Considerado por los expertos como una muestra de corrupción y opacidad, el Sindicato de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana (STPRM) salió vivo de la reforma a Pemex.
Ayer, el PRD insistió en comisiones sobre el riesgo que representa para el Gobierno federal dejar en manos de cinco integrantes del sindicato encabezado por Carlos Romero Deschamps, parte de las decisiones cruciales de la empresa, por mantener una posición privilegiada en el Consejo de Administración.
"El Consejo lo integran 15 personas y si los representantes del Gobierno son seis, pues el Gobierno no tiene control del Consejo, ni por lo tanto del organismo, porque de otro lado hay nueve personas que tienen derecho de voto (5 del sindicato y 4 profesionales", sentenció el perredista Pablo Gómez.
Advirtió que los representantes sindicales no siempre tendrán lealtad al Gobierno federal en turno, ya que sus intereses son económicos.
"El PRI y el PAN siguen manejando a cinco representantes del sindicato que van a vender caro su amor cuando haya una situación crítica en el Consejo de Administración para estar de acuerdo con los profesionales o con el Gobierno.
"No crean que todas las veces ellos están siempre no con el Gobierno en turno, sino también con el mejor postor, los líderes, no los trabajadores", argumentó Gómez.
El PAN defendió la presencia de los dirigentes sindicales y aseguró que el riesgo no existe, ya que los cuatro consejeros profesionales también son representantes del Estado, ya que su designación corre a cargo del Poder Ejecutivo, con la ratificación del Senado.
"Claramente estamos hablando de alguien que con plumas de pato, pico de pato, patas de pato, es pato, por supuesto me parece que son representantes del Estado Mexicano para los efectos con su capacidad profesional", señaló Ricardo García Cervantes.
El debate ocurrió cuando la mayor parte de los senadores del PRI habían abandonado la sesión de comisiones, por lo que el PAN pidió un receso para reconstruir el quórum de las comisiones unidas de Energía y Estudios Legislativos, para garantizar la redacción del dictamen.
Al final, los senadores de todos los partidos acordaron por lo menos limitar el conflicto de intereses en el que se encuentra el sindicato, ya que sus representantes quedarán impedidos de votar asuntos relacionados con el presupuesto de la empresa.
Ayer, el PRD insistió en comisiones sobre el riesgo que representa para el Gobierno federal dejar en manos de cinco integrantes del sindicato encabezado por Carlos Romero Deschamps, parte de las decisiones cruciales de la empresa, por mantener una posición privilegiada en el Consejo de Administración.
"El Consejo lo integran 15 personas y si los representantes del Gobierno son seis, pues el Gobierno no tiene control del Consejo, ni por lo tanto del organismo, porque de otro lado hay nueve personas que tienen derecho de voto (5 del sindicato y 4 profesionales", sentenció el perredista Pablo Gómez.
Advirtió que los representantes sindicales no siempre tendrán lealtad al Gobierno federal en turno, ya que sus intereses son económicos.
"El PRI y el PAN siguen manejando a cinco representantes del sindicato que van a vender caro su amor cuando haya una situación crítica en el Consejo de Administración para estar de acuerdo con los profesionales o con el Gobierno.
"No crean que todas las veces ellos están siempre no con el Gobierno en turno, sino también con el mejor postor, los líderes, no los trabajadores", argumentó Gómez.
El PAN defendió la presencia de los dirigentes sindicales y aseguró que el riesgo no existe, ya que los cuatro consejeros profesionales también son representantes del Estado, ya que su designación corre a cargo del Poder Ejecutivo, con la ratificación del Senado.
"Claramente estamos hablando de alguien que con plumas de pato, pico de pato, patas de pato, es pato, por supuesto me parece que son representantes del Estado Mexicano para los efectos con su capacidad profesional", señaló Ricardo García Cervantes.
El debate ocurrió cuando la mayor parte de los senadores del PRI habían abandonado la sesión de comisiones, por lo que el PAN pidió un receso para reconstruir el quórum de las comisiones unidas de Energía y Estudios Legislativos, para garantizar la redacción del dictamen.
Al final, los senadores de todos los partidos acordaron por lo menos limitar el conflicto de intereses en el que se encuentra el sindicato, ya que sus representantes quedarán impedidos de votar asuntos relacionados con el presupuesto de la empresa.
Claudia Guerrero y Érika Hernández, Reforma, 21 de octubre.
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