Ascenso en Cuba de militares que forjaron su carrera al triunfar la revolución en 1959

La Habana, 5 de octubre. La designación del general de cuerpo de ejército Leopoldo Cintra Frías como nuevo “número dos” de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR), consolida el ascenso a la primera línea de mando en Cuba de una experimentada generación de militares sexagenarios, curtidos como jóvenes reclutas en la revolución de finales de los años cincuenta, activos en la defensa interior en los sesenta, alumnos de los soviéticos en los setenta y jefes victoriosos en el centro y el sur de África en los ochenta.

Cintra fue designado el viernes anterior viceministro primero de las FAR, una posición que lo ubica como el sucesor del titular, también general de cuerpo de ejército, Julio Casas Regueiro, quien fue nombrado ministro en febrero último, cuando el entonces jefe de la cartera, Raúl Castro Ruz, asumió la jefatura de Estado y de gobierno.

Castro mantiene el rango único de general de ejército, al que le sigue el de general de cuerpo.

Esta es la segunda promoción de Cintra en apenas ocho meses. En febrero pasado la Asamblea Nacional del Poder Popular (ANPP, parlamento) lo eligió como uno de los 31 integrantes del Consejo de Estado (legislativo y ejecutivo a la vez). En la misma ocasión fue electo a esa instancia otro general de cuerpo de ejército, Álvaro López Miera, jefe del estado mayor nacional de las FAR y Casas Regueiro fue designado para ocupar una de las cinco vicepresidencias del organismo.

En abril López Miera fue incorporado al poderoso Buró Político del Partido Comunista de Cuba (PCC), en el que ya estaban Cintra y Casas, así como otros tres miembros de la misma generación: el ministro del Interior y vicepresidente del Consejo de Estado, Abelardo Colomé Ibarra; el jefe del ejército occidental, Ramón Espinosa Martín y el ministro del Azúcar, Ulises Rosales del Toro.

Ahora son seis los militares contemporáneos entre sí con asiento en el Buró Político, de 23 integrantes. Además, Colomé y Casas forman parte del septeto que encabeza Raúl Castro como máxima dirección para el día a día.

Los militares de esa generación tienen en común que se unieron a la guerrilla entre 1957 y 1958 e hicieron carrera castrense al triunfar la revolución en 1959. Colomé, Casas y López Miera pasaron por el Segundo Frente, la zona rebelde a cargo de Raúl. Cintra permaneció en La Plata, la comandancia de Fidel Castro y Rosales terminó la guerra en el Tercer Frente, de Juan Almeida.

Todos, menos Colomé, cursaron estudios superiores en la Academia del estado mayor general de las fuerzas armadas de la Unión Soviética K. E. Voroshilov. Todos, menos Casas, estuvieron entre los jefes enviados a Angola en 1975, en la primera misión militar a ese país, por el que habrían de pasar unos 300 mil efectivos cubanos hasta 1991, en un conflicto que precipitó el final del régimen racista de Sudáfrica y la independencia de Namibia.

Colomé (69 años) estuvo en Argentina y en Bolivia entre 1962 y 1964, apoyando al frustrado foco guerrillero que encabezaba el periodista argentino Jorge Ricardo Masetti. Fue jefe de la Seguridad del Estado, de la policía y de la contrainteligencia militar y viceministro de las FAR, antes de dirigir la primera misión en Angola entre 1975 y 1977.

En 1989 fue nombrado ministro del Interior, con la tarea de emprender la “reconstrucción” de esa fuerza armada, tras el proceso por narcotráfico que culminó con el fusilamiento, entre otros, del general de división Arnaldo Ochoa y un juicio posterior al titular de ese departamento, José Abrantes.

Casas (72) dirigió la defensa antiaérea y en 1978 fue el segundo al mando en la expedición a Etiopía. Como viceministro primero estuvo a cargo del complejo empresarial de las FAR, que despegó en la década pasada.

Cintra (67) condujo en Etiopía una gran unidad de tanques. En Angola estuvo en tres ocasiones, la última en 1989, para sustituir a Ochoa en la jefatura. En esa época dirigió la decisiva batalla final de Cuito Cuanavale. Fue jefe del ejército occidental, uno de los tres mandos regionales, que tiene entre sus objetivos la defensa de la ciudad de La Habana.

López Miera (62), hijo de republicanos españoles, estuvo en Etiopía entre 1977 y 1978 e hizo su segundo turno en Angola, como jefe de operaciones, en 1987. En 1997 remplazó a Rosales del Toro como jefe del estado mayor.

Espinosa (69) después de su estancia en Angola fue jefe de la misión en Etiopía en 1980. Dos años más tarde fue nombrado jefe del ejército oriental.

Rosales del Toro (66) estuvo en Argelia en 1963 en la primera expedición militar cubana en el exterior. Cuatro años más tarde se unió a un foco guerrillero en Venezuela. En Angola fue jefe de la agrupación de tropas del sur. De 1981 a 1997 fue jefe del estado mayor general de las FAR y hace diez años es ministro del Azúcar.

Gerardo Arreola, La Jornada, 6 de octubre.


0 Responses to "Ascenso en Cuba de militares que forjaron su carrera al triunfar la revolución en 1959"