LA HABANA.— En Cuba el fantasma de la hambruna no existe ni existirá, señala el ministro de Economía y Planificación, José Luis Rodríguez, aunque admite que el gobierno de la isla está dispuesto a incrementar las importaciones de alimentos, las cuales fueron estimadas en el presente año en unos 2 mil millones de dólares.
El también vicepresidente del Consejo de Ministros reconoció en una entrevista con los medios de comunicación nacionales que tomará tiempo recuperar la producción agrícola a los niveles que había antes de los huracanes Gustav e Ike pero, afirmó, “no hay razones para especular ni levantar expectativas de una situación de hambruna”.
Como una alternativa a la escasez de productos agropecuarios por la devastación provocada por los ciclones en por lo menos 110 mil hectáreas —con pérdidas de por lo menos 5 mil 300 toneladas de alimentos— el gobierno, según informó el funcionario, instrumentó planes emergentes de producción de alimentos con la siembra de cultivos de ciclo corto que permitan una recuperación en el menor plazo posible, además del incremento de la elaboración de productos de soya y embutidos.
La falta de alimentos en todas las ciudades del país se agudiza conforme pasan los días. El desabasto de productos alimentarios en todos los mercados de oferta y demanda, así como los del Estado, es una realidad que está provocando una crisis en las familias cubanas. El huevo ha desaparecido del mercado y las viandas cada vez se encuentran menos. Las dependencias encargadas del sector han seguido utilizando productos de su reserva, principalmente frijol y arroz, para paliar la escasez.
El periódico oficial Granma informó que el Estado “se esfuerza por incrementar el abastecimiento”, pero reconoce que el recorrido del surco a la tarima se torna enrevesado, máxime cuando se combaten ilegalidades que estimulaban, de algún modo, estos suministros.
El órgano del Partido Comunista de Cuba (PCC) aseguró que en septiembre se comercializó 80% menos de hortalizas —el monto fue de un millón de quintales— que en agosto, mes en que se registró una comercialización de 5 millones de quintales.
El viceministro de Comercio Interior, Francisco Silva Herrera, alertó a la población sobre falsas expectativas de suministro de alimentos para los próximos seis meses. “Es difícil que pueda abundar un producto fuera de temporada y no puede existir una situación normal en los mercados después de inmensos daños en la agricultura. Lo poco que hay, hay que compartirlo, advirtió tajante.
La preocupación por una escasez alimentaria, vaticinada por algunos expertos internacionales en vista de la fuerte devastación de las ya de por sí mermadas capacidades agropecuarias de la isla, arreció en los últimos días, después de que numerosos mercados de frutas y hortalizas, tanto estatales como los independientes regidos por la oferta y demanda, registraran un fuerte desabastecimiento, además de sensibles alzas iniciales en los precios.
El también vicepresidente del Consejo de Ministros reconoció en una entrevista con los medios de comunicación nacionales que tomará tiempo recuperar la producción agrícola a los niveles que había antes de los huracanes Gustav e Ike pero, afirmó, “no hay razones para especular ni levantar expectativas de una situación de hambruna”.
Como una alternativa a la escasez de productos agropecuarios por la devastación provocada por los ciclones en por lo menos 110 mil hectáreas —con pérdidas de por lo menos 5 mil 300 toneladas de alimentos— el gobierno, según informó el funcionario, instrumentó planes emergentes de producción de alimentos con la siembra de cultivos de ciclo corto que permitan una recuperación en el menor plazo posible, además del incremento de la elaboración de productos de soya y embutidos.
La falta de alimentos en todas las ciudades del país se agudiza conforme pasan los días. El desabasto de productos alimentarios en todos los mercados de oferta y demanda, así como los del Estado, es una realidad que está provocando una crisis en las familias cubanas. El huevo ha desaparecido del mercado y las viandas cada vez se encuentran menos. Las dependencias encargadas del sector han seguido utilizando productos de su reserva, principalmente frijol y arroz, para paliar la escasez.
El periódico oficial Granma informó que el Estado “se esfuerza por incrementar el abastecimiento”, pero reconoce que el recorrido del surco a la tarima se torna enrevesado, máxime cuando se combaten ilegalidades que estimulaban, de algún modo, estos suministros.
El órgano del Partido Comunista de Cuba (PCC) aseguró que en septiembre se comercializó 80% menos de hortalizas —el monto fue de un millón de quintales— que en agosto, mes en que se registró una comercialización de 5 millones de quintales.
El viceministro de Comercio Interior, Francisco Silva Herrera, alertó a la población sobre falsas expectativas de suministro de alimentos para los próximos seis meses. “Es difícil que pueda abundar un producto fuera de temporada y no puede existir una situación normal en los mercados después de inmensos daños en la agricultura. Lo poco que hay, hay que compartirlo, advirtió tajante.
La preocupación por una escasez alimentaria, vaticinada por algunos expertos internacionales en vista de la fuerte devastación de las ya de por sí mermadas capacidades agropecuarias de la isla, arreció en los últimos días, después de que numerosos mercados de frutas y hortalizas, tanto estatales como los independientes regidos por la oferta y demanda, registraran un fuerte desabastecimiento, además de sensibles alzas iniciales en los precios.
Juan Balboa, corresponsal, El Universal, 7 de octubre.
0 Responses to "Cuba niega que sufra hambruna"
Publicar un comentario