Resurgen ataques de ‘maras’ a migrantes

ARRIAGA, Chis.— La Iglesia católica alertó sobre la reaparición de pandillas como la Mara Salvatrucha (MS-13) y Barrio 18 (B-18) en el ferrocarril, que se han aliado con delincuentes locales y arremeten contra los migrantes que tratan de cruzar a Estados Unidos.
Luego de tres años de que habían suspendido operaciones delictivas, intentan retomar el control en el ferrocarril de carga. Antes de que el huracán Stan destruyera los puentes y rieles, la mara controlaba el tráfico de indocumentados a bordo del tren, asaltaban, violaban y asesinaban a quienes se negaban a pagarles un “impuesto”.

De acuerdo al coordinador de la Movilidad Humana Extensión Migrantes de la zona Pacífico Sur, Alejandro Solalinde Guerra, los pandilleros se aliaron con delincuentes locales y presuntos zetas, brazo armado del cártel del Golfo.

El también encargado del albergue Hermanos en el Camino, en Ixtepec, Oaxaca, dijo que tienen registrados casos de bandas que han participado en secuestros de migrantes en esta localidad.

“Están articulados y coordinados con la mafia local; los podemos ver, los podemos identificar. Delinquen en Ixtepec sin que nadie los moleste, las demandas interpuestas en su contra no prosperan, sabemos los nombres y los apodos que les dicen”, asevera el sacerdote Solalinde.

Según el coordinador de la casa del migrante Hogar de la Misericordia, Heyman Vázquez Medina, en esta localidad ubicada a 300 kilómetros de la frontera con Guatemala, se ha detectado la presencia de gente que porta tatuajes alusivos a grupos, como las lagrimitas en el rostro.

“Sabemos que se suben al tren para asaltar a los migrantes, aunque algunos incluso han estado en el albergue, comen y se van sin problema; no nos han causado ningún conflicto.

—¿Se quedan en Arriaga?

—No se quedan, porque fácilmente los detectarían, sólo vienen a ver cómo está el ambiente, para que en el camino abusen de los migrantes.

Solalinde Guerra dijo que la mara opera a bordo del tren que corre en el tramo de Ixtepec, Oaxaca, a Medias Aguas, Veracruz. “No sabemos por qué razón no están delinquiendo en el trayecto de Arriaga a Ixtepec, quizá porque está más vigilado”, agregó.

—¿Y los zetas?

—Los zetas han tenido una presencia muy discreta aquí —Ixtepec—, no quiere decir que no han venido; por supuesto que han pasado, hemos percibido su presencia, pero ellos no se han quedado a operar aquí.

Ante los operativos antimaras que en los últimos cuatro años han implementado los gobiernos de Centroamérica, a su paso por la costa de Chiapas, donde se desplaza el ferrocarril, integrantes de la pandilla Mara Salvatrucha (MS-13) y Barrio 18, se asociaron con bandas en los municipios fronterizos con Guatemala, donde muchos jóvenes estudiantes se enrolaron con ellos.

La MS-13 también mantenía el control en una veintena de colonias de la zona urbana de Tapachula, Huixtla y Ciudad Hidalgo, donde se habían formado células o clicas de esta organización, que dejaron varios muertos y heridos al enfrentarse con sus enemigos la Barrio 18 en su lucha por controlar el territorio.

Ante los constantes enfrentamientos entre pandillas y los ataques violentos al ferrocarril, el gobierno de Chiapas puso en marcha el operativo Acero, para contrarrestar la ola delictiva que generaban los vándalos.

Actualmente, en cárceles de Chiapas, en especial en Tapachula, Copainala y el Amate, se encuentran recluidos casi medio millar de pandilleros entre mexicanos y centroamericanos, que enfrentan acusaciones por pandillerismo, asociación delictuosa, robo con violencia, privación ilegal de la libertad, portación de arma de fuego, homicidio, violación y delitos contra la salud.

María de Jesús Peters, corresponsal, El Universal, 4 de septiembre.




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