El gobierno venezolano defendió ayer la expulsión del país del director de Human Rights Watch (HRW), José Miguel Vivanco, y advirtió que cualquier extranjero que pretenda agredir las instituciones venezolanas “tendrá la misma respuesta”.
Vivanco fue obligado por una escolta policial a abandonar el país la noche del jueves, junto con el estadunidense Daniel Wilkinson, también activista de HRW, horas después de haber presentado en Caracas un informe crítico sobre los derechos humanos durante los diez años de gobierno del presidente Hugo Chávez.
El portavoz de HRW fue informado que se le prohibió visitar el país nuevamente, al menos mientras Chávez esté en el poder, según dijeron fuentes de la organización no gubernamental.
Vivanco denunció que al salir del país le fueron decomisadas las publicaciones que traía y varios ejemplares del informe. Además, dijo que les quitaron los teléfonos celulares, lo que impidió que pudieran comunicarse con sus embajadas y familiares.
El ministro de Relaciones Exteriores, Nicolás Maduro, defendió la medida de expulsión, luego de acusar a Vivanco de cometer “graves” infracciones a las leyes y de agredir a las instituciones democráticas venezolanas, “inmiscuyéndose ilegalmente en los asuntos internos de nuestro país”.
Human Rights Watch (HRW) consideró como “una prueba más de la creciente intolerancia’’ reinante en Venezuela la expulsión de los dos directivos de esa organización. Kenneth Roth, director ejecutivo de HRW, condenó ayer en un comunicado la expulsión.
Vivanco fue obligado por una escolta policial a abandonar el país la noche del jueves, junto con el estadunidense Daniel Wilkinson, también activista de HRW, horas después de haber presentado en Caracas un informe crítico sobre los derechos humanos durante los diez años de gobierno del presidente Hugo Chávez.
El portavoz de HRW fue informado que se le prohibió visitar el país nuevamente, al menos mientras Chávez esté en el poder, según dijeron fuentes de la organización no gubernamental.
Vivanco denunció que al salir del país le fueron decomisadas las publicaciones que traía y varios ejemplares del informe. Además, dijo que les quitaron los teléfonos celulares, lo que impidió que pudieran comunicarse con sus embajadas y familiares.
El ministro de Relaciones Exteriores, Nicolás Maduro, defendió la medida de expulsión, luego de acusar a Vivanco de cometer “graves” infracciones a las leyes y de agredir a las instituciones democráticas venezolanas, “inmiscuyéndose ilegalmente en los asuntos internos de nuestro país”.
Human Rights Watch (HRW) consideró como “una prueba más de la creciente intolerancia’’ reinante en Venezuela la expulsión de los dos directivos de esa organización. Kenneth Roth, director ejecutivo de HRW, condenó ayer en un comunicado la expulsión.
Agencias en Caracas, Milenio, 20 de septiembre.
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