“Somos más eficaces que la policía”

Bajo fuego por el papel de su colega Ernesto Mendieta en la negociación del caso Martí, asesores profesionales en materia de secuestro cerraron filas y advirtieron que sus servicios son “una respuesta de apoyo” a las familias frente a la penetración del crimen organizado en los cuerpos policiacos.

“Está probado mundialmente que la negociación es la mejor vía para traer de vuelta a un secuestrado. No necesariamente es la mas justa ni la que mejor le hace al país, pero hablando de una víctima debe haber buena comunicación con los malos”, sentenció Pablo Carstens, consultor especializado.

Convocados por la asociación civil de seguridad ASIS en la ciudad de México, una veintena de asesores en crisis de secuestro analizaron ayer la coyuntura que enfrenta su profesión por las acusaciones sobre Ernesto Mendieta Jiménez ante el desenlace del caso Martí.

En consenso, especialistas de distintas empresas exigieron a las autoridades no buscar chivos expiatorios en el negocio y concentrarse, en cambio, en atacar la presencia de secuestradores en los cuerpos de seguridad.

Max Morales, asesor que negoció con Daniel Arizmendi, El Mochaorejas, hace casi una década, denunció que entre 50 y 90 por ciento de casos investigados participan bandas integradas por policias o ex policías. Por ello, aclaró, las familias prefieren depositar su confianza en un consultor privado que en las instituciones.

“Hay un boom de ciertas autoridades que se dicen expertas en secuestro, pero más bien quieren al país subyugado. Estas autoridades lo quieren controlar todo; es como querer imponerle a la sociedad que sólo se atienda con médicos del Estado, que le van a dar aspirinas nada más, privarla de la posibilidad de acudir a expertos en seguridad”, recalcó.

“Limitar a los especialistas en el combate al secuestro es poner a las familias en manos de una autoridad que fue rebasada, infiltrada por la delincuencia organizada”, alertó el especialista.

A la inédita reunión —en la que se ofrecieron detalles de este creciente negocio en México— acudieron militares, ex militares, policías retirados, dueños de empresas de guardaespaldas, directivos de seguridad de compañías privadas y públicas del país, especialistas en crimen organizado y consultores que día a día se desempeñan en diversos rubros, entre ellos la lucha contra el secuestro.


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“Lo único que quiere una familia es tener de vuelta al secuestrado”, aclaró Carlos Seoane, director de la Consultoría Pinkerton.

Subrayó que achacar la culpa de la crisis de secuestros a los asesores es restar margen de maniobra a las familias y “asistir” al crimen organizado.

Los consultores de crisis, dijo, tienen en mente los mejores intereses para sus clientes cuando les dicen cómo negociar, cuánto ofrecer y cómo desempeñarse ante el secuestro de una persona querida.

“Un asesor en crisis de secuestro se casa con una familia para que la víctima regrese. Todo lo que se haga o se deje de hacer es para que esa persona regrese pagando los menores recursos, no regateando; también tenemos en mente que no se destruya el patrimonio de una familia, cuidando que los secuestradores no vuelvan a tocar la puerta”, estableció.

Rubén Fajardo, de la Consultoría Siprosi, defendió la actuación de Ernesto Mendieta, cuestionado desde diversos sectores de la sociedad en los días posteriores a la confirmación de la muerte del joven Fernando Martí.

“Es mentira lo que dicen de que Mendieta insistió en no negociar”, sostuvo el especialista.

Carstens también salió al paso de las críticas en contra del consultor privado.

“Nos ha tocado revisar muchos casos y a toro pasado es muy fácil criticar y encontrarle peros. En cuanto a Fernando Martí, tuve la oportunidad de estar muy cerca del caso en el día a día y diría que no hubiera cambiado absolutamente nada”, expuso.

Reveló detalles adicionales de cómo Mendieta operó en los días posteriores al secuestro.

“Se les conocía (a la banda de La Flor), se investigaron rápidamente 11 casos previos, coincidieron con los crisantemos en los cadáveres y en los coches, se unieron las piezas del rompecabezas, se investigó cuánto estaban cobrando, en cuánto tiempo, se llegó a una negociación muy bien hecha, se llegó a un pacto, entregaron el dinero y hubo acuse de recibo.

“Al proceso de negociación como tal yo le pondría palomita, estrellita en la frente en términos de que se hizo lo que se tenía que hacer”, dijo.

Aseguró que el intento por imputar a los asesores responsabilidades que no son suyas es injusto, en especial cuando en el caso Martí se avisó a las autoridades de la situación “en el segundo día” de cautiverio y se discutió con ellas la ruta que debería seguirse.

“Esto de andar buscando, con ideas iluminadas, quién fue el responsable se me hace insultante”, agregó.


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Sobre el Acuerdo Nacional contra la Inseguridad pactado el pasado 21 de agosto, en Palacio Nacional, por todos los órdenes de gobierno, los consultores advirtieron que la respuesta de las autoridades a la oleada de secuestros que vive el país ha sido un esfuerzo para no sufrir políticamente ante la sociedad y no un verdadero esfuerzo por enfrentar la crisis.

También criticaron la “amplitud” de las medidas prometidas por la administración del presidente Felipe Calderón.

“Esto lo hemos visto cada tres o cuatro años. Existen casos de alto impacto, que desbordan; (las autoridades) prometen y las cosas se mantienen igual. Cuando ves un programa de 75 acciones, que van de la A a la Z, entonces hay en exceso medidas cosméticas”, aseguró Seoane.

“Las soluciones no van a llegar mientras nuestros gobernantes decidan mantener sus índices de popularidad elevados y querer ser reelectos”.

Carstens, por su parte, enfatizó que mientras los gobiernos federal y estatales no solucionen el problema, será necesario contar con asesores en crisis de secuestro.

“No creo que la marcha (del fin de semana pasado) genere un parteaguas. No veo que el problema esté dimensionado y no veo que nadie vea como tal el problema con la humildad que se requiere.

“Veo a todos los actores con la frente en alto y con mucho orgullo diciendo que la culpa es del otro. Creo que nadie tiene la menor idea de por dónde atacar el problema”, consideró.

Víctor Hugo Michel, Milenio, 3 de septiembre.