Remesas de emigrantes no revierten problemas en comunidades expulsoras

Vistas en conjunto, las remesas de los emigrantes representan para el país la segunda mayor fuente de divisas, 23 mil 969 millones de dólares el último año. “Pero las comunidades expulsoras de remesas son de las más pobres del país”, afirma Luis Robles Miaja, vicepresidente del consejo de administración de BBVA Bancomer y responsable de un programa educativo de apoyo a hijos de emigrantes que se financia con recursos de esa institución.

El auge de las remesas no ha revertido añejos problemas sociales, indica en una entrevista con La Jornada. Uno de ellos es el rezago educativo. En las comunidades expulsoras de migrantes se registra hoy el mayor índice de deserción escolar en el nivel de secundaria, asegura. Y ello es así porque al llegar a esa edad, en torno a los 12 años, los jóvenes de esas regiones se ven forzados a contribuir al gasto familiar. Es donde comienza un círculo vicioso que la fundación BBVA Bancomer busca contribuir a romper.

“Se trata de comunidades donde los adultos emigran por falta de empleo; así, cuando los jóvenes llagan a la edad de cursar la secundaria se ven obligados a buscar trabajo debido a que tienen que contribuir al gasto familiar. Y como no lo hay, entonces una de sus opciones es emigrar a Estados Unidos”, indica. Es así que se va formando la espiral de deserción escolar. La fundación del grupo bancario, uno de los dos más importantes del país, mantiene un programa de apoyo a 10 mil 600 niños de 10 estados expulsores de emigrantes, que reciben mil pesos cada mes para que puedan seguir cursando la secundaria.

“La meta es llegar a 100 mil becas”, comentó Robles Miaja, quien también anticipó otras acciones en el mismo sentido de apoyar a los familiares de los emigrantes. Una de ellas consiste en ampliar de 10 a 20 el número de estados donde se otorgan becas a los jóvenes para que estudien la secundaria. La otra tiene que ver con llamar la atención a la sociedad sobre este tema.

Para llamar la atención de la sociedad sobre los problemas que enfrentan los familiares de quienes emigran, Bancomer patrocinó una documental que fue realizado por el cineasta Juan Carlos Rulfo, director de En el hoyo, que siguió el día a día de los albañiles que construyeron los segundos pisos de las vías rápidas del Distrito Federal, y Carlos Hagerman.

Robles Miaja anticipó a este diario que el documental, que llevará el titulo de Los que se quedan, será estrenado el próximo mes en el festival de cine de Morelia, uno de los más importantes del país. Pero la idea es que antes de que sea proyectado en los circuitos comerciales vaya también a los festivales del próximo año en Europa.

Los que se quedan, dice, fue realizada totalmente por Rulfo, quien convivió durante meses con migrantes y vivió en las comunidades expulsoras precisamente para narrar historias de los que se quedan aquí. “Los migrantes y sus familias son los participantes del documental”, que tuvo un costo de 10 millones de pesos, financiados en su totalidad por el consorcio bancario.

Juan Carlos Rulfo estuvo durante un año y medio trabajando en la realización de esta película. “La idea de Bancomer al patrocinar la cinta es llamar la atención sobre la problemática terrible que enfrentan los que se quedan aquí cuando el jefe de familia se va a buscar empleo a Estados Unidos, una problemática que no es conocida por la sociedad mexicana”, añade Robles Miaja.

El programa de becas a jóvenes que estudian la secundaria inició hace tres años con 600 becarios. El dinero se entrega al alumno, quien asume el compromiso de mantener un promedio de 8.5, al menos. “El éxito ha sido muy grande, porque los becados están terminando sus estudios, con un muy buen nivel de aprovechamiento escolar”, dice. La primera generación de 600 becarios termina el ciclo escolar el año próximo.

Una de las peculiaridades del programa, llamado “Por los que se quedan”, es que están involucrados 390 funcionarios de Bancomer en las propias comunidades expulsoras de migrantes. Lo hacen a título personal, sin recibir honorario alguno y, sobre todo, de manera voluntaria.

Robles Miaja explica que Bancomer paga cuatro de cada 10 dólares de remesas que llegan al país. En Estados Unidos 80 mil puntos desde donde se envían remesas a México. “Es por eso que estamos muy involucrados en el tema y conocemos a las comunidades”, asegura.

“Las remesas son importantes en su valor absoluto. Pero en lo individual, para cada familia pueden no ser significativas porque se trata de familias pobres, y no es un ingreso constante ni en su periodicidad ni en su monto”, explicó. Y, además, ahora llegan cada vez menos.

Roberto González Amador, La Jornada, 21 de septiembre.


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