La bancada del PRI en la Cámara de Diputados llamó al gobierno federal a firmar un memorándum de entendimiento con Cuba para regular el ingreso de cubanos a nuestro país, pues hoy es un “paraíso” para las bandas de traficantes.
El diputado Edmundo Ramírez (PRI), coordinador del Grupo de Trabajo en Materia Migratoria, dijo que ello permitiría erradicar las redes de polleros y la corrupción que prevalece en el Instituto Nacional de Migración (INM).
Desde el punto de vista del legislador federal por Hidalgo, se debe aprovechar la próxima visita del canciller cubano Felipe Pérez Roque, el 19 de octubre, para avanzar en el acuerdo.
“Ya es impostergable la firma de un memorándum de entendimiento. Actualmente el INM carece de procedimientos o reglamentación para atender la migración indocumentada cubana, lo que hace de México un paraíso para las bandas de traficantes de cubanos, con complacencia de las autoridades y beneplácito de los grupos anticastristas de Florida”.
Señaló que al menos 14 mil 600 cubanos entraron a esa nación utilizando a México como puerta de ingreso; detalló que poco más de 3 mil 500 isleños ingresaron al país del norte vía La Florida.
México, puerta de entrada
“Por cada cubano que entra por La Florida a Estados Unidos, cuatro entran vía el territorio mexicano a esa nación, lo cual nos ha colocado como el país donde operan el mayor número de redes de tráfico de indocumentados de la isla”, dijo.
Para Ramírez, el caso de los “cubanos extraviados” cuando eran trasladados por funcionarios del Instituto Nacional de Migración, puso en evidencia la corrupción que yace en el interior de esa institución.
Explicó que cuando un cubano es detenido en México por agentes del INM es trasladado a una estación migratoria y llega a permanecer hasta tres meses detenido; paga una multa de 5 mil pesos, y después recibe un documento para salir. El documento establece 15 días para abandonar el país, pero este hecho no se verifica.
Prácticamente, afirma, nadie se regresa a Cuba y los deportados suelen viajar directamente a Estados Unidos.
Por otra parte, indicó que cuando el cubano es deportado a su país, el trámite llega a durar hasta 12 meses y en ocasiones Cuba no acepta ya a sus ciudadanos que envía México.
El diputado Edmundo Ramírez (PRI), coordinador del Grupo de Trabajo en Materia Migratoria, dijo que ello permitiría erradicar las redes de polleros y la corrupción que prevalece en el Instituto Nacional de Migración (INM).
Desde el punto de vista del legislador federal por Hidalgo, se debe aprovechar la próxima visita del canciller cubano Felipe Pérez Roque, el 19 de octubre, para avanzar en el acuerdo.
“Ya es impostergable la firma de un memorándum de entendimiento. Actualmente el INM carece de procedimientos o reglamentación para atender la migración indocumentada cubana, lo que hace de México un paraíso para las bandas de traficantes de cubanos, con complacencia de las autoridades y beneplácito de los grupos anticastristas de Florida”.
Señaló que al menos 14 mil 600 cubanos entraron a esa nación utilizando a México como puerta de ingreso; detalló que poco más de 3 mil 500 isleños ingresaron al país del norte vía La Florida.
México, puerta de entrada
“Por cada cubano que entra por La Florida a Estados Unidos, cuatro entran vía el territorio mexicano a esa nación, lo cual nos ha colocado como el país donde operan el mayor número de redes de tráfico de indocumentados de la isla”, dijo.
Para Ramírez, el caso de los “cubanos extraviados” cuando eran trasladados por funcionarios del Instituto Nacional de Migración, puso en evidencia la corrupción que yace en el interior de esa institución.
Explicó que cuando un cubano es detenido en México por agentes del INM es trasladado a una estación migratoria y llega a permanecer hasta tres meses detenido; paga una multa de 5 mil pesos, y después recibe un documento para salir. El documento establece 15 días para abandonar el país, pero este hecho no se verifica.
Prácticamente, afirma, nadie se regresa a Cuba y los deportados suelen viajar directamente a Estados Unidos.
Por otra parte, indicó que cuando el cubano es deportado a su país, el trámite llega a durar hasta 12 meses y en ocasiones Cuba no acepta ya a sus ciudadanos que envía México.
Ricardo Gómez, El Universal, 6 de octubre.
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