campo cubano, además del equivalente a más de 60 mil hectáreas que se perdieron.
Sobre el tabaco, uno de los principales renglones de exportación, el funcionario indicó que hubo 7 mil casas de secado dañadas o destruidas y otras 167 instalaciones derrumbadas, pero no precisó el alcance de las pérdidas de la hoja.
El presidente de la Asociación Nacional de Agricultores Pequeños, Orlando Lugo, dijo que la cosecha que en esta época está recogida para su secado se humedeció al volar los techos de las casas de procesamiento, pero puede salvarse parcialmente.
Sin embargo, Lugo reconoció que el tabaco rescatado de esa forma tendrá una merma en su calidad.
Pinar del Río es la principal región productora de tabaco.
Los daños, en viviendas vulnerables
Los principales daños en las viviendas ocurrieron en construcciones vulnerables, que no tienen techos de cemento y varilla, confirmó un informe oficial.
El 77 por ciento del impacto en el fondo habitacional se produjo en las provincias de Holguín, Las Tunas, Pinar del Río, Camagüey y en la Isla de la Juventud, dijo el presidente del Instituto Nacional de la Vivienda, Víctor Ramírez.
En la mayor parte de las viviendas de esas regiones, con excepción de Camagüey, los techos son de materiales que no incluyen una fundición de cemento y varilla, señaló el funcionario.
Ramírez se refirió así a construcciones de madera y a techos de láminas y de tejidos vegetales, que son comunes en las zonas rurales y aún en ciudades de provincia.
El funcionario aseveró que no hay un saldo definitivo del impacto de los huracanes, pero indicó que sólo Ike produjo daños en 323 mil 809 viviendas, de las cuales 42 mil 938 tuvieron derrumbes totales.
Sumando los daños de Gustav y los de recientes rachas de aguaceros, además de rezagos en construcciones que mantienen a gente en viviendas provisionales, hay más de medio millón de unidades dañadas, de las cuales más de 91 mil son pérdidas totales, aseguró Ramírez.
En 2005 el déficit de vivienda estaba estimado en medio millón de unidades, que sólo se descontó en algunas decenas de miles en los siguientes dos años.
Gerardo Arreola, La Jornada, 13 de septiembre.
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