MORELIA.- Durante su incursión en la Plaza Melchor Ocampo de esta capital para rendir tributo a los caídos de la noche del Grito, el Presidente Felipe Calderón lanzó un mensaje en el que comprometió "toda la fuerza del Estado" para dar con los culpables y procurarles el merecido castigo.
"Vengo a Morelia a decirles que estamos con ustedes y que emplearemos toda la fuerza del Estado sobre Michoacán para dar con los culpables y castigarlos<00a6> estamos absolutamente decididos a que esta tierra nuestra vuelva a respirar el aire de la libertad", prometió el Presidente.
De luto como su esposa, Margarita Zavala, Calderón depositó una ofrenda floral a unos metros del punto en el que explotó una de las granadas que enlutaron a su natal Morelia.
La Plaza Melchor Ocampo mantenía el resguardo militar que se dispuso desde las primeras horas del martes. Soldados con armas largas custodiaban el espacio. Contenidas por vallas metálicas, cientos de personas atestiguaban en silencio la sombría ceremonia.
El repicar de las campanas de la Catedral anunció el fin del homenaje, y el Presidente caminó para saludar a la atribulada gente de su tierra.
Voces aisladas clamaron por "justicia", por la "pena capital" y por la "cadena perpetua". Incómodo con el cabestrillo que le mantiene inmóvil el brazo izquierdo, Calderón se esforzaba por estrechar las manos de sus paisanos por sobre las vallas.
Calderón rindió homenaje acompañado por el Gobernador Leonel Godoy; por el alcalde de Morelia, Fausto Vallejo; por los secretarios de Seguridad Pública, Defensa y Marina, y por el Procurador General de la República.
El Presidente sacaría a relucir sus lazos con la tierra que le vio nacer.
"Tengo a Michoacán bien presente en el corazón: lo tengo grabado en el corazón como un compromiso personal por ser mi tierra, por ser mi gente. Aquí yacen los restos de mi padre, de mis antepasados y donde hay un futuro promisorio por construir", deslizó, visiblemente consternado.
A tono con el compromiso que ha asumido para con Michoacán, advirtió ante los suyos: "Yo sí les digo que si con esto buscaban intimidarnos o detenernos, se equivocaron: la sangre derramada en esta plaza por ciudadanos que han sufrido el martirio es un motivo poderoso para mantenernos en pie, redoblar nuestra lucha y perseverar hasta la victoria.
"No bajaremos la guardia. Por el contrario: esta sangre derramada es un acicate que nos mueve a dar con los culpables y a castigarlos donde se encuentren", sentenció.
Por la mañana, en el municipio de San Pedro Garza García, en Nuevo León, el Presidente Calderón apremió a poner un "punto final" a la cultura de la tolerancia, de la complicidad o de la impunidad al crimen.
Tras inaugurar un Centro de Control, Comando y Comunicaciones, el Mandatario dijo que es un error suponer que tolerando al crimen pueda verse y respirar en paz.
"También digo que es un momento de poner punto final a la cultura de la tolerancia, de la complicidad o de la impunidad con el crimen. Es hora de que cada mexicano se sume a la lucha contra los enemigos de la paz", planteó.
"El tolerarlos les permite avanzar en su capacidad logística (y) les permite avanzar en su ambición desmedida de dominar a la sociedad mexicana y el estado que lo representa, porque este es, precisamente, su objetivo", añadió.
"Vengo a Morelia a decirles que estamos con ustedes y que emplearemos toda la fuerza del Estado sobre Michoacán para dar con los culpables y castigarlos<00a6> estamos absolutamente decididos a que esta tierra nuestra vuelva a respirar el aire de la libertad", prometió el Presidente.
De luto como su esposa, Margarita Zavala, Calderón depositó una ofrenda floral a unos metros del punto en el que explotó una de las granadas que enlutaron a su natal Morelia.
La Plaza Melchor Ocampo mantenía el resguardo militar que se dispuso desde las primeras horas del martes. Soldados con armas largas custodiaban el espacio. Contenidas por vallas metálicas, cientos de personas atestiguaban en silencio la sombría ceremonia.
El repicar de las campanas de la Catedral anunció el fin del homenaje, y el Presidente caminó para saludar a la atribulada gente de su tierra.
Voces aisladas clamaron por "justicia", por la "pena capital" y por la "cadena perpetua". Incómodo con el cabestrillo que le mantiene inmóvil el brazo izquierdo, Calderón se esforzaba por estrechar las manos de sus paisanos por sobre las vallas.
Calderón rindió homenaje acompañado por el Gobernador Leonel Godoy; por el alcalde de Morelia, Fausto Vallejo; por los secretarios de Seguridad Pública, Defensa y Marina, y por el Procurador General de la República.
El Presidente sacaría a relucir sus lazos con la tierra que le vio nacer.
"Tengo a Michoacán bien presente en el corazón: lo tengo grabado en el corazón como un compromiso personal por ser mi tierra, por ser mi gente. Aquí yacen los restos de mi padre, de mis antepasados y donde hay un futuro promisorio por construir", deslizó, visiblemente consternado.
A tono con el compromiso que ha asumido para con Michoacán, advirtió ante los suyos: "Yo sí les digo que si con esto buscaban intimidarnos o detenernos, se equivocaron: la sangre derramada en esta plaza por ciudadanos que han sufrido el martirio es un motivo poderoso para mantenernos en pie, redoblar nuestra lucha y perseverar hasta la victoria.
"No bajaremos la guardia. Por el contrario: esta sangre derramada es un acicate que nos mueve a dar con los culpables y a castigarlos donde se encuentren", sentenció.
Por la mañana, en el municipio de San Pedro Garza García, en Nuevo León, el Presidente Calderón apremió a poner un "punto final" a la cultura de la tolerancia, de la complicidad o de la impunidad al crimen.
Tras inaugurar un Centro de Control, Comando y Comunicaciones, el Mandatario dijo que es un error suponer que tolerando al crimen pueda verse y respirar en paz.
"También digo que es un momento de poner punto final a la cultura de la tolerancia, de la complicidad o de la impunidad con el crimen. Es hora de que cada mexicano se sume a la lucha contra los enemigos de la paz", planteó.
"El tolerarlos les permite avanzar en su capacidad logística (y) les permite avanzar en su ambición desmedida de dominar a la sociedad mexicana y el estado que lo representa, porque este es, precisamente, su objetivo", añadió.
Mayolo López, enviado, Reforma, 18 de septiembre.
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